La pandemia que ha infectado a 1,25 millones de estadounidenses y dejado al menos 75.670 muertes en el país ha impactado de lleno en el mercado laboral, como ya esperaban los economistas. El pasado mes de abril, Estados Unidos destruyó 20,5 millones de empleos y la tasa de desempleo se disparó hasta el 14,7%, niveles no vistos desde la Gran Depresión de los años 30.
Cabe recordar como la tasa de desempleo se situó en marzo en el 4,4% y un mes antes rondaba el pleno empleo al situarse en el 3,5%, la más baja en casi medio siglo. Sin embargo, en abril, el paro aumentó en 10,3 puntos porcentuales hasta tocar la tasa más alta y el mayor aumento mensual en la historia en la recopilación de estos datos, que comenzó en enero de 1948. La tasa de abril eclipsó así el récord anterior del 10,8% y se acercó a la tasa estimada por los economistas del 25% durante la Gran Depresión.
Para Paul Ashworth, economista jefe de Capital Economics, este informe revela el alcance de la tragedia humana derivada de la pandemia. "Si bien tenemos la esperanza de que muchos volverán a trabajar en los próximos meses, la situación dejará graves cicatrices en el mercado laboral en los próximos años".
El número de desempleados en abril aumentó en 15,9 millones hasta un total de 23,1 millones reflejando así los efectos de la pandemia de coronavirus y los esfuerzos por contener los contagios. La tasa de participación laboral cayó en 2,5 puntos porcentuales durante el mes hasta el 60,2%, la más baja desde enero de 1973. Las pérdidas de empleos debido a los cierres de negocios registraron el mes pasado su mayor descenso mensual desde que se comenzaron los primeros registros en 1939. Para poner la debacle del dato de abril en perspectiva es importante destacar como a finales de la II Guerra Mundial, en 1945, se perdieron casi 2 millones de empleos en un mes.
Ayush Ansal, director de inversiones de Crimson Black Capital, recalca que pese a los estímulos fiscales por alrededor de 3 billones de dólares aprobados hasta la fecha y el protagonismo adoptado por el banco central de EEUU, tanto "Donald Trump como la Reserva Federal deben escalar todavía este Everest, lo que representa un desafío descomunal para restaurar la economía a un cierto nivel de normalidad".
Los estadounidenses que indicaron haber sufrido un despido temporal se multiplicó por diez hasta los 18,1 millones. El número de pérdidas permanentes alcanzó un total de 2 millones. Además, las cifras de febrero y marzo se revisaron a la baja, con 214.000 empleos menos de lo indicado previamente.
Los sectores más afectados por las medidas de confinamiento fueron el del ocio y hospitalidad que eliminaron 7,7 millones de puestos de trabajo, el 47% de sus empleos. El de educación y servicios de la salud borró 2,5 posiciones laborales y el de servicios de negocio otros 2,1 millones.
Por su parte, el sector minorista también eliminó 2,1 millones de puestos de trabajo, con las tiendas de ropa y accesorios destruyendo hasta 740.000 empleos. Algo que coincide con las recientes acogidas a la suspensión de pagos del Capítulo 11 de la Ley de Quiebras de compañías como J.Crew o Neiman Marcus. El único área donde se pudo observar algo de optimismo fue el de los grandes hipermercados, como Costco o Walmart, que crearon 93.000 empleos.
En lo que se refiere a las manufacturas, esta industria restó 1,3 millones de trabajadores, el de servicios otros 1,3 millones y el sector público eliminó 980.000 funcionarios, especialmente entre los gobiernos locales. La construcción redujo 975.000 empleos mientras el transporte y almacenamiento destruyeron otros 584.000.
"Con más de 20 millones de estadounidenses sin trabajo en un solo mes, el impacto de la crisis financiera parece solo un pellizco", considera Ulas Akincilar, director de inversiones de Infinox, quien considera que aunque los números son brutales, "son marginalmente mejores que las expectativas de los economistas", lo que justificaría el optimismo mostrado por la bolsa americana.
Desde mediados de marzo, cerca de 33,5 millones de estadounidenses han solicitado ayudas por desempleo, a medida que los distintos estados comenzaron a aplicar sus medidas de confinamiento. En el primer trimestre de este año, el PIB de EEUU se contrajo un 4,8% y en estos momentos, el GDPNow que elabora la Fed de Atlanta, observa un crecimiento negativo del 17,6% que seguirá ahondando en lo que para muchos será la contracción más grande desde la II Guerra Mundial.
La pregunta ahora es si el reinicio de la actividad logrará deshacer esta tendencia. A día de hoy, más de una veintena de estados del país que contabilizan cerca del 40% del PIB, han reanudado parcialmente sus actividades no esenciales.
En algunos casos, como Michigan, se ha extendido el confinamiento hasta el próximo 28 de mayo para los ciudadanos pero la actividad manufacturera comenzará a reanudarse a partir del lunes. De hecho, las grandes automotrices como General Motors o Ford planean reiniciar su producción el próximo 18 de mayo.
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