El final de 2018 quedó marcado por el bajo precio del petróleo. Sin embargo, entre los proveedores de crudo no hay pánico. ¿Por qué puede ser solo una fluctuación temporal y cómo Rusia y EEUU, tan opuestos en la política global, se convierten en aliados en asuntos petroleros?
El 26 de diciembre de 2018, los precios del Brent estaban cerca de 50 dólares por barril. Desde su auge local a finales de octubre de 2018, cuando el petróleo se negociaba a un nivel ligeramente superior a 86 dólares por barril, el oro negro ha perdido más del 40% de su precio, recuerda el columnista del diario Vzglyad, Alexéi Anpilógov.
Sin embargo, los productores de crudo no entran en pánico, porque está situación podría ser temporal.
Según el periodista, el éxito de las compañías estadounidenses que extraen petróleo de esquisto depende en gran medida del alto precio del oro negro, por encima de 50 dólares por barril.
Durante la última década, la producción de petróleo en EEUU ha estado creciendo, pero el consumo de combustibles para motores está aumentando aún más.
"Por eso EEUU actúa con precaución a la hora de introducir sanciones petroleras contra Irán. El país árabe está entre los Estados de los que depende la tranquilidad en el mercado mundial del petróleo", señala el autor.
Al mismo tiempo, el factor ruso hoy es de importancia crítica tanto para la OPEP como para EEUU. Rusia forma parte de la lista de países que garantizan el aumento de la producción mundial de petróleo.
Por supuesto, Rusia también se beneficiaría de los altos precios del petróleo, observa Anpilógov.
Se trata no solo de la situación presupuestaria vinculada a los impuestos de la industria petrolera, sino también de las reservas petroleras rusas existentes y especialmente prometedoras. El desarrollo de petróleo en Siberia Oriental, el Extremo Norte y la cuenca del Ártico es imposible con un precio mundial bajo, explica el autor.
"Paradójicamente, Rusia y Estados Unidos están en la misma situación: desean gasolina y combustible diésel barato, pero no pueden extraer petróleo efectivamente para su producción si el precio es bajo".
Por lo tanto, lo más probable es que la situación petrolera en 2019 no sea nada sensacional, opina el columnista.
El consumo crecerá de manera ordinaria, mejorarán un poco las tecnologías mineras y las reservas disminuirán según lo planeado. La demanda volverá a superar la oferta, el precio del petróleo aumentará para corregir el desequilibrio, y después, se establecerá el equilibrio que durará hasta la próxima crisis", pronostica Anpilógov.
Mientras tanto, los expertos destacan que Rusia se encuentra en una situación más ventajosa. Las autoridades rusas reiteraron en numerosas ocasiones que la diversificación de la economía rusa permite a Rusia no preocuparse por la bajada de los precios del petróleo. Y hay una serie de razones para eso: la moneda rusa es flexible y los pagos de impuestos para las compañías petroleras rusas están estructurados de tal manera que su carga fiscal es más liviana cuando los precios del petróleo son más bajos.
Según el periodista, el éxito de las compañías estadounidenses que extraen petróleo de esquisto depende en gran medida del alto precio del oro negro, por encima de 50 dólares por barril.
Durante la última década, la producción de petróleo en EEUU ha estado creciendo, pero el consumo de combustibles para motores está aumentando aún más.
"Por eso EEUU actúa con precaución a la hora de introducir sanciones petroleras contra Irán. El país árabe está entre los Estados de los que depende la tranquilidad en el mercado mundial del petróleo", señala el autor.
Al mismo tiempo, el factor ruso hoy es de importancia crítica tanto para la OPEP como para EEUU. Rusia forma parte de la lista de países que garantizan el aumento de la producción mundial de petróleo.
Por supuesto, Rusia también se beneficiaría de los altos precios del petróleo, observa Anpilógov.
Se trata no solo de la situación presupuestaria vinculada a los impuestos de la industria petrolera, sino también de las reservas petroleras rusas existentes y especialmente prometedoras. El desarrollo de petróleo en Siberia Oriental, el Extremo Norte y la cuenca del Ártico es imposible con un precio mundial bajo, explica el autor.
"Paradójicamente, Rusia y Estados Unidos están en la misma situación: desean gasolina y combustible diésel barato, pero no pueden extraer petróleo efectivamente para su producción si el precio es bajo".
Por lo tanto, lo más probable es que la situación petrolera en 2019 no sea nada sensacional, opina el columnista.
El consumo crecerá de manera ordinaria, mejorarán un poco las tecnologías mineras y las reservas disminuirán según lo planeado. La demanda volverá a superar la oferta, el precio del petróleo aumentará para corregir el desequilibrio, y después, se establecerá el equilibrio que durará hasta la próxima crisis", pronostica Anpilógov.
Mientras tanto, los expertos destacan que Rusia se encuentra en una situación más ventajosa. Las autoridades rusas reiteraron en numerosas ocasiones que la diversificación de la economía rusa permite a Rusia no preocuparse por la bajada de los precios del petróleo. Y hay una serie de razones para eso: la moneda rusa es flexible y los pagos de impuestos para las compañías petroleras rusas están estructurados de tal manera que su carga fiscal es más liviana cuando los precios del petróleo son más bajos.
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