Jerusalén en medio de un complot árabe-israelí para cambiar su estatus actual

Seguramente muchos de ustedes recordaran que les he hablado acerca de una alianza israelí-saudí y de los planes a un futuro cercano de entablar relaciones diplomáticas, militares y religiosas entre ambos gobiernos; pues hoy eso resulta más que evidente.

Así es, el reino Saudita está por iniciar una revolución religiosa en su país para convertir a sus ciudadanos al judaísmo. Eso es así por que la casa real Saudita es de ascendencia judía y solo están regresando a sus raíces, pero en el proceso tratan de convertir también a todo su pueblo a la fe judía.

Es por eso que cada vez se hace más del conocimiento público las relaciones íntimas que mantienen ambos gobiernos, además de que la situación geopolítica regional los obliga a buscar una alianza para enfrentar a un enemigo común, es decir, a Irán.

Uno de los objetivos que se perseguía con la creación de las bandas extremistas takfirís era destruir los sitios sagrados del islam, es decir, de la Meca y Medina; dos lugares que se encuentran precisamente en Arabia saudí. No por nada el gobierno persa ha declarado en más de una ocasión que Arabia saudita no está capacitada para ejercer de garante de la seguridad de ambos lugares sagrados para el islam.

También esa es la razón de los múltiples accidentes trágicos que se han registrado en ambos lugares, como es el derrumbe de una grúa en la Meca el día 11 de septiembre del 2015 con un saldo de 107 víctimas mortales; ¿recuerdan el 11s? También recordemos la estampida humana multitudinaria del día 24 de septiembre del mismo año; esa vez el saldo mortal fue de 4173 víctimas, cantidad que resulta sorprendentemente alta.

Por otro lado, debemos recordar el proceder de las bandas extremistas en Siria e Iraq, que aunque se dicen de fe musulmana la realidad es que no lo parecen para nada, pues atentan contra sus propios correligionarios, es decir, contra los mismos musulmanes, además de dedicarse a destruir todos los lugares sagrados del islam en los territorios que alguna vez controlaron. También recordemos sus constantes declaraciones en el sentido de que era necesario destruir todos los símbolos sagrados del islam, incluidos la Meca, Medina y Al-Quds, es decir, la Mezquita de la Roca, lugar religioso que a día de hoy está en medio de la tormenta.

Pero sobre todo no olvidemos que los creadores y principales promotores de dichos grupos armados son precisamente Arabia saudita, Israel y estados unidos; ¿qué curioso no?

Eso es así porque eran su instrumento para erradicar el islam de la región y proceder a la judaización de Arabia saudí y otros países hoy musulmanes, además de utilizarlos para destruir a sus enemigos regionales.

Pues hoy eso es más que evidente con el apoyo mostrado por el príncipe heredero Saudita, Mohamad bin Salman, a la decisión de Trump de reconocer a Jerusalén como capital de Israel; además, el mismo presidente israelí ha dicho en más de una oportunidad que su país es cada vez más aceptado por ciertos países árabes, lo que confirma lo que acabo de exponer.

Algo que no debemos de olvidar es que los judíos y los árabes son primos, así que solo se están reconciliando, bueno, esto en el caso de los israelíes y los saudíes.