"Estamos preparados en caso de que ocurra ese improbable acontecimiento, para asegurarnos de que podremos continuar exactamente con lo que hemos estado haciendo durante el último mes, que es construir estas barreras", dijo el mandatario local al periodista Tucker Carlson, cuando fue cuestionado sobre la posibilidad de que el Gobierno federal se haga cargo de la Guardia Nacional de Texas.
Además, gobernadores republicanos de 25 estados apoyaron al mandatario texano después de que dijera que el derecho de su estado a la autodefensa reemplaza "cualquier estatuto federal que indique lo contrario".
Las declaraciones del gobernador se dieron luego de un fallo de la Corte Suprema, difundido el 22 de enero, que permite a los agentes federales derribar las barreras fronterizas de alambre de púas colocadas por las autoridades texanas, entidad que colinda con los mexicanos Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila y Chihuahua.
Ante la respuesta del gobernador Abbott, quien además acusó a la Casa Blanca de haber "roto el pacto" entre Washington y los estados sobre política de inmigración, algunos demócratas de alto perfil pidieron al presidente Joe Biden que tome el control de la Guardia Nacional de Texas.
"El gobernador Greg Abbott está utilizando a la Guardia Nacional de Texas para obstruir y crear caos en la frontera. Si Abbott está desafiando el fallo de ayer de la Corte Suprema, el presidente necesita establecer ahora el control federal exclusivo de la Guardia Nacional de Texas", escribió el representante Joaquín Castro, un demócrata texano, en una explosiva publicación en las redes sociales.
La Corte Suprema falló en una estrecha decisión de cinco votos a cuatro que autoriza a los agentes federales de la Patrulla Fronteriza a eliminar las cercas de alambre de púas colocadas por las autoridades de Texas, siguiendo instrucciones de Abbott.
Tropas de la Guardia Nacional fueron desplegadas anteriormente en Shelby Park, Eagle Pass, Texas, una comunidad a lo largo del río Grande que se ha convertido en un importante centro de inmigración ilegal procedente de México, y bloqueó el acceso de los agentes de la Patrulla Fronteriza al parque.
Las unidades de la guardia continuarán "protegiendo la soberanía de nuestro Estado" y “mantendrán la línea en Shelby Park para detener e impedir la entrada ilegal al Estado de Texas", dijo la Guardia Nacional en un comunicado.
El controvertido fallo judicial ha despertado temores de una gran crisis constitucional en Estados Unidos, con Abbott emitiendo una llamada "Declaración sobre el derecho constitucional de Texas a la autodefensa", bajo el amparo de que enfatiza el derecho del estado a defenderse contra lo que, dijo, era una "invasión" de inmigrantes ilegales, y acusando al presidente Biden de negarse a hacer cumplir las leyes de inmigración.
"La autoridad para defenderse contra la invasión es la ley suprema del país y reemplaza cualquier estatuto federal que establezca lo contrario”, escribió Abbott en sus redes sociales.
"La Guardia Nacional de Texas, el Departamento de Seguridad Pública de Texas y más personal de Texas están actuando con esa autoridad, así como con la ley estatal, para asegurar la frontera”, declaró el mandatario de la entidad
En ese sentido, los gobernadores republicanos se manifestaron en apoyo del "derecho constitucional a la autodefensa" de Texas, y varios pidieron enviar sus propias formaciones de la Guardia Nacional al estado si se les solicitaba que ayudaran a asegurar la frontera con México.
En tanto, el expresidente Donald Trump, favorito para la nominación republicana para la elección presidencial de este 2024, pidió a "todos los estados dispuestos" a desplegar unidades de la Guardia Nacional en Texas "para impedir la entrada de ilegales y expulsarlos de regreso al otro lado de la frontera".
“Frente a esta catástrofe de seguridad nacional, seguridad pública y salud pública, Texas ha invocado correctamente la Cláusula de Invasión de la Constitución y debe recibir pleno apoyo”, dijo el magnate en un comunicado publicado el jueves 25 de enero, y agregó que "todos los estadounidenses" deberían "apoyar las medidas de sentido común" que está adoptando Texas.
Otros congresistas republicanos acusaron al presidente Biden y a Washington de jugar con fuego. "Los federales están organizando una guerra civil y Texas debería mantenerse firme", dijo el representante republicano de Luisiana, Clay Higgins, en reacción al fallo judicial del máximo tribunal.
"Esta opinión [de la Corte Suprema] es desmesurada y Texas debería ignorarla en nombre de los agentes [de la Patrulla Fronteriza] que quedarán en peor posición por la opinión y las políticas de la Administración Biden", escribió el representante republicano de Texas, Chip Roy, en las redes sociales.
El precandidato presidencial demócrata convertido en independiente, Robert F. Kennedy júnior, que ha llevado a cabo una serie de investigaciones independientes sobre la crisis fronteriza, también elogió a las autoridades de Texas en su lucha contra la posición federal.
"Texas tiene razón. El fracaso de Biden para asegurar la frontera no deja a los estados otra opción que tomar el asunto en sus propias manos", escribió el aspirante presidencial en una publicación en las redes sociales.
La Casa Blanca ha dado a las autoridades de Texas hasta este viernes 26 de enero para dar marcha atrás, y el fiscal general texano, Ken Paxton, dijo que Austin no tiene planes de cumplir con el requisito del máximo tribunal norteamericano.
¿Qué provocó el enfrentamiento fronterizo?
La inmigración irregular a Estados Unidos a través de la porosa frontera con México ha experimentado cifras récord consecutivas en los últimos tres años, tras la decisión del presidente Biden en enero de 2021 de eliminar casi una docena de directivas relacionadas con la inmigración instituidas por su predecesor, Trump.
Los agentes de la Patrulla Fronteriza detuvieron a unos 3,2 millones de extranjeros irregulares en todo el país en el año fiscal 2023, frente a 2,7 millones en 2022, 1,6 millones en 2021 y 400.650 en 2020, antes de que Biden asumiera el cargo.
Texas, que abarca aproximadamente la mitad de la frontera estadounidense de 3.145 kilómetros con México, se ha convertido en la primera línea para el contrabando de personas, drogas y armas, según Abbott, quien ha establecido desde el 2021 una misión de la Guardia Nacional a lo largo de la línea, conocida como Operación Estrella Solitaria.
La operación, con un costo de 2.000 millones de dólares al año, está diseñada para frenar el flujo de inmigrantes irregulares hacia Estados Unidos a través de Texas y tomar una serie de medidas para asegurar la frontera.
El mes pasado, Abbott firmó un proyecto de ley para convertir la inmigración irregular en un delito a nivel estatal, permitiendo a las autoridades texanas arrestar a extranjeros y a los tribunales emitir órdenes para expulsarlos de Estados Unidos y enviarlos de regreso a México.
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