El día de ayer se informaba al mundo que las defensas antiaéreas de Rusia habían frustrado varios intentos de atacar con misiles su base aérea de Jmeimim, en Latakia, por parte de presuntos rebeldes extremistas que operan en siria; base desde donde los rusos realizan operaciones antiterroristas en el país árabe.
Pero hoy nos dicen desde el kremlin que los extremistas no estuvieron solos en su ofensiva frustrada contra la base rusa; declaran que los estadounidenses estuvieron detrás de los agresores asesorándoles y facilitándoles las armas para poder realizar su intentona de agredir a las fuerzas aeroespaciales del país eslavo.
Estas acciones de los estadounidenses ya resultan ser realmente graves y descaradas, pues ya no se están enfrentando contra un ejército pobremente armado como es el de la república árabe de siria, sino que se están enfrentando a la primera potencia militar global, algunos dirán que es la segunda, por detrás de los propios Estados Unidos, pero en el campo de batalla han demostrado ser la primera potencia mundial.
Esto no ha sido algo menor para los rusos y han lanzado un severo ultimátum a los EEUU: les ordenan abandonar Siria en cuanto sea declarada la victoria final sobre los extremistas, claro, la victoria de ellos, de los rusos, pues los estadounidenses y aliados no están ahí para combatir a los extremistas, sino todo lo contrario, están ahí para apoyarlos, cosa que ha sido constantemente denunciada por las mismas autoridades del Kremlin.
Si se volvieran a repetir estos hechos estaríamos ante la antesala de una confrontación militar global, CON TODAS LAS CONSECUENCIAS QUE ELLO IMPLICA, con las principales potencias militares del mundo enfrentándose entre sí; que Dios nos agarre confesados de desarrollarse de esa manera el conflicto.
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