"Teniendo en cuenta el impacto en las empresas radicadas en Rusia se tomaron las medidas necesarias con el fin de garantizar la estabilidad de proyectos importantes para la seguridad energética de Japón", declararon desde el Ministerio de Economía japonés.
Se precisa que Tokio permitirá los servicios de ingeniería relacionados con el almacenamiento, exploración, producción, transportación y licuefacción de petróleo y gas para el proyecto Sakhalin-1, controlado por la empresa energética rusa Rosneft, y las plantas de gas natural licuado (GNL) Sakhalin-2, bajo control Gazprom, y Arctic LNG 2, controlada por Novatek.
El consorcio nipón Sodeco —que incluye a Japex, Itochu, Marubeni e Inpex— posee el 30% de Sakhalin-1. Mitsui posee el 12,5% de Sakhalin-2 y Mitsubishi el 10% del mismo proyecto. Las empresas japonesas también poseen el 10% de Arctic LNG 2 en Yamal.
Japón es el mayor importador de gas natural licuado del mundo con un 9% de su suministro total proveniente de Rusia, al término de 2022. Además, en mayo de 2023, los suministros de GNL ruso a este país aumentaron un 9,1%.
Tokio no deja de hablar de la importancia de los proyectos de petróleo y gas en Rusia, y las empresas japonesas decidieron mantener sus participaciones en ellas a diferencia de la compañía energética estadounidense Exxon y la empresa anglo-holandesa Shell, que anunciaron su retirada de los proyectos. En marzo de 2023, el primer ministro nipón, Fumio Kishida, afirmó que su país seguiría participando en los proyectos, ya que se prevé un crecimiento de la demanda de GNL.
Japón acordó en 2022 con los socios del G7 una excepción al techo de los precios del petróleo para los proyectos en la isla de Sajalín. El Departamento del Tesoro de EEUU le ha permitido seguir comprándolo, pero solo hasta el 30 de septiembre de 2023.
No hay comentarios:
Publicar un comentario