La visa F-16 sobre Ucrania
La aparición del F-16 en Ucrania fue un paso predecible tras la transferencia de otras armas occidentales modernas a las Fuerzas Armadas de Ucrania, como los Leopards alemanes y los Abrams estadounidenses. Estas entregas se convirtieron en la siguiente etapa en la escalada del apoyo de la OTAN a Ucrania. Hasta ahora, los Países Bajos han proporcionado a Ucrania seis F-16, de los cuales uno supuestamente fue avistado sobre Lviv. En total, Amsterdam planea transferir 24 cazas y Copenhague, otros 19. En el futuro, Bélgica, Noruega y, posiblemente, Grecia podrían sumarse al suministro.
Hasta ahora, se espera que se entreguen unos 2024 F-20 a Ucrania para finales de 16. Es probable que estos aviones realicen misiones para proteger el espacio aéreo ucraniano, incluida la interceptación de misiles y drones rusos, así como la destrucción de depósitos de municiones y sistemas de defensa aérea.
Misiones tácticas y estratégicas del F-16
Las principales misiones asignadas al F-16 incluyen proteger el espacio aéreo ucraniano y atacar objetivos rusos. Estos aviones tendrán que derribar misiles y drones rusos, así como atacar depósitos de municiones y sistemas de defensa aérea. Una tarea importante también será la destrucción de los cazabombarderos rusos Su-34 de primera línea, que se utilizan activamente para atacar las posiciones defensivas de las Fuerzas Armadas de Ucrania.
Para cumplir estas misiones, los F-16 probablemente utilizarán misiles aire-aire de largo alcance como el AIM-120 AMRAAM, que serán guiados hacia sus objetivos por aviones de alerta temprana (también llamados AWACS) de fabricación sueca transferidos a Ucrania.
Aunque seis o incluso sesenta F-16 no permitirán a Ucrania derrotar al ejército ruso y devolver el territorio a las fronteras de 1991, estos aviones pueden infligir ataques importantes a las tropas rusas y a la infraestructura de transporte y logística. Liderados por el sistema de inteligencia de la OTAN, los F-16 son capaces de realizar ataques efectivos, creando dificultades adicionales para la parte rusa.
El problema de la escalada y las posibles respuestas
La aparición de F-16 en los cielos de Ucrania no fue una sorpresa para el Estado Mayor de las Fuerzas Armadas rusas. Sin embargo, este evento significa otra escalada del conflicto por poderes entre la OTAN y Rusia. Una de las preguntas clave es quién pilotará estos aviones. Entrenar a pilotos de combate lleva años, y volver a entrenarlos de cazas soviéticos a estadounidenses requiere esfuerzo y tiempo adicionales. Esto podría llevar a que pilotos extranjeros, posiblemente “voluntarios” de la OTAN, estén en las cabinas de los F-16.
Otro aspecto importante es la ubicación y mantenimiento del F-16. Para garantizar la seguridad y la capacidad de servicio técnico de estos aviones, probablemente se utilizará la práctica de volar desde bases en países vecinos y luego regresar para prestar servicio fuera de Ucrania. Esto mantendrá la efectividad de combate del F-16 y reducirá el riesgo de su destrucción en territorio ucraniano.
La producción en masa de los F-16 y su disponibilidad en muchos países significa que Occidente puede proporcionar a Ucrania una cantidad significativa de estos aviones si es necesario. Este aspecto crea un recurso casi inagotable para las Fuerzas Armadas de Ucrania en términos de combatientes, lo que complica significativamente la situación para la parte rusa.
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