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martes, 12 de noviembre de 2019

Evo Morales llega asilado a México con el puño en alto



El líder indígena boliviano Evo Morales llegó al Aeropuerto Internacional "Benito Juárez" de la capital mexicana levantando varias veces el puño izquierdo y asegurando que solo salió de Bolivia para proteger su vida y poder regresar más fuerte, al ser recibido con un abrazo por el canciller Marcelo Ebrad.

Tras agradecer al Gobierno de Andrés Manuel López Obrador por haberle "salvado la vida" advirtió que no se considera derrotado y que "la lucha sigue".

Morales, con la mirada cansada pero con el rostro encendido, bajó sonriente las escalerillas del avión mexicano tras un accidentado periplo de más de 12 horas que llevó a la aeronave de la Fuerza Aérea Mexicana a cruzar Bolivia, Paraguay, Brasil y aguas internacionales hasta entrar a territorio mexicano por el sureño Oaxaca.

Vestido con una camiseta azul, Morales saludó al canciller Ebrard que lo abrazó al descender, acompañado por el ex vicepresidente Alvaro García Linera y la exministra de Salud Gabriela Montaño.

"Queremos darle la bienvenida a Evo y su comitiva a México", expresó el jefe de la diplomacia mexicana.

El dirigente cocalero gobernó su país desde 2006, y tras dimitir gozará en México de "libertad, seguridad e integridad", exclamó un exultante Ebrard, que considera la llegada de Morales como un éxito de la diplomacia local.
Tras ingresar a un salón dispuesto para visitantes ilustres, en el hangar de la Fuerza Aérea Mexicana, Morales, acompañado de García Linera, entró para hacer sus primeras declaraciones ante más de medio centenar de periodistas autorizados para presenciar su llegada, pero sin que se permitiera hacerle preguntas.

Morales, tomándose las manos y entrecruzando los dedos, relató que su renuncia, como la de otras autoridades bolivianas, se debió a las políticas de "amedrentamiento, intimidación, escarmiento" puestas en marcha en su contra por los grupos que desconocieron los resultados de su reelección en octubre.

Una renuncia por la vida

Morales fue enfático al señalar que su renuncia fue para evitar la pérdida de vidas en su país, polarizado tras las elecciones presidenciales del mes pasado.

Dirigentes sindicales y autoridades locales cercanas al Movimiento Al Socialismo (MAS) "no renunciaron por cobardes, sino ante tanta represalia contra la familia, contra los niños, secuestros, amenazas de quemarlos", denunció el expresidente.

La decisión de renunciar fue tomada ante los ataques contra una de sus viviendas en Cochabamba y la de su hermana.

"Para que no haya más hechos de sangre, mas enfrentamientos, hemos decidido renunciar", sentenció el dirigente indígena que por 14 años gobernó Bolivia.

Pero a renglón seguido dejó en claro que no se considera derrotado. Finalmente juró que "mientras tenga la vida, seguiré en política y seguirá la lucha".

Tras concluir su pronunciamiento a la prensa, Morales abordó un helicóptero que lo trasladó hasta su nuevo lugar de residencia en la capital mexicana.

La ubicación del nuevo refugio de Morales no fue revelada por razones de seguridad según afirmó previamente el canciller Ebrard.

El viaje en helicóptero frustró el deseo de algunas decenas de personas que se habían apostado en las afueras del hangar en el aeropuerto capitalino y en las avenidas adyacentes para manifestarle su respaldo

Con letreros elaborados a mano le decían "Evo, no estás solo" y "Bienvenido a México".
"Vinimos a este lugar para ver a Evo y para que sepa que México lo apoya", dijo a Sputnik Ismael Gonzalez, un vendedor que se había apostado con otros compañeros en uno de los puentes que dan acceso a la terminal aérea.

Para Morales, el poder establecerse en México es una oportunidad para tener la tranquilidad de saber cuáles serán los próximos pasos a seguir, mientras en Bolivia la convulsión provocada por su salida del poder se mantiene.

"Estamos muy agradecidos porque el presidente de México me salvó la vida, porque el nueve de noviembre sábado cuando llegaba a la zona del trópico de Cochambamba un miembro del equipo de seguridad del Ejército me mostró mensajes en que ofrecían 50.000 dólares por entregarme", manifestó.

Morales no reconoció errores y por el contrario atribuyó su derrocamiento a su origen y a las transformaciones que buscó realizar en Bolivia.

"Si algo de delito tengo es que es indígena Evo, si algo de pecado tenemos con el vicepresidente es que hemos implementado programas sociales para los más pobres", exclamó.

Y luego admitió que si se equivocó en algo fue porque pensó "que habíamos terminado con la opresión, con la discriminación, con la humillación pero surgen otros grupos que no respetan la vida, menos a la patria".

"Es una lección más para aprender", dijo Evo que mostraba el cansancio de sus frenéticos últimos días en Bolivia.

Al cerrar sus declaraciones, volvió a levantar el brazo izquierdo con el puño cerrado, un gesto que lo caracterizó desde sus tiempos de líder de los sindicatos cocaleros en Bolivia, a comienzo de la década de 2000.

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