El daño causado a los activos ucranianos aparentemente fue tan grave que el Ejército, que por lo general está dispuesto a embellecer sus logros, en esta ocasión alega que únicamente pudo interceptar menos de la mitad de los misiles lanzados contra objetivos en Odesa, aunque la veracidad de tales afirmaciones no se pudo confirmar de inmediato.
A pesar de que el presidente de Ucrania, Volodímir Zelenski, aprovechó la oportunidad inmediatamente para exigir más sistemas de defensa aérea de Occidente, no está claro si estas armas —si es que se envían, en primer lugar— ayudarían a Kiev a conseguir una ventaja sobre Rusia en el campo de batalla.
En entrevista con Sputnik, la exanalista del Departamento de Defensa Karen Kwiatkowski, teniente coronel retirada de la Fuerza Aérea de Estados Unidos (USAF, por sus siglas en inglés), detalló que los sistemas antiaéreos que los países occidentales han suministrado a Ucrania —como Patriots, NASAMS e IRIS-T— "han demostrado ser menos confiables, difíciles de operar en condiciones de campo de batalla, no integrados en el plan de batalla ucraniano".
"La naturaleza experimental del campo de batalla de Ucrania para Occidente es, en parte, para ver qué mejoras pueden hacer en las operaciones, tácticas, logística y entrenamiento para estos sistemas", aseguro Kwiatkowski.
Sin embargo, declaró que lo anterior ha tenido un alto costo tanto para Estados Unidos como para la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), pero sobre todo para Kiev.
"Creo que ha habido algunos éxitos en la defensa aérea, donde se contrarrestan los misiles y los drones, pero sospecho que los analistas en el Pentágono y los fabricantes de estos sistemas (Raytheon, Kongsberg y Diehl) están estudiando las implementaciones de campo y el rendimiento de estos sistemas y señalando con el dedo", aseveró la analista.
De acuerdo con la exuniformada, la potencial llegada de nuevos sistemas de defensa aérea de Occidente a Ucrania y su despliegue en el campo de batalla podría resultar en una rápida destrucción de estas armas a manos de las fuerzas rusas.
"Si la movilidad, la logística, el entrenamiento, un plan de batalla integrado y una excelente inteligencia y visibilidad del campo de batalla son excelentes y están presentes, esos sistemas pueden funcionar bien. Simplemente no es factible para Ucrania integrarlos en lo que ya están trabajando", explico la experta en temas de defensa.
Asimismo, precisó que incluso en Occidente todavía se está aprendiendo a utilizar estos sistemas de forma efectiva en el campo de batalla, por lo que esperar que las tropas ucranianas devastadas por el combate agreguen esto a su lista "es una locura".
Sobre las razones por las cuales los países occidentales son incapaces de proporcionar al régimen de Kiev un sistema de defensa aéreo impenetrable, la especialista en asuntos militares apunta que nadie ha inventado tal cosa todavía.
La analista compartió su opinión respecto a por qué Estados Unidos envía equipo militar al país de Europa del Este: el conflicto en Ucrania tiene un propósito de lucro por parte de Washington, que se relaciona directamente con los sistemas de control de población y defensa nacional de ese país.
"Al igual que con las armas más antiguas y las municiones de racimo caducadas que estamos dando a Ucrania, vemos que incluso en los sistemas más grandes de defensa y ataque, como el Patriot, Estados Unidos y la OTAN están dándole basura a los ucranianos —logrando que los rusos destruyan toda la chatarra en tierras ucranianas—"; evaluó.
"Así, la reposición de existencias y el desarrollo de nuevos sistemas pueden convertirse en un gran generador de ganancias para las principales compañías estadounidenses (con la ayuda de sus lacayos del Congreso en ambos partidos) y sus socios europeos cuidadosamente seleccionados", dijo.
Agregó que para Kiev tratar de "integrar un lote mixto de sistemas militares, de distintos fabricantes, entregados al azar y a menudo en pequeñas cantidades sin apoyo aéreo" y luego tratar de "realizar una operación de armas combinadas" es una tarea difícil, si no francamente imposible.
"Y eso es, en gran parte, lo que el Ejército de Ucrania está tratando de hacer, a pesar de que supuestamente la OTAN lo estaba armando y preparando para la batalla desde el 2014", detalló.
Finalmente, aseguró que "es un testamento para la propia disfunción de la OTAN y los logros de Estados Unidos y los miembros de la Alianza en el conflicto con respecto a Ucrania; son vistos por muchos de los miembros como un campo de batalla experimental o de sacrificio para otro objetivo en común".
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