En conversaciones privadas en el Foro de Seguridad de Aspen, los líderes de Occidente pusieron en duda las probabilidades de que Kiev tenga éxito, a pesar de que previamente elogiaron el supuesto progreso de las tropas ucranianas en el campo de batalla, según difundieron los medios occidentales. ¿Qué hay detrás de este cambio?
De acuerdo con el consultor internacional y coronel retirado estadounidense Earl Rasmussen, tanto los funcionarios occidentales como los de Washington están "un poco ilusos, especialmente a nivel político", cuando se trata de abordar el conflicto en Ucrania.
"Creo que la percepción general es de decepción", dijo Rasmussen. "Muchos de los círculos occidentales y de Washington son algo ilusorios, especialmente a nivel político. Creo que el nivel militar sabía que toda la aventura aquí probablemente no era la mejor".
"Ucrania no iba a ganar después de todo, pero creo que hubo mucha presión política y esta ofensiva estaba orientada a abrirse paso. No estoy seguro del lado del Pentágono, pero del lado político creo que muchos de ellos todavía no se dieron cuenta del todo, todavía no captan la fuerza, la posición estratégica, la determinación del lado ruso, ni entienden realmente los problemas culturales, hay muchas cosas que no entienden. Y están empeñados en seguir el mismo camino", aseveró.
Aparentemente, el equipo Biden aún cree que podría haber un "avance" del lado ucraniano que el Ejército ruso no podrá resistir, de acuerdo con el veterano militar estadounidense, quien también hizo referencia a los medios de comunicación convencionales, que durante meses han repetido que las Fuerzas Armadas de Rusia estaban condenadas a perder, algo que no ha sucedido.
Por ejemplo, en una entrevista reciente con una emisora estadounidense, el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, insistió en que Rusia "ya perdió". Al respecto, el veterano de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, por sus siglas en inglés), Larry Johnson, escribió en su blog que "es alarmante que el principal diplomático de Estados Unidos esté tan alejado de la realidad".
Sin embargo, a diferencia de los funcionarios del Departamento de Estado, el liderazgo militar del Pentágono probablemente entiende que Ucrania es incapaz de imponerse, consideró Rasmussen.
Los funcionarios de defensa estadounidenses difícilmente podrían ignorar las grandes pérdidas sufridas por Kiev en términos de equipo militar y mano de obra desde el comienzo de la contraofensiva. Según el Ministerio de Defensa ruso, Ucrania ha perdido 26.000 soldados, 21 aviones, cinco helicópteros, unos 1.244 tanques y vehículos blindados, incluidos 17 tanques Leopard, cinco tanques de ruedas franceses AMX, 914 unidades de vehículos especiales, dos sistemas de defensa antiaérea y 25 vehículos MLRS.
En ese sentido, Rasmussen consideró que hay diferencias entre los líderes militares y políticos de Estados Unidos. "Creo que hay una división en los procesos de pensamiento. Pero en cualquier caso, creo que todo el mundo está, yo diría, decepcionado o desilusionado y en realidad solo ahora están empezando a darse cuenta de que esto no va bien. Y creo que en cierto modo se sienten atrapados".
En algunos aspectos, este cambio de pensamiento se ha visto reflejado en reportes recientes de la prensa estadounidense que, de acuerdo con el experto, ya no es independiente. De hecho, aseguró que algunos líderes del país norteamericano se han dado cuenta de que se han metido en una especie de madriguera de conejo y ahora están tratando de moldear la opinión pública a través de los medios.
"Entonces, los medios están validando algunos de los cambios y algunas de las discusiones que tienen lugar entre la élite", sugirió el teniente retirado.
Paralelamente, Rasmussen llamó la atención sobre la inercia política del equipo Biden, que ha invertido mucho en el proyecto de Ucrania, parte del cual comenzó en la Administración Obama, afirmó.
Es el mismo grupo de personas que está involucrado en Ucrania, dijo el analista, refiriéndose en particular a Blinken, a la subsecretaria de Estado de Asuntos Políticos, Victoria Nuland, así como al asesor de seguridad nacional, Jake Sullivan. Por ejemplo, Nuland participó en los acontecimientos relacionados con el golpe de Estado de febrero de 2014 en Kiev. Una conversación telefónica interceptada en la que desacreditaba a la Unión Europea y daba instrucciones sobre cómo dar forma al futuro Gobierno ucraniano acaparó los titulares en ese momento.
"Este es el proyecto de toda su vida, toda su carrera proyecta y planifica esto. Y la ofensiva es parte de eso. Pero es una especie de último suspiro para tratar de hacer avanzar algo", dijo el analista internacional.
De esa manera, las contraofensivas ucranianas están condenadas al fracaso y es probable que el Ejército de ese país se enfrente a pérdidas mayores. No obstante, al Gobierno de Biden no le interesa, señaló, ya que siguen adelante con su plan geopolítico de mayor envergadura.
Biden no puede admitir la derrota antes de 2024
Para complicar aún más las cosas, la Administración Biden no puede reconocer su derrota en Ucrania antes de las elecciones de 2024 debido a que ningún presidente en situación de conflicto ha perdido jamás una reelección, considera Rasmussen.
En ese sentido, el experto aseguró que Biden y su equipo esperan obtener apoyo para que el presidente estadounidense "cruce la línea de meta nuevamente".
"Y observen toda la oposición dentro del Partido Demócrata. El contendiente del Partido Republicano en 2024, Robert Kennedy Jr., quien se opone al conflicto, está siendo demonizado por los medios y la élite política. En la contraparte, está Donald Trump. Él está siendo demonizado y tiene contra él cinco investigaciones judiciales", apuntó.
Por lo anterior, el experto observa que no existirá debate alguno durante las primarias demócratas. "Simplemente, ya no es una democracia. En cambio, tenemos una libertad de expresión sofocada, tenemos censura".
A pesar del aumento de la deuda nacional y el déficit público, es probable que la Administración Biden duplique el gasto porque la guerra proxy de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) en Ucrania beneficia al complejo industrial militar de Estados Unidos, que contribuye enormemente a los círculos políticos, a decir del coronel retirado.
"Siguen tirando dinero y dinero y dinero. Y esperan que al menos eso nos permita pasar el periodo electoral, ganar las elecciones y quizá entonces podamos buscar una salida", concluye.
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