La presión de China podría ser clave para lograr una mayor flexibilidad del Fondo Monetario Internacional (FMI) con Argentina, cuyo ministro de Economía, Sergio Massa, continúa negociando la firma de un nuevo acuerdo que permita cumplir las obligaciones del país sudamericano sin recurrir a un ajuste.
En diálogo con Sputnik, el economista argentino Francisco Cantamutto consideró que dadas las condiciones actuales "no parece ser esperable una gran flexibilidad por parte del FMI", incluso a pesar de que en su última comunicación oficial admite los problemas causados por la sequía que impacta desde hace meses a la economía argentina.
Cantamutto señaló que el FMI no mantiene "una visión realista de los efectos del cambio climático" en la economía de sus deudores, por lo que no ha contemplado que la sequía "le ha hecho perder 19.000 millones de dólares en exportaciones"al país.
"Eso no depende de una buena o mala política macroeconómica, es un efecto del cambio climático a nivel global y en el que los países acreedores tienen la principal responsabilidad", apuntó el catedrático.
El economista explicó que la intención argentina es conseguir un nuevo acuerdo "más laxo" que el suscrito en 2022, algo que no parece encontrar eco en las autoridades del FMI.
Según Cantamutto, esta falta de flexibilidad del FMI abrió las posibilidades para que el ministro Massa apueste por "una estrategia más pragmática y heterodoxa" en la que aparecen acciones como la búsqueda de una coordinación con otros grandes deudores del Fondo como Egipto. En efecto, el titular de Economía argentina se entrevistó a comienzos de julio con su par egipcio, Mohamed Maait.
El economista destacó que ese tipo de instancias "podría generar cierta presión sobre el FMI", en el marco de un escenario mundial en el que el endeudamiento de los países ha crecido. En ese sentido, el experto recordó que la propia oficina de Naciones Unidas para el Comercio y Desarrollo (Unctad) reconoció que los países con un nivel de deuda insostenible se han triplicado entre 2011 y 2022.
El otro camino es el acceso a financiamiento que ofrece China a través del swap renovado en junio de 2023, que incluye 5.000 millones de dólares de libre disponibilidad. Cantamutto recordó que Argentina ya apeló a este mecanismo para hacer el primer pago de vencimientos en yuanes al FMI.
"China, como principal prestamista oficial mundial, está presionando para que el FMI tenga cierta flexibilidad con Argentina. En caso contrario, estaría en condiciones de hacer una suerte de salvataje, cambiando al acreedor y modificando el peso específico de las potencias en juego en Argentina", explicó el experto.
Aun así, el experto consideró que el FMI "no cuenta con herramientas que impliquen un no ajuste para el Gobierno". La alternativa sería, por el momento, que el organismo introduzca "concesiones vinculadas con la situación de emergencia climática", algo de lo que no hay antecedentes pero que, según Cantamutto, no está prohibido por el estatuto de la entida internacional.
El experto remarcó que Argentina se encuentra actualmente "rindiendo cuentas de un nefasto acuerdo reestructurado en medio de un proceso electoral que obliga a todos los candidatos a hacer fila para rendir cuentas al FMI" pero, al mismo tiempo, dentro de "un contexto internacional de disputa geopolítica" marcado por la rivalidad entre EEUU y China.
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