Estados Unidos no está preparado para hacer frente a Rusia en una guerra híbrida, admite el jefe del Departamento de Defensa (el Pentágono), Mark T. Esper.
“Estados Unidos no está preparado (...) Por eso, ahora, consideramos definir estrategias para llevar a cabo campañas en distintos escenarios”, señaló el miércoles Esper durante una conferencia de prensa con altos cargos militares en Washington (capital estadounidense).
A juicio del alto cargo castrense, Rusia no tiene la capacidad de enfrentarse a EE.UU. en una guerra convencional, por lo que busca otras rutas para desafiar y llevar la rivalidad estratégica a un nivel menor que un conflicto armado directo.
Tras considerar a Rusia como el mayor desafío de Estados Unidos a corto plazo, Esper acusó a Moscú de adoptar la guerra híbrida para intimidar y amenazar a los Estados vecinos.
En este contexto, citó como ejemplo los acontecimientos en Ucrania y en Crimea, península que se adhirió a Rusia a través de un referéndum en el que más del 96 por ciento de los habitantes de la península apoyó la incorporación a la Federación Rusa.
El Kremlin, no obstante, siempre ha rechazado tales acusaciones y ha aseverado que está interesado en que Ucrania logre superar la crisis política y económica.
Ante la superioridad de Rusia en una posible guerra híbrida, instó a los militares y otros departamentos del Gobierno estadounidense a cambiar la situación, lanzar campañas mediáticas y tomar otras medidas.
De acuerdo con Esper, tanto Rusia como China, que, según él, es el mayor competidor de Estados Unidos con su crecimiento económico y objetivos a largo plazo, ahora buscan desafiar la ventaja de Washington para expandir sus poderes e influencias.
Washington ha reconocido en reiteradas ocasiones de que su influencia está en declive en muchas partes del mundo, por el desarrollo de Rusia y China, por tanto, ha intentado reforzarse en varios campos, incluido militar, para poder afrontar a ambas potencias.
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