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martes, 13 de noviembre de 2018

Buques rusos en Ceuta estremecen a aliados occidentales de España

España clavó un cuchillo en la espalda de la OTAN al permitir la escala en Ceuta de tres buques de la Armada rusa: un crucero antimisiles, un remolcador y un petrolero. Lo dijo el analista y consultor británico Nile Gardiner. Su colega y compatriota Luke Coffey, por su parte, calificó la actuación de Madrid como una "extrema irresponsabilidad".

La retórica del Reino Unido contrasta mucho con la de España. "La flota rusa vuelve a Ceuta tres años después", constata en un tono neutral el diario El País, recalcando que el atraque "se produce solo tres días después" de que visitara Madrid el canciller ruso, Sergei Lavrov.


El periódico, cuya línea editorial suele ser muy dura con el Kremlin, deja claro que la ausencia de los buques rusos en Ceuta desde 2016, fruto de la presión ejercida por la Alianza Atlántica, significó únicamente pérdidas para la nación ibérica. Y es que, entre 2010 y 2016, esa ciudad norteafricana española recibió 60 escalas de barcos militares rusos, con más de 10.000 tripulantes, que dejaron en la ciudad unos 4,5 millones de euros, según datos de la Autoridad Portuaria de Ceuta.

La prensa ceutí ni siquiera oculta su entusiasmo por "el esperado regreso de los buques rusos", lo cual es "una enorme noticia para los diferentes sectores de la ciudad", afirma el diario El Pueblo de Ceuta, argumentando que "en muchos de los casos, este tipo de buques dejan incluso hasta más beneficios que cruceros de miles de pasajeros a bordo". El Faro de Ceuta, a su vez, describe con visible alegría una recepción organizada por los tripulantes rusos. La misma incluyó una salva protocolaria con disparos, animando los doce cañonazos consecutivos a los vecinos de la ciudad.

En declaraciones a Radio Sputnik, el presidente de la Academia de la Diplomacia Española, Santiago Velo de Antelo, manifestó que el regreso de la Armada rusa a Ceuta es la vuelta a "una normalidad que se rompió en el año 2016".

Consultado sobre el porqué de la rabia británica, el también director de la revista Diplomacia Siglo XX no descartó que la misma tenga que ver con el anhelo de Londres de tener un control total sobre el estrecho de Gibraltar, "posiblemente, el estrecho más importante del mundo".

A su vez, el economista y abogado español Guillermo Rocafort se mostró convencido de que "los británicos están muy indignados porque están acostumbrados a tratar a España como una nación vasalla".

"Les molesta que España adopte una postura neutral y hasta amigable hacia un país tan importante como es Rusia", agregó.

Denunció, asimismo, la hipocresía del Reino Unido, país que "usurpó" a España el peñón de Gibraltar y ni siquiera consulta a nadie a la hora de reparar allí "submarinos nucleares averiados", algo que sí es grave y peligroso.

"España está lanzando un mensaje inequívoco no solamente al Reino Unido y EEUU sino a todo el mundo en general de que es una nación soberana y que toma en cada momento las decisiones que atiendan a sus propios intereses", señaló Guillermo Rocafort.

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