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domingo, 10 de noviembre de 2019

¿Causarán los autos eléctricos una nueva catástrofe natural?



A pesar de estar considerados como una de las alternativas más ecológicas a los vehículos de combustión interna, los autos eléctricos también podrían causar un daño grave el medio ambiente, advierte un estudio publicado en la revista científica Nature.

El mayor peligro radica en sus baterías de litio. A medida que los vehículos eléctricos ganan popularidad, las consecuencias potenciales se hacen cada día más nefastas.
Coste ecológico y social de las baterías de litio

Uno de los importantes aspectos a tener en cuenta es la cantidad de recursos naturales que se usan para fabricar los acumuladores que propulsan a los autos eléctricos. Así, para fabricar una tonelada de litio se procesan 250 toneladas de espodumena o 750 toneladas de salmuera, dependiendo del método empleado.

También hay un impacto medioambiental más inmediato durante la producción de los minerales necesarios para las baterías de litio. Por ejemplo, al usar la salmuera se requiere extraer la solución rica en minerales de los salares, lo que lleva al agotamiento de aguas subterráneas.

Esto no es sorprendente puesto que, para producir una tonelada de litio, hace falta extraer 1.900 toneladas de agua. Este método de fabricación ya afecta a los granjeros de las regiones cercanas a los lugares de producción de litio. Uno de ellos es el Salar de Atacama (Chile), donde el 65% del agua regional se usa para la fabricación de litio y las comunidades locales deben importarla desde otros lugares.

Por otra parte, está el aspecto social, subrayan los científicos. Uno de ellos es la fabricación de cobalto, cuyas principales reservas mundiales se encuentran en la República Democrática del Congo. Allí, en unas condiciones precarias se emplea extensamente la labor manual, incluida la infantil.

Peligros de las baterías de litio usadas

Aparte de la costosa fabricación, en términos ecológicos está el problema de su reciclaje y almacenamiento al acabar su vida útil. Uno de los mayores problemas es que las baterías de litio contienen una gran cantidad de elementos tóxicos que podrían acabar en el suelo sin un reciclaje apropiado.

También existe un elevado riesgo de incendios, puesto que estas baterías son altamente susceptibles a la ignición y, en el caso de que se almacene un gran número de estas baterías en el mismo lugar, podrían producirse graves accidentes.

Un ejemplo del peligro que supone el almacenamiento de una gran cantidad de materiales inflamables en un lugar es el depósito de neumáticos de Powys (Reino Unido), que estuvo ardiendo durante 15 años, desde 1989 hasta 2004. Los investigadores destacan que las baterías de litio son mucho más reactivas que los neumáticos.

El reciclaje podría parecer una buena idea, sostienen los científicos, pero esta solución se está topando con un gran obstáculo: falta de estandarización en la industria. Los investigadores explican que teóricamente se pueden desarrollar los medios necesarios para poder reciclar estas baterías de litio de un modo económico y seguro, pero, tal y como están las cosas hoy en día, es algo muy difícil de lograr.
El problema principal radica en el hecho de que todos los fabricantes de autos eléctricos usan modelos de baterías que tienen configuraciones y contenido de elementos químicos muy diferentes.

Esta ausencia de estándares comunes dificulta el diseño de los robots industriales que se deberían encargar de manipular las baterías de litio durante su reciclaje. Es un aspecto muy importante, puesto que este proceso es muy peligroso para los humanos, y el uso de la labor manual elevaría excesivamente los costes de reciclaje.

¿Cómo hacer que los autos eléctricos sean más ecológicos?

Hay maneras de lidiar con el problema de las baterías de litio, el elemento más nocivo de los autos eléctricos, pero para ello hace falta cooperación en la industria. Ante todo, el uso de unos acumuladores con unas configuraciones limitadas facilitaría tanto su reciclaje como su mantenimiento.

Los fabricantes de este tipo de autos deben prestar una mayor atención a la facilidad de su mantenimiento, puesto que esta suele sacrificarse en favor de otras características. Esto contribuiría a una mayor tasa de reciclaje de sus componentes, lo que a su vez reduciría el impacto medioambiental.

Los robots industriales también deben ser modernizados para ser capaces de realizar las complicadas operaciones que harían falta en el proceso de desmantelamiento y reciclaje de baterías de litio. Por último, hace falta desarrollar métodos más sofisticados para darles una segunda vida a las baterías de litio y sus componentes.

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