"Cuando esta coalición llegó al poder, nunca pensé que tendría que decir esto: nosotros, los empresarios, perdimos la confianza en este Gobierno", afirmó Rainer Dulger, cuyas palabras cita Bild.
En sus palabras, la coalición gobernante ignora los intereses de la economía, permitiendo, en cambio, que prolifere la burocracia. El gasto en seguridad social ha aumentado espectacularmente en los últimos años, mientras que los trabajadores y sus empleadores se ven obligados a pagar elevados impuestos y cotizaciones. Por su parte, el Gobierno no pudo proporcionarles ninguna de las desgravaciones prometidas y sin la seguridad de la planificación, agregó.
"El Gobierno federal está fracasando en todos los frentes", a menudo solo presenta su política ideologizada de partido en lugar de hechos, y al final todo esto va seguido de una 'resaca' de promesas incumplidas, señaló Dulger.
En su opinión, el estado de ánimo de los empresarios es peor que nunca en mucho tiempo, "empiezo a comprender cada vez más a cada ciudadano enfadado", añadió. "No he visto ningún milagro económico", resumió Dulger.
¿Cómo se relacionan las protestas de los agricultores en Alemania con el rechazo del gas de Rusia?
Mientras tanto, Alemania experimenta también el descontento de los agricultores. El 8 enero, miles de agricultores alemanes iniciaron una semana de protestas contra el plan del Gobierno de retirar las exenciones fiscales al diésel para los trabajos agrícolas. Las actividades incluyeron el bloqueo de las carreteras en varias ciudades del país.
La revuelta de los agricultores alemanes se debe a la difícil situación económica del país por la negativa a comprar el gas ruso, al fuerte aumento de los costos de producción por la transición verde y a las importaciones masivas de productos a bajos precios procedentes de Ucrania, declaró a Sputnik Notis Marias, exdiputado del Parlamento Europeo, que dirige el partido no parlamentario Grecia - Otro camino.
"El levantamiento de los agricultores alemanes está siendo alimentado por la difícil situación económica en la que se encuentra Alemania como consecuencia del corte del muy necesitado gas ruso. Además, a medida que se recortan las subvenciones y ayudas tradicionales a la agricultura y se introducen nuevos requisitos para un crecimiento supuestamente ecológico, los agricultores alemanes se enfrentan a un fuerte aumento de los costos de producción, declaró Marias.
Agregó que otro factor que agrava la situación de los agricultores alemanes es la importación masiva libre de impuestos de productos agrícolas y ganaderos de bajo precio, aunque "de dudosa calidad, procedentes de Ucrania, que ahora está vinculada por un acuerdo de libre comercio con la Unión europea".
En sus palabras, él, como eurodiputado entre 2014 y 2019, votó en contra del acuerdo de libre comercio entre la comunidad política y Kiev.
"Advertí de las consecuencias negativas para los agricultores europeos y, por supuesto, para los agricultores y ganaderos griegos del entonces previsto acuerdo de libre comercio entre la Unión europea y Ucrania, contra el que voté", afirmó el experto.
Señaló que, además de estos problemas, existe otro "no tan conocido".
"Debido a las dificultades económicas, las diversas granjas y tierras de muchos agricultores alemanes en quiebra están ahora en manos de grandes empresas transnacionales alemanas dedicadas no solo a la producción de alimentos y a las cadenas de supermercados, sino también a los reaseguros y al sector inmobiliario", explicó Marias.
Añadió que la problemática situación de la economía da votos a la extrema derecha.
"La extrema derecha aprovecha al máximo el hecho de que Europa se convirtió en un peón de EEUU y la OTAN al servicio de la nueva Guerra Fría y, en consecuencia, sufre las enormes consecuencias económicas negativas del conflicto con Rusia, que tradicionalmente suministraba gas natural a bajo costo al viejo continente, aumentando así la competitividad de la economía europea", afirmó Marias.
Al mismo tiempo, agregó que la incapacidad de la Unión europea para formular una política de inmigración eficaz "es un abono para el crecimiento de la extrema derecha, que no se excluye en las elecciones europeas, especialmente en Alemania y Francia".
En diciembre, el portavoz del Gobierno alemán, Steffen Hebeestreit, anunció los planes del gabinete de suprimir las subvenciones al gasóleo en plena crisis presupuestaria, lo que habría reportado al fisco 440 millones de euros. Las autoridades también planeaban suprimir la fiscalidad favorable a los vehículos utilizados en la silvicultura y la agricultura, lo que ahorraría al presupuesto otros 480 millones.
Tras el anuncio de estos planes, se produjeron numerosas protestas de agricultores en toda Alemania. El jefe de la Unión de Agricultores del país, Joachim Rukwied, anunció una huelga de una semana a partir del 8 de enero.
El 4 de enero, Hebeestreit declaró que el Gobierno alemán solo reduciría gradualmente las subvenciones al gasóleo para los agricultores, en lugar de suprimirlas de la noche a la mañana.
Esto sucede mientras que los agricultores franceses bloquean las autopistas de todo el país. También han vertido estiércol y diversos materiales de desecho frente a edificios de prefecturas y administraciones.
Los granjeros exigen reconocer la importancia de su profesión y critican la política del Gobierno francés en la esfera de la agricultura, señalando que los hace no competitivos. Protestan, en particular, contra la importación de productos agrícolas, contra las restricciones impuestas al uso del agua necesaria para la irrigación, el aumento del costo del combustible diésel y las medidas restrictivas relacionadas con la protección de la ecología.
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