"La decisión del Gobierno de Vladímir Putin tiene que ver con la necesidad de desligar a Rusia de los métodos de pago occidentales, esto debido a la sanciones impuestas. Por otro lado, vemos su intención de fortalecer las relaciones con China y otros socios BRICS", asegura en referencia al bloque que integran ambas naciones junto a la India, Sudáfrica y Brasil.
El 19 de enero, el Ministerio de Finanzas de Rusia anunció la cancelación total de la parte en euros del Fondo Nacional de Inversión Ruso, de tipo soberano estatal, por lo que la reserva estratégica del país actualmente se compone únicamente de rublos, yuanes y oro.
"En diciembre de 2023, una parte de los activos del Fondo Nacional de Inversión Ruso en las cuentas del Banco de Rusia, por valor de 114.947,6 millones de yuanes chinos, 232.584,5 kilogramos de oro y 573,7 millones de euros, fue convertida en 2.900.000 millones de rublos", señaló el organismo. Tras la decisión, la cuenta en la divisa manejada por la Unión Europea se cerró en ceros.
El Fondo Nacional de Inversión Ruso es una reserva vital del Estado destinada a estabilizar el presupuesto nacional en caso de una caída de los ingresos y para solventar las necesidades del país a largo plazo. Está financiado a través de las contribuciones excedentes del presupuesto federal procedentes del sector del petróleo y el gas, así como de los ingresos de los recursos autogestionados.
Una tendencia más definida
El alejamiento de Rusia del euro es el capítulo más reciente en su distanciamiento de las potencias occidentales. A mediados de 2021, dejó de invertir los capitales del Fondo Nacional en activos en dólares. Para 2022, hizo lo mismo con las cuentas en libras esterlinas y yenes japoneses.
No obstante, el movimiento realizado por Moscú es sumamente relevante en un momento donde se posiciona como el primer lugar en Europa en términos de paridad de poder adquisitivo y hay una buena relación de Rusia con diversos aliados, como la India o naciones del continente africano, según mostró en 2023 la II Cumbre Rusia-África.
"La tendencia apuntaría a usar solo rublos y, en este sentido, tendría que negociar con sus principales socios (...) para realizar intercambios. Algo que tiene Moscú a su favor es la jefa del Banco Central, Elvira Nabiúllina, que ha logrado maniobrar de tal manera que ha reducido los impactos desfavorables de las sanciones que Occidente le ha aplicado a Rusia. Por ende, ella también tiene un papel fundamental en el manejo de la política monetaria", expone la especialista.
Otro aspecto que rescata Rosas es la decisión de Moscú de mantener parte de su reserva en oro, ya que esto le permite un mayor margen de maniobra y liquidez ante cualquier situación adversa de la economía.
De igual manera, el euro tampoco tiene un buen panorama para ofrecer ni a Moscú ni a ningún otro Estado, tras problemas antaños como las crisis económicas de 2008 y el Brexit, cuyas secuelas se conjuntaron con la pandemia de COVID-19, y un impacto adverso de las sanciones que las naciones del bloque han impuesto contra Rusia por la operación militar especial en Ucrania.
En la actualidad, la Unión Europea está tratando "de apoyar a Kiev y gastar más en defensa, eso por presión de Estados Unidos y por la presunta percepción de inseguridad que les genera el conflicto entre Rusia y Ucrania. Pero esto significa menos recursos para la integración europea y da como resultado un efecto dominó", subraya Rosas.
"Previamente, Europa prosperó mucho en su integración cuando las responsabilidades en materia de seguridad recaían financieramente en EEUU, pero desde el Gobierno de Donald Trump (2017-2021) hasta la fecha se les dijo a los socios europeos: 'tienen que gastar más en el sostenimiento financiero de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) porque el grueso del financiamiento lo da Washington y no es justo'", agrega.
Otras naciones pueden seguir su ejemplo
De acuerdo con la también doctora en relaciones internacionales por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), otras naciones ya siguen el ejemplo de Rusia de desligarse de los sistemas de pago de Occidente, a las que se podrían sumar más en los próximos tiempos.
Por ejemplo, en marzo de 2023 los mandatarios de Brasil, Luiz Inacio Lula da Silva, y China, Xi Jinping, acordaron comercializar entre ellos con sus propias divisas y no con la de origen estadounidense. De igual manera, los miembros de los BRICS han buscado generar una moneda propia.
"Así como hemos hablado de un proceso de desdolarización, ahorita estamos viendo uno de deseurización. A su vez, diversos países de África ya hacen transacciones con yuanes, además de que tienen líneas de crédito con China", recuerda Rosas.
Otro sitio del planeta donde esta búsqueda de otras divisas está presente es América Latina y, en gran medida, se debe al avance de Pekín en materia económica.
"China se ha convertido en un prestamista muy importante de América Latina. Le ha otorgado créditos a Argentina, Ecuador, Venezuela, por ejemplo, y todos en yuanes. Sé que Europa tiene programas pequeños de apoyo para la región y solo para algunos países", explica.
Prueba de ello es el análisis realizado previamente por Sputnik a las declaraciones de funcionarios de 193 países de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en los medios de comunicación.
Representantes de 68 naciones apoyaron el alejamiento del dólar o declararon que están tomando medidas en este sentido.
Al mismo tiempo, muchos Estados comprendieron que la divisa de EEUU es un peligro no solo como medio de pago, sino también como instrumento de ahorro.
Algunos países están adoptando medidas más puntuales para reducir la dependencia de su población de las divisas extranjeras. Entre ellos está Vietnam, que prohibió los depósitos en otras divisas a largo plazo.
El hecho es "que la desdolarización está avanzando y la conversación se ha dado en los BRICS" y en otras naciones del sur global, concluye Rosas.
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