Irán: ¿Un puente demasiado lejos?
El arma que podría derrotar a EE.UU. en el Golfo
Mark Gaffney
ICH
Traducido para Rebelión por Germán Leyens
Una palabra al lector: El siguiente trabajo es tan espeluznante que,
después de preparar el primer borrador, no podía y no quería creerlo, y
decidí refutarlo con más investigación. Sin embargo, sólo encontré más
evidencia en apoyo a mi tesis. Y repetí este ciclo de descubrimiento y
negación varias veces hasta que decidí terminarlo. Creo que un escritor
serio tiene que seguir el camino de la evidencia, no importa a dónde
conduzca, e informar. Así que ésta es mi historia. No te sorprendas si
te pone los pelos de punta. Su propósito no es hacer predicciones – la
historia deja en ridículo a los que pretenden conocer el futuro – sino
simplemente describir el peligro que nos espera en el Golfo Pérsico. Si
despertamos ante la inmensidad del peligro, tal vez podamos encontrar un
camino para salvar del desastre a nuestra nación y al mundo. Si tenemos
éxito, incluso podríamos crear un futuro alternativo que ofrezca
esperanzas de resolver los monumentales conflictos de nuestra época. MG
En julio pasado, la bautizaron operación “Pulso de verano”. Una
concentración simultánea nunca vista de fuerzas navales de EE.UU. a
escala mundial. Según la Marina, fue el primer ejercicio de su nuevo
Plan de Reacción de la Flota (FRP, por sus siglas en inglés), con el
propósito de capacitar a la Marina para que reaccione rápidamente ante
una crisis internacional. La Marina quería mostrar la creciente
preparación de su fuerza, es decir, su capacidad para movilizar
rápidamente más poder de combate a cualquier punto conflictivo global.
Nunca en la historia de la Marina de EE.UU. había habido tantos grupos
de combate de portaaviones participando en una sola operación. Incluso
la flota de EE.UU. agrupada en el Golfo y en el Mediterráneo oriental
durante la operación Tormenta del Desierto, y en la reciente invasión de
Irak, nunca excedió seis grupos de combate. Pero en julio y agosto hubo
siete en actividad, cada grupo de combate compuesto de un portaaviones
de la clase Nimitz con todo su complemento de 7 a 8 navíos de apoyo, y
70 o más aviones de diversos tipos. La mayor parte de la actividad,
según varios informes, se desarrolló en el Pacífico, donde la flota
participó en ejercicios conjuntos con la marina taiwanesa.
¿Pero por qué hubo tanto poder naval en actividad al mismo tiempo? ¿Qué
posible crisis mundial podría posiblemente necesitar más grupos de
combate de los que fueron desplegados durante la reciente invasión de
Irak? En el pasado, cuando EE.UU. consideró conveniente “mostrar la
bandera” o exhibir su músculo naval, bastaron uno o dos grupos de
portaaviones. ¿Por qué esta demostración global de poder?
Los titulares sobre las maniobras conjuntas en el Mar del Sur de China
fueron: “Ruido de sables pone nerviosa a China”, e: “Inmensa
demostración de fuerza preocupa a los chinos”. Pero la realidad fue
bastante diferente, y, como veremos, tiene graves ramificaciones para la
continua presencia militar de EE.UU. en el Golfo Pérsico; porque la
operación Pulso de Verano reflejó una decisión a alto nivel del
Pentágono de que se requería una demostración de fuerza sin precedentes
para contrarrestar lo que es considerado como una creciente amenaza – en
el caso particular de China, por los más recientes destructores de la
clase Sovremenny adquiridos recientemente por Beijing de Rusia.
“¡Tonterías1” pensarás probablemente. Es imposible. ¿Cómo podrían unos
pocos destructores baladíes amenazar a la flota del Pacífico de EE.UU.?”
Y es precisamente donde la historia se pone interesante. “Pulso de
Verano” fue el equivalente de un reconocimiento tácito, obvio para todo
el que haya prestado atención, de que Estados Unidos ha sido eclipsado
en un área importante de la tecnología militar, y que esta ventaja
cualitativa está ahora en manos de otros, incluyendo a los chinos;
porque esos destructores, en general bastante ordinarios, eran, en
realidad, rampas de lanzamiento para misiles crucero contra navíos 3M-82
Moskit hechos en Rusia (denominación de la OTAN SS-N-22 Sunburn), un
arma contra la cual la Marina de EE.UU. no tiene defensa. No sugiero que
el estatus de EE.UU. como solitaria superpotencia mundial haya sido
sobrepasado. Simplemente digo que está emergiendo un nuevo equilibrio
global del poder, en el que otros estados individuales podrían, a veces,
lograr “una ventaja asimétrica” sobre EE.UU. Y esto, considero, explica
la inmensa escala de “Pulso de Verano”. La demostración de abrumador
poderío de EE.UU. del verano pasado fue calculada para enviar un
mensaje.
El misil Sunburn
Me sobresalté cuando averigüé los hechos sobre estos misiles crucero
hechos en Rusia. El problema es que tantos de nosotros sufrimos de dos
malentendidos comunes. El primero resulta de nuestra suposición de que
Rusia es débil militarmente, como resultado del derrumbe del antiguo
sistema soviética. En realidad, esto es exacto, pero no refleja las
complejidades. Aunque la marina rusa sigue herrumbrándose en los
puertos, y en el ejército ruso reina la confusión, la tecnología rusa es
realmente superior a la nuestra en algunas áreas cruciales. Y en ningún
sitio corresponde más a la realidad que en el área vital de la
tecnología de los misiles crucero contra navíos, en la que los rusos
tienen un adelanto de por lo menos diez años sobre EE.UU. El segundo
malentendido tiene que ver con nuestra complacencia general sobre los
misiles como armas – probablemente atribuible al patético funcionamiento
de los Scuds de Sadam Husein durante la primera Guerra del Golfo: una
ilusión peligrosa que trataré de rectificar.
Hace muchos años, los planificadores soviéticos renunciaron a tratar de
compararse con la Marina de EE.UU. navío por navío, cañón por cañón, y
dólar por dólar. Los soviéticos simplemente no podían competir con los
altos niveles de gastos de EE.UU. requeridos para edificar y mantener
una inmensa Armada naval. Con perspicacia adoptaron un enfoque
alternativo basado en la defensa estratégica. Buscaron las debilidades, y
determinaron modos relativamente económicos de explotar esas
debilidades. Los soviéticos tuvieron éxito: desarrollando varios misiles
supersónicos contra navíos, uno de los cuales, el Sunburn SS-N-22, ha
sido llamado “el misil más letal del mundo actual”. Después del colapso
de la Unión Soviética el antiguo establishment militar enfrentó tiempos
duros. Pero a fines de los años 90, Moscú se dio cuenta del potencial
sub-utilizado de su tecnología de misiles para generar divisas
extranjeras urgentemente necesitadas. Se tomó la decisión de resucitar
programas selectivos y, rápidamente, la tecnología rusa de misiles se
convirtió en un codiciado producto de exportación. Actualmente, los
misiles rusos constituyen una industria en crecimiento que genera dinero
muy necesitado por Rusia, con muchos miles de millones en ventas
combinadas a India, China, Vietnam, Cuba, y también Irán. Es probable
que en un futuro cercano, esta diseminación de tecnología avanzada cause
serios problemas a EE.UU. Algunos han advertido que los mayores navíos
de la Marina de EE.UU., los inmensos portaaviones, se han convertido
ahora en peligrosas trampas mortales, y que por lo tanto deberían ser
pasados a la reserva.
El misil Sunburn nunca ha sido utilizado en combate, que yo sepa, lo que
probablemente explica por qué sus aterradoras capacidades no son más
ampliamente reconocidas. Otros misiles crucero han sido utilizados, por
supuesto, en varias ocasiones, y con resultados devastadores. Durante la
guerra de las Malvinas, misiles Exocet hechos en Francia, disparados
desde cazas argentinos, hundieron el HMS Sheffield y otro navío. Y, en
1987, durante la guerra Irán-Irak, el USS Stark fue casi cortado en dos
por un par de Exocet mientras se encontraba de patrulla en el Golfo
Pérsico. En esa ocasión, el radar Aegis de EE.UU. vio al caza iraquí que
se aproximaba (un Mirage hecho en Francia), y siguió su acercamiento
hasta dentro de 80 kilómetros. El radar también “vio” que el avión
iraquí daba la vuelta y volvía a su base. Pero el radar nunca detectó al
piloto lanzando sus misiles. Los Exocet, volando a ras del mar,
llegaron por debajo del radar y sólo fueron detectados por ojos humanos
momentos antes de dar en el Stark, inutilizando el navío y matando a 37
marineros estadounidenses.
El ataque sorpresa de 1987 contra el Stark es un ejemplo de los peligros
presentados por misiles crucero contra navíos. Y los peligros son mucho
más serios en el caso del Sunburn, cuyas especificaciones dejan atrás
de lejos al subsónico Exocet. El Sunburn no es sólo mucho más grande y
más rápido, también tiene mayor alcance y un sistema de teledirección
superior. Los que han visto sus ensayos de rendimiento se quedan
invariablemente estupefactos. Según un informe, cuando el ministro de
defensa iraní Ali Shamkhani visitó Moscú en octubre de 2001 solicitó un
disparo de ensayo del Sunburn, que los rusos realizaron con mucho gusto.
Ali Shamkhani quedó tan encantado con el resultado que hizo un pedido
de una cantidad no revelada de misiles.
El Sunburn puede transportar una carga nuclear de 200 kilotones, o: una
ojiva convencional de 340 kilos, con un alcance de 160 kilómetros, más
del doble del alcance del Exocet. El Sunburn combina una velocidad de
Mach 2,1 (dos veces la velocidad del sonido) con un patrón de vuelo que
abraza la cubierta e incluye “violentas maniobras finales” para eludir
las defensas enemigas. El misil fue diseñado específicamente para
derrotar el sistema Aegis de defensa de radar de EE.UU. Si un punto de
defensa Phalanx de la Marina de EE.UU. lograra detectar de alguna manera
un misil Sunburn entrante, el sistema sólo tiene segundos para calcular
una solución de disparo – un lapso insuficiente para destruir el misil
intruso. La defensa Phalanx de EE.UU. emplea un cañón de seis tubos que
dispara 3.000 granadas de uranio empobrecido por minuto, pero el cañón
tiene que tener coordinadas precisas para destruir “justo a tiempo” a un
intruso.
La combinación de velocidad supersónica y de tamaño de la carga
explosiva del Sunburn produce una tremenda energía cinética al impacto,
con consecuencias devastadoras para el navío y su tripulación. Uno solo
de estos misiles puede hundir un gran buque de guerra, pero cuesta mucho
menos que un caza. Aunque la Marina ha estado retirando progresivamente
el sistema de defensa Phalanx más antiguo, su reemplazo, conocido como
el Misil de Acción Revolvente (RAM, por sus siglas en inglés) nunca ha
sido probado contra el arma que parece estar destinado a enfrentar un
día en combate.
Implicaciones para las fuerzas de EE.UU. en el Golfo
La única defensa plausible de la Marina de EE.UU. contra un arma robusta
como el misil Sunburn es detectar bastante temprano el acercamiento del
enemigo, trátese de destructores, submarinos o caza-bombarderos, y
derrotarlos antes de que estén a tiro y lancen su mortífera carga. Para
lograrlo, los aviones radar AWAC de EE.UU. asignados a cada grupo de
combate naval son mantenidos en vuelo sobre una base rotativa. Los
aviones “ven” todo dentro de 320 kilómetros de la flota, y están
complementados por inteligencia de satélites en órbita.
Pero los comandantes navales que operan en el Golfo Pérsico confrontan
serios problemas que son únicos a causa del litoral, es decir, las
costas, el entorno. Una mirada al mapa muestra el por qué: El Golfo no
es otra cosa que un inmenso lago, con una estrecha salida, y la mayor
parte de su costa norteña, es decir Irán, consiste de terreno montañoso
que permite una ventaja táctica considerable sobre los navíos que operan
en las aguas del Golfo. La escarpada costa norteña posibilita la
ocultación fácil de defensas costeras, tales como rampas móviles de
lanzamiento de misiles, y también dificulta su detección. Aunque no se
informó ampliamente, EE.UU. perdió en realidad la batalla de los Scuds
en la primera Guerra del Golfo – llamada “la gran caza de Scuds” – y,
por motivos similares, las rampas móviles de lanzamiento de Scuds de
Sadam Husein resultaron tan difíciles de detectar y destruir – los
iraquíes engañaron tan bien a los vuelos de reconocimiento aliados con
señuelos – que durante la Tormenta del Desierto, EE.UU. no pudo
confirmar ni una sola presa. Esto resultó ser tan embarazoso para el
Pentágono, posteriormente, que fue enterrado en los informes oficiales.
Pero el hecho desnudo es que EE.UU. no logró detener los ataques con
Scuds. Los lanzamientos continuaron hasta los últimos días del
conflicto. Por suerte, la inexactitud de los Scuds los convirtió en un
arma casi inútil. En un momento el general Norman Schwarzkopf bromeó
desdeñosamente ante la prensa que sus soldados corrían más riesgo de que
les cayera encima un relámpago en Georgia que un Scud en Kuwait.
Pero eso fue en aquel entonces, y sería un grave error permitir que la
ineficacia del Scud confundiera los hechos respecto al nuevo misil. La
sorprendente exactitud del Sunburn fue demostrada hace poco en una
prueba real hecha por los chinos en alta mar – y observada por aviones
espía de EE.UU. El misil Sunburn no sólo destruyó el navío señuelo, sino
que dio perfectamente en el blanco, dando en el cruce de una gran “X”
montada en el puente del navío. La única palabra que le hace justicia,
impresionante, se ha convertido en un cliché, trillada por su abuso
hiperbólico.
La Marina de EE.UU. no se ha enfrentado a nada en combate que sea tan
formidable como el misil Sunburn. Pero esto seguramente cambiará si
EE.UU. e Israel deciden lanzar una así llamada guerra preventiva contra
Irán para destruir su infraestructura nuclear. Nubes de tormenta han
estado amenazando el Golfo desde hace muchos meses. En los últimos años,
Israel ha mejorado su fuerza aérea con una nueva flota de
cazas-bombardero F-15 de largo alcance, e incluso recibió hace poco
5.000 bombas revienta-búnkeres de EE.UU. – armas que según muchos
observadores están destinadas a ser utilizadas contra Irán.
El armamento para la guerra ha sido acompañado por amenazas.
Funcionarios israelíes han declarado repetidamente que no permitirán que
los ulemas desarrollen un poder nuclear, ni siquiera reactores para
generar electricidad para uso pacífico. Sus amenazas son particularmente
inquietantes, porque Israel tiene una larga historia de guerra
preventiva. (Vea mi libro de 1989 “Dimona: the Third Temple?” y también
mi artículo de 2003 “Will Iran Be Next?” publicado en
http://www.InformationClearingHouse....rticle3288.htm)
No importa que una decisión semejante no sea cosa de Israel, y que tenga
que ver realmente con la comunidad internacional, tal como está
establecido en el Tratado de No Proliferación (NPT). Respecto a Irán,
vale la pena considerar el reciente informe de la Agencia Internacional
de Energía Atómica (IAEA) de septiembre de 2004, ya que rechaza las
afirmaciones a la ligera de EE.UU. e Israel de que Irán está
construyendo bombas. Aunque el informe critica enérgicamente a Teherán
por sus ambigüedades y su publicación a regañadientes de documentos,
afirma que los inspectores de la IAEA han sido admitidos a todas las
instalaciones nucleares del país a las que han solicitado acceso, sin
excepción. El año pasado, Irán firmó el protocolo de inspección
reforzado de la IAEA, que hasta entonces había sido voluntario. Y la
IAEA no ha encontrado ninguna evidencia concreta, hasta la fecha, ni de
que existan bombas o de que Irán haya tomado la decisión de
construirlas. (El último informe de la IAEA puede ser bajado desde:
www.GlobalSecurity.org)
En la declaración del 3 de octubre de 2004, la más clara hasta la fecha,
el director general de la IAEA Mohamed El Baradei, dijo: “Irán no tiene
un programa de armas nucleares” y, luego se repitió para subrayarlo:
“Irán no tiene un programa de armas nucleares, pero yo personalmente no
me apresuro a llegar a conclusiones antes de que se aclaren todas las
realidades. Por lo que veo no hay nada que pueda ser calificado de
peligro inminente. No he visto un programa de armas nucleares en Irán.
Lo que he visto es que Irán está logrando de obtener acceso a la
tecnología de enriquecimiento nuclear, y hasta ahora no hay ningún
peligro proveniente de Irán. Por ello, yo utilizaría medios políticos y
diplomáticos antes de pensar en recurrir a otras alternativas”.
(http://www.aljazeera.com/cgi-bin/new...ervice_id=5051)
Nadie discute que Teherán está siguiendo un camino peligroso, pero con
200 o más bombas nucleares israelíes apuntando contra ellos, la
insistencia de los iraníes en mantener abiertas todas sus opciones es
comprensible. Evidentemente, el régimen de no-proliferación nuclear
cuelga actualmente de un hilo finísimo. El mundo ha llegado a una
encrucijada fatídica.
¿Una simetría aterradora?
Si se desarrolla un enfrentamiento por Irán en los meses por venir, el
hombre que podría tener el resultado en sus manos será lanzado a la
escena mundial. Ese hombre, nos guste o lo odiemos, es el presidente
ruso Vladimir Putin. Ha sido atacado severamente en los últimos meses
por acumular demasiado poder político en sus manos. Pero según el
antiguo presidente soviético Mikhail Gorbachev, que fue entrevistado
recientemente en la televisión de EE.UU. por David Brokaw, Putin no ha
impuesto una tiranía en Rusia – todavía no. Gorbachev piensa que el
jurado todavía no se ha pronunciado sobre Putin.
Tal vez, pensando en esto, deberíamos preguntar si Vladimir Putin es un
estudiante serio de la historia. Si lo es, seguramente reconoce que la
crisis que se profundiza en el Golfo Pérsico no sólo presenta numerosos
peligros, sino también oportunidades. Podemos estar seguros de que el
dirigente ruso no ha olvidado la humillante derrota que Ronald Reagan
infligió al antiguo estado soviético. (¿La hemos olvidado nosotros, los
estadounidenses?) A mediados de los años ochenta los soviéticos estaban
en Kabul, y casi habían derrotado a los muyahidín. La Unión Soviética
parecía segura en su ocupación militar de Afganistán. Pero entonces, en
1986, los primeros misiles Stinger de EE.UU. llegaron a manos de la
resistencia afgana y, repentinamente, los helicópteros artillados
soviéticos y los MiGs comenzaron a caer de los cielos como piedras
ardientes. La marea cambió rápidamente, y en 1989 todo había terminado,
con la excepción del retorcimiento de manos y el rechinamiento de
dientes en el Kremlin. Derrotados, los soviéticos salieron por la
frontera con el rabo entre las piernas. Todo el mundo aclamó a los
Stinger estadounidenses, que se habían impuesto.
Hoy mismo por la noche, mientras sorbe su coñac, ¿qué piensa Vladimir
Putin? ¿Piensa tal vez en las perversas simetrías de la historia? Si es
así, tal puede estarse preguntando también (y discutiendo con sus
asesores más cercanos) cómo una nación verdaderamente grande como
Estados Unidos puede ser tan ciega y estúpida como para permitir que
otro estado, es decir, Israel, controle su política extranjera,
especialmente en una región tan vital (y volátil) como Medio Oriente.
Casi se puede escuchar la animada conversación de los rusos:
- ¡Los estadounidenses! ¿Qué les pasa?
- Simplemente son incapaces de hacerlo de otra manera.
- ¡Qué idiotas!
- Una nación tan estúpida merece que le den una lección...
- ¿Estamos de acuerdo, entonces, compañeros?
- ¡Demos a nuestros amigos estadounidenses una lección sobre los límites del poder militar!
¿Hay quién crea realmente que Vladimir Putin dudará en aprovechar esta
oportunidad tan excepcional de cambiar el curso de la historia y, de
pasada, vengarse? Seguramente Putin comprende las terribles dimensiones
de la trampa en la que ha caído EE.UU., gracias a los israelíes y a sus
partidarios neoconservadores en Washington que hicieron una presión tan
vociferante a favor de la invasión de Irak en 2003, contra todos los
consejos de amigos y expertos, y que ahora llaman a la guerra contra
Irán. ¿Se equivocaría Putin si llegara a la conclusión que EE.UU. nunca
abandonará la región a menos que sea derrotado militarmente? ¿Podemos
culparlo por decidir que Irán es “un puente demasiado lejos”?
Si EE.UU. e Israel se sobre-extienden, y los iraníes cierran la red con
misiles rusos antinavíos, sería por cierto una aterradora simetría...
La trampa
En la batalla de Cannae en 216 AC el gran general cartaginés, Hanibal,
tentó a un ejército romano mucho mayor a un avance funesto, y luego lo
acorraló y lo aniquiló con una fuerza inferior. De un ejército romano de
70.000 hombres, no escaparon más de unos pocos miles. Se dijo que
después de muchas horas matando romanos, los soldados de Hanibal se
cansaron tanto que dejaron de combatir. En su cansancio perdonaron la
vida a los deshechos y malparados romanos...
Recemos para que los marineros estadounidenses que hayan sido
suficientemente desafortunados como para encontrarse en la línea de
fuego en el Golfo Pérsico cuando comiencen los disparos escapen a la
suerte del ejército romano en Cannae. Las probabilidades estarán en su
contra, sin embargo, porque confrontarán el mismo tipo de peligro,
equivalente al encierro. Los navíos de EE.UU. en el Golfo ya habrán
llegado dentro del área de alcance los misiles Sunburn y los misiles aún
más avanzados SS-NX-26 Yakhonts, también hechos en Rusia (velocidad:
2,9 Mach; alcance: 288km) desplegados por los iraníes a lo largo del
litoral norteño del Golfo. Todos los navíos de EE.UU. estarán expuestos y
serán vulnerables. Cuando los iraníes cierren la trampa, todo el lago
se convertirá en un mar de la muerte.
Los misiles crucero contra navíos no son nuevos, como he mencionado.
Tampoco han determinado hasta ahora el resultado de un conflicto. Pero
es probablemente sólo porque esas horrendas armas jamás han sido
desplegadas en cantidades suficientes. En la época de la guerra de las
Malvinas la fuerza aérea argentina poseía sólo cinco Exocet, pero logró
hundir dos navíos. Si hubieran tenido bastantes, los argentinos podrían
haber hundido toda la flota británica, y ganado la guerra. Aunque nunca
hemos visto un ataque masivo con misiles crucero, es exactamente lo que
confrontaría la Marina de EE.UU. en la próxima guerra del Golfo. Hay que
tratar de imaginárselo, si es posible: una andanada tras otra de
misiles de la clase de los Exocet, de los que se sabe que Irán tiene
centenares, así como los imparables misiles Sunburn y Yakhonts. Las
preguntas que deberían hacerse nuestros miopes gobernantes, hoy en día,
si les importa en algo lo que los historiadores dirán algún día sobre
ellos, son dos: ¿cuántos misiles rusos antinavíos han sido suministrados
hasta ahora por Putin a Irán? Y: ¿cuántos más se encuentran en el
proceso de ser entregados? En 2001 Jane’s Defense Weekly informó que
Irán estaba tratando de adquirir misiles antinavíos de Rusia. Como un
mal presagio, el mismo informe también señala que el misil Yakhonts ha
sido “optimado para ataques contra fuerzas de ataque en portaaviones”.
Al parecer su sistema de guía es “capaz de distinguir a un portaaviones
de sus escoltas”. La cantidad no fue revelada...
La Marina de EE.UU. será atacada aunque EE.UU. no participe en los
primeros así llamados ataques quirúrgicos contra las instalaciones
nucleares de Irán, es decir, incluso si Israel lo hace solo. La
nuevísima flota de 25 F-15 (pagados por los contribuyentes de EE.UU.)
tiene un alcance suficiente para atacar Irán, pero los israelíes no
pueden realizar un ataque sin cruzar el espacio aéreo de Irak ocupado
por EE.UU. No tendrá mayor importancia si Washington da la luz verde, o
si es arrastrado al conflicto por un Israel recalcitrante. De todas
maneras, el resultado será el mismo. Los iraníes interpretarán la
aquiescencia de EE.UU. como complicidad, y, en todo caso, comprenderán
que la verdadera lucha es con los estadounidenses. Los iraníes tendrán
todo derecho para contraatacar en defensa propia. La mayor parte del
mundo lo verá así, y los apoyará, no a EE.UU. EE.UU. e Israel serán
considerados como agresores, incluso si los desafortunados marineros de
EE.UU. se convierten en carne de cañón. En las aguas poco profundas y
confinadas del Golfo, será difícil realizar maniobras evasivas, en el
mejor de los casos, y el escape imposible. Incluso si aviones de EE.UU.
controlan los cielos por sobre el campo de batalla, los marineros
atrapados en la red por debajo tendrán dificultades para sobrevivir. El
Golfo se enrojecerá con sangre estadounidense...
De ahí, la cosa sólo empeorará. Armados con sus misiles crucero
suministrados por los rusos, los iraníes cerrarán la única salida del
lago, el estratégico Estrecho de Hormuz, aislando a los atrapados y
moribundos estadounidenses de toda ayuda y rescate. La flota de EE.UU.
congregada en el Océano Índico se mantendrá al margen, sin poder hacer
nada, incapaz de entrar al Golfo para socorrer a los supervivientes o
para proveer apoyo logístico a otras fuerzas de EE.UU. involucradas en
Irak. Si se combina esto con una nueva gran ofensiva de los insurgentes
iraquíes, de repente, se habrá vuelto la tortilla contra los
estadounidenses en Bagdad. A medida que los suministros y las municiones
comiencen a agotarse, la condición de las fuerzas de EE.UU. en la
región se hará precaria. Los ocupantes se convertirán en sitiados...
Con suficientes misiles antinavíos, los iraníes pueden detener el
tráfico de tankers petroleros por Hormuz durante semanas, incluso meses.
Con la interrupción del flujo de petróleo del Golfo, el precio de un
barril de crudo se disparará en el mercado mundial. Dentro de días la
economía global comenzará a estancarse. Los ánimos en una sesión
continua de emergencia en el Consejo de Seguridad se enardecerán y
probablemente estallarán en gritos y recriminaciones cuando los
embajadores francés, alemán, chino, e incluso británico, acusen
furiosamente a EE.UU. de permitir que Israel amenace el orden mundial.
Pero, como siempre, gracias al veto de EE.UU. el organismo mundial no
podrá actuar...
EE.UU. se quedará solo, completamente aislado. Sin embargo, a pesar del
ambiente internacional cada vez más hostil, elementos de los medios de
EE.UU. se las arreglarán para presentar la crisis de un modo muy
diferente aquí en el país: de un modo que sea favorable a Israel.
Miembros del Congreso se levantarán para hablar en la Cámara y en el
Senado, y se apresurarán a defender a Israel, mientras acusan a la
víctima del ataque: Irán. Presentadores cristianos fundamentalistas de
los talk shows de la televisión proclamarán el cumplimiento histórico de
la profecía bíblica en nuestros tiempos, y llamarán a los judíos de
Israel a aceptar a Jesús en sus corazones; exhortando, al mismo tiempo,
al presidente a atacar con bombas nucleares al malvado imperio del
Islam. De todo EE.UU. se escucharán gritos histriónicos pidiendo nuevos
refuerzos, incluso un servicio militar obligatorio. Patriotas exigirán
la victoria a cualquier precio. Los expertos gritarán pidiendo una
escalada del conflicto.
Una guerra presentada ostensiblemente como un intento de impedir la
diseminación de armas nucleares se tambaleará a punto de utilizarlas...
Seguro que Vladimir Putin, desempeñara un papel decisivo en la proxima gran
guerra. Si siendo primer ministro su influencia es muy marcada en la
politica internacional de Rusia, imaginate lo que hara ya siendo
presidente. Es claro que el tiene una vision mas amplia que el
presidente actual,Dimitri Medvédev,
En la guerra de las Malvinas, Argentina la perdio, por una sola razon: Estados Unidos. ¿ por que?. Por que los gringos sabotearon los sitemas
electronicos de los misiles Exocet que poseian, lo hizo por medio de
su lacayo frances. Francia fue quien suministro los pocos misiles que
poseia Argentina, y ya no le quisieron vender mas, por presiones Estadunidenses, en vista de la guerra que se aproximaba. Asi mismo. Francia suministro los codigos de dichos misiles a la inteligencia
britanica, con lo cual lograron inutilizarlos. Argentina fue
traicionada por EEUU y Francia, algo que no es para nada nuevo, asi se
las gastan estos buitres. Otra historia seria si los gringos no
hubieran metido las narices.
Ahora hay que ver como se desenvuelven los misiles rusos. Si son tan
eficases como los Exocet. o mejores en su desempeño. No creo que Rusia o China traicionene a Iran y Siria. Es mas, para Rusia sera una
exelente oportunidad para probar lo mejor de su tecnologia militar, ya
lo hizo una vez, en la guerra con Georgia, y demostro ser muy eficiente. Creo que Rusia esta vez no dejara solo a Iran, como si lo hicieron
con Irak y Libia.
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