El runrún entre las mesas de inversión ha vuelto a desterrar la posibilidad de que la Reserva Federal de Estados Unidos siga la estela de otros bancos centrales y acabe por llevar su tasa sobre los fondos federales a terreno negativo. Una probabilidad que el mercado llegó a situar en el 23% para finales de 2020 o comienzos de 2021 en los primeros compases de esta semana.
Sin embargo, el pasado 15 de marzo, cuando la Fed llevó los tipos de interés al 0% en una segunda decisión de emergencia, su presidente, Jerome Powell, aclaró posteriormente que emular al Banco Central Europeo o al Banco de Japón en estos menesteres "no era una respuesta adecuada para Estados Unidos".
Si bien el reciente movimiento en las expectativas sobre los tipos federales podría responder a factores algo más técnicos, muchos se preguntan cómo será capaz el banco central de EEUU de proporcionar el apoyo suficiente a la economía sin recurrir a esta modalidad, que los funcionarios de la Fed argumentan genera más costes que beneficios.
No obstante, Kenneth Rogoff, profesor en Harvard, defendía recientemente que llevar los tipos al -3% en el país, si se aplicase de forma correcta, acabaría por impulsar la demanda agregada y el empleo. Dicho esto, en octubre del año pasado, los miembros del FOMC fueron unánimes al considerar que los tipos negativos no son una herramienta de política "atractiva", entre otros factores porque la industria del mercado de dinero en EEUU es mucho más grande que la de Europa o Japón.
Powell tendrá oportunidad de abordar esta cuestión el miércoles durante su participación en un webcast organizado por el Peterson Institute for International Economics (PIIE, por sus siglas en inglés). "El presidente de la Fed aprovechará para enfatizar su falta de apoyo a las tasas negativas", determina Andrew Hollenhorst, economista de Citi, que también se refiere a las últimas declaraciones de otros funcionarios como Charles Evans (Fed de Chicago), Raphael Bostic (Fed de Atlanta) y Thomas Barkin (Fed de Richmond) en los últimos días.
"Con un balance que podría crecer hasta el 54% del PIB a finales de 2021, llevara las tasas a terreno negativo acabaría por endurecer las condiciones financieras", estima Matthew Hornbach, estratega de Morgan Stanley.
Desde Capital Economics, Paul Ashworth, su economista jefe, recuerda como los resultados de llevar los tipos a terreno negativo han sido mixtos y además indica cómo no está claro que la Fed tenga la potestad legal de poder implantarlos a este lado del Atlántico. Aún así, no es la primera vez que el banco central cuestiona sus propias reglas. De hecho entra esta misma semana en un territorio totalmente inexplorado hasta ahora.
La Fed de Nueva York indicó a última hora del lunes el comienzo de la compra de fondos cotizados (ETF) con una amplia exposición a los bonos corporativos. Más adelante, optará por la compra directa de deuda de las empresas.
De esta forma queda inaugurada su Línea de Crédito Corporativo para el Mercado Secundario, que estará dirigida por la gestora BlackRock bajo la supervisión de la Fed de Nueva York y que pondrá su atención en los ETF relacionados con los "ángeles caídos", es decir, deuda de compañías que contaban con grado de inversión pero cuya calificación ha sido rebajada a especulativa o basura, particularmente debido a la crisis del coronavirus.
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