El 24 de enero, la canciller ecuatoriana, Gabriela Sommerfeld, informó en una conferencia de prensa que su país puede "vender, regalar, intercambiar" el equipamiento militar comprado a Rusia que actualmente no sea operativo, a pesar de que Moscú haya dicho que ese acto constituiría una violación del derecho internacional y dañaría las relaciones bilaterales.
Según la diplomática sudamericana, Quito tiene un acuerdo con el Gobierno estadounidense para entregarle armamento "que no está operativo y recibir equipamiento que está siendo mapeado y determinado por el Ministerio de Defensa para que venga y nos ayude en el control de la seguridad interna, particularmente en el Ecuador".
Para la ministra, esta decisión de Ecuador "no viola ninguna normativa, no es ilegal" y forma parte de la cooperación entre Washington y Quito, misma que se ha estrechado después de que el país norteamericano anunciara que incrementaría la presencia de personal del Buró Federal de Investigación (FBI, por su sigla inglesa) en el territorio ecuatoriano.
Además, explicó que entregaría "equipos de seguridad" a las autoridades locales, para hacer frente a la crisis de violencia que enfrenta la nación latinoamericana a causa del crimen organizado, que ha generado episodios como el asesinato de un fiscal que investigaba hechos violentos recientes y un candidato presidencial, Fernando Villavicencio.
"Hay que tener en cuenta que los perfiles tomadores de decisiones en Ecuador están claramente inclinados hacia el fortalecimiento de la relación con Estados Unidos", observa el doctor en ciencias políticas y sociales Jesús Gallegos Olvera, egresado de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y experto en seguridad.
Por ello, el trasfondo de esta situación es en realidad que las tensiones entre Estados Unidos y Rusia ya han llegado a la región latinoamericana, después de que la Administración de Noboa decidiera que puede deshacerse del armamento que le había comprado al país eslavo en 2008.
Moscú argumenta que Quito debe obtener un permiso especial para poder transferir armas y equipos militares rusos.
En una entrevista previa para Sputnik, el catedrático de análisis político y procesos socioeconómicos Andrey Koshkin, de la Universidad de Economía Plejánov, se mostró escéptico ante los dichos del presidente ecuatoriano, que calificó el equipo ruso y soviético como "chatarra".
Además, el especialista advirtió que las armas rusas podrían ser enviadas a Ucrania. "Todo el problema es que ahora están comprando armas soviéticas y rusas en Asia, en África, en América Latina para enviarlas a Ucrania. Estamos en contra, porque resulta que serán dirigidas contra nosotros", aseguró Koshkin.
Al respecto, Gallegos dice que las acciones de Ecuador tendrán mayor impacto negativo por el contexto geopolítico, pautado por elecciones en más de 70 naciones y por la guerra en la Franja de Gaza.
"Habrá un aumento importante [en la rispidez] y podrá incrementarse en las próximas semanas", precisa, en referencia a que el 24 de febrero de 2024 se cumplirán dos semanas de iniciado el conflicto entre Moscú y Kiev.
Asimismo, el experto estima que, a pesar de que Rusia denuncie ante organismos internacionales la violación del acuerdo sostenido con Ecuador, es altamente probable que Quito apele a la cooperación con Washington.
"Lo hará en foros regionales, como la Organización de Estados Americanos (OEA), por ejemplo, y a partir de ello, en un principio de autodeterminación, legalizarán estas acciones", observa.
A pesar del alegato, el Gobierno ecuatoriano ha tratado de quitar peso a la rispidez existente con Rusia.
Por ejemplo, el 25 de enero, Sommerfeld informó, en una entrevista con la televisora local Teleamazonas que ya entablaron comunicación con el embajador ruso en su país, Vladímir Sprinchán, a quien le dijeron que sus acciones sobre el armamento forman parte de su derecho al intercambio.
Presiones norteamericanas
Gallegos, quien también es doctor en ciencias políticas y sociales por la UNAM, refiere que no es la primera vez que Estados Unidos causa este tipo de confrontaciones.
"Hay dos elementos: la confrontación indirecta de EEUU con Rusia, especialmente a partir del conflicto en Ucrania, y a nivel regional se da un acompañamiento de Washington hacia países como Ecuador que, en su momento, tuvieron una relación importante con Moscú, ya que Washington había dejado de atender los problemas hemisféricos con la misma visión que tuvo durante la Guerra Fría", subraya el especialista.
Este último punto se dinamizó en la Administración del exmandatario estadounidense Bill Clinton (1993-2001), donde se estableció un nuevo vínculo con América Latina, especialmente en materia militar.
En la era actual, "la lectura se da en términos de un código geopolítico que alcanza complejidad en la medida en que no solamente es de carácter coyuntural, sino temporalmente más amplio. Nos lleva a pensar en otros ámbitos que tienen que ver con la diplomacia, la política internacional, la economía y con la nueva dirigencia de Ecuador, específicamente con el ministro de Defensa, Giancarlo Loffredo, quien ha tenido un posicionamiento, en el carácter civil y en su formación académica, hacia Estados Unidos", afirma.
Sobre el caso de México, país vecino de Estados Unidos, el también docente de la UNAM expone que cuenta con helicópteros rusos pero que, en la actualidad, no existe intención o presión de Washington para que sean vendidos.
"Sobre la actualización o modernización del equipo de las Fuerzas Armadas mexicanas, el plan va por otra línea. No es solamente adquirir insumos en los mercados internacionales, sino también la de producir sus propias armas y municiones, que son los elementos inmediatos, así como diversificar la adquisición de de otros materiales", apunta, como aeronaves y vehículos terrestres en naciones como Francia, Alemania o Canadá.
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