Este 6 de noviembre, varios ciéntificos expresaron su desacuerdo con que los investigadores del Centro de Astrofísica Harvard-Smithsonian (Massachusetts, Estados Unidos) supusieran que el primer asteroide interestelar Oumuamua —que significa 'primer mensajero' en hawaiano y fue descubierto en octubre de 2017— es "una sonda alienígena".
Al astrofísico Alan Fitzsimmons, de la Universidad de la Reina en Belfast (Irlanda del Norte, Reino Unido), afirmó que algunos de sus argumentos "se basan en números con grandes incertidumbres": "Me encantaría que hubiera pruebas convincentes de que hay vida extraterrestre, pero este no es el caso".
Katie Mack, otra astrofísica de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (EE.UU.), precisó a través de su cuenta en Twitter que estima posible que los propios autores "no creerán" su hipótesis hasta que "todas las demás posibilidades se hayan agotado decenas de veces".
El estudio en cuestión, publicado el pasado 1 de noviembre, plantea que existe una posibilidad de que "el Oumuamua sea una sonda luminosa que flota en el espacio interestelar como un escombro procedente de un avanzado equipamiento tecnológico" y no descarta que se trate de un artefacto "totalmente operacional enviado de manera intencionada a la Tierra […] por una civilización alienígena".
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