Sistemas de guiado automático con los que puede equiparse la nueva generación de los drones Lancet es capaz de aumentar aún más la letalidad de estas armas en el campo de batalla, afirman los observadores militares rusos.
Las nuevas capacidades de las municiones merodeadoras se descubrieron por primera vez la semana pasada cuando las imágenes captadas por la cámara de un dron Lancet, que estaba asestando un golpe contra un sistema lanzacohetes múltiple RM-70 Vampire ucraniano de fabricación checa, mostraron un texto nunca antes visto "Objetivo adquirido", que apareció en pantalla cuando se acercaba a su objetivo.
Ni el fabricante ZALA Aero ni el Ejército ruso han facilitado más información sobre el Lancet mejorado después de la aparición de esas imágenes. Sin embargo, la compañía ha declarado un esfuerzo continuo para modernizar sus drones. El mes pasado, una fuente informada afirmó a Sputnik que la empresa ha creado "una gama de actualizaciones revolucionarias para los sistemas de hardware y software de Lancet" que prometen "permitir el despliegue flexible de drones-kamikaze incluso en situaciones en las que los objetivos no son directamente visibles."
Las grabaciones de la semana pasada parecen mostrar que al menos una de las mejoras prometidas estaba relacionada con la incorporación de un sistema de adquisición de objetivos y guiado automático.
¿Qué modelos de drones Lancet existen?
Los singulares drones —que se distinguen por sus alas en forma de X— hasta el momento se presentan en varias configuraciones, entre ellas Izdeliye-51 (Producto-51), también conocido como Lancet-3, una aeronave no tripulada de 12 kilogramos con un ala grande en forma de X y un pequeño empenaje en forma de X. También está el Izdeliye-52 (Lancet-1), una versión miniaturizada con un peso al despegue de cinco kilogramos, y que cuenta con dos conjuntos de alas más pequeñas en forma de X y la capacidad de realizar un picado casi vertical.
Ambos vehículos aéreos no tripulados disponen de una sección con cámara y sistemas de guiado óptico-electrónico. Son propulsados por motores eléctricos silenciosos. Los Lancet se pueden emplear contra la fuerza viva, blindados ligeros y pesados, posiciones fortificadas e incluso otros drones de combate.
La última versión del avión no tripulado, conocido como Izdeliye-53, o Z-53, presentado por primera vez por Aeroscan (filial de ZALA) en el Foro Técnico Militar Internacional Army 2023, se aleja radicalmente de sus predecesores en cuanto a diseño.
Un video promocional de la empresa mostró las características geométricas distintivas del nuevo dron, que presenta de nuevo cuatro grandes alas montadas en la parte delantera, pero esta vez montadas en ángulos de 90 grados, en lugar de la configuración que se podía ver en los modelos anteriores. Además, estas alas se despliegan al despegar. Esta vez no hay estabilizadores traseros. Impulsados hacia arriba y hacia delante por una hélice orientada hacia atrás, los drones incorporan una cámara orientada hacia abajo para cartografiar el entorno y encontrar objetivos.
Capaces de transportar cargas útiles de hasta cinco kilogramos, los drones están diseñados para volar en grupos, en los que se comunican y coordinan para buscar y asignar objetivos terrestres, desde sistemas antiaéreos y de artillería hasta blindados.
A diferencia de los Lancet de la generación actual, que se lanzan desde un raíl neumático especial, los Z-53 se despliegan desde pequeños tubos situados en tierra, con una configuración similar a la de los morteros. Además, son lo suficientemente ligeros como para ser transportados, ya sea como lanzadores de tubos o como baterías de 2x2, utilizando vehículos ligeros.
Los desarrolladores del Izdeliye-53 afirman que su nuevo dron se basa en los principios de la guerra centrada en la red, un concepto que permite que un enjambre de drones-kamikaze unidos por una única red neuronal operen coordinadamente entre sí.
Por su parte, los observadores militares rusos afirman que el nuevo sistema de guiado automático presentado en el video, que se cree que fue grabado desde un Z-53, podría cambiar la situación en el frente a favor de Rusia a nivel táctico, señalando su reducida dependencia de los operadores humanos para apuntar con precisión al objetivo. Es posible que el dron reconozca los objetivos sobre el terreno (entre edificios o vegetación) por sí mismo y distinga automáticamente los objetivos prioritarios de los secundarios.
Además, el uso masivo de los Lancet equipados con sistemas de guiado automático en enjambres hará posible llevar a cabo ataques coordinados para interrumpir las operaciones ofensivas o destruir rápidamente infraestructuras críticas de los adversarios.
Una vieja idea para un nuevo teatro
Los sistemas de guiado automático ya están ampliamente presentes en los equipos militares rusos, y el diseño del Lancet parece haber utilizado un principio empleado en otras armas, y se adaptó para su uso en un nuevo ámbito, afirmó el coronel retirado del Ejército ruso y veterano analista militar Víctor Litovkin.
Así, sistemas de control automatizado ya se pueden encontrar en otros tipos de armamentos rusos, como los misiles del sistema Iskander-M, algunos complejos de defensa antiaérea e incluso misiles antibuque.
Litovkin añadió que la potencia de fuego de los Lancet también es bastante elevada, lo que significa que no deberían emplearse en perseguir a soldados individuales, sino en atacar objetivos más grandes, como tanques y sistemas lanzacohetes múltiples o centros de control y estaciones de radar. El analista militar cree que la mejora del rendimiento de estos drones dependerá de su capacidad para operar eficazmente como enjambre, y del tamaño de estos enjambres.
"Los enjambres no vuelan simplemente como si uno lanzara un puñado de arena y cayera en cualquier sitio. Se dirigen a determinados territorios, a determinados objetivos. Algunos tienen una misión, otros — otra", subrayó.
En este ámbito, señaló Litovkin, Rusia ya tiene décadas de experiencia con armas basadas en algoritmos de enjambre, incluida la capacidad de adquisición de objetivos de los misiles de crucero antibuque de las series Granit y Oniks, cuyos sencillos algoritmos utilizados para realizar complejos cálculos matemáticos sobre la orientación y el vuelo se remontan a la década de 1980. El principio implicado en la puntería automática de los drones Lancet parece similar, pero reducido en tamaño y adaptado a nuevos entornos, resumió el experto.
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