En el zoom cronológico de 1978, Zbigniew Brzezinski, entonces asesor de Seguridad Nacional de Carter, manejó un "Arco de la Crisis" contra la extinta URSS como aplicación del "Plan Bernard Lewis" (la balcanización de los Mundos Árabe e Islámico): un año después fue derrocado el Shah de Irán mediante la Revolución Islámica chiíta del ayatolá Jomeini.
Seis años más tarde, los separatistas sijs de la India asesinaron a la exprimera ministra Índira Gandhi en el Templo Dorado de Amritsar.
Es sorprendente cómo se superpone y yuxtapone el "Arco de la Crisis" de 1978 a los "Balcanes Euroasiáticos" del libro El Gran Tablero de Ajedrez Mundial, 19 años después.
Entre los tradicionales "Balcanes europeos" y los "Balcanes euroasiáticos" de Brzezinski se encuentra el mar Negro de la fase post-Ucrania.
Los "Balcanes euroasiáticos" comprenden el TransCáucaso, el Mar Caspio, Irán, Afganistán, las ex-repúblicas centroasiáticas y la parte occidental de China.
Curiosamente, su círculo concéntrico es extensivo hasta el mar Negro, Turquía, Siria, Líbano, Israel, parte de Egipto y Sudán, Yemen, además de Jordania, y las seis petromonarquias árabes del Golfo Pérsico que incluyen a Arabia Saudita.
Antes de fallecer, Brzezinski —creador de los muyahidines de Osama bin Laden para entrampar a la ex-URSS— diluyó su consuetudinario vino bélico al abogar un G-3 de EEUU con Rusia y China, hoy impensable cuando trasciende un G-2 de Rusia y China, que ha dejado aislado a EEUU frente al portentoso despertar del Sur Global.
Más sorprendente aún es la nueva yuxtaposición y superposición de los eventos en curso —45 años después al Arco de la Crisis y 26 años después al libro de Brzezinski: desde la extinción del enclave armenio de Nagorno-Karabaj (mediante un supuesto arreglo entre el primer ministro armenio Pashinián y el mega especulador globalista jázaro y rusófobo George Soros, hasta la explosividad descontrolada de la cuarta guerra de Netanyahu contra Hamás.
Los “Balcanes euroasiáticos” de Brzezinski se conjugan con su “Arco de la Crisis”, sin olvidar los siempre incandescentes “Balcanes europeos”: donde se detonó la Primera Guerra Mundial, impactó la Segunda Guerra Mundial y ahora toman nueva vida en Kosovo, debido a las metástasis post-Ucrania.
A cada quien su plan para golpear el soft belly (bajo vientre) de Rusia, primordialmente en el TransCáucaso. Desde 1982, Oded Yinon —funcionario de Relaciones Exteriores del Gobierno israelí— abogó por la balcanización del Medio Oriente para favorecer a Israel en su documento Estrategia para Israel en los Años Ochenta. El Plan Yinon se asemeja al Arco de la Crisis de 1978.
El reciente nuevo mapa del primer Netanyahu, donde elimina en forma unilateral la existencia de Gaza y Cisjordania, cumple al pie de la letra la postura de Rand — think tank militar de EEUU que “racionaliza” la inviabilidad de “dos Estados” contiguos de Israel y Palestina.
No todo es color de rosa en esta cuarta guerra de Netanyahu contra Hamás cuando el connotado investigador Seymour Hersh le sentencia sus días contados, como lo son también ya los de su correligionario jázaro, el comediante Zelenski.
En forma coincidente, las agendas de Zelenski y Netanyahu han llegado a perturbar la política doméstica de EEUU cuando Biden, en un teatral ardid de demagogia electorera, ha enviado a su portaviones de lujo USS Gerald Ford a "proteger" a Israel, que posee entre 90 y 400 bombas nucleares (dependiendo quien haga las estadísticas) para liquidar a Hamás, que supuestamente sorprendió con su deletérea incursión con parapentes, motocicletas y misiles de fabricación casera.
Biden ha optado por la "fuga hacia delante" cuando el legislador Michael McCaul, mandamás del poderoso Comité de Relaciones Exteriores, comentó que "Israel fue advertido por Egipto de una violencia potencial 3 días antes del cruzamiento letal transfronterizo de Hamás.
Una de las consecuencias de la nada improbable escalada regional, que puede llevar a la extinción de Gaza, sería el alza del petróleo, según el esquema secuencial de la escalada por Bloomberg.
A quien menos le convendría un alza del petróleo es a Biden, en medio de la incoercible inflación de EEUU, la crisis de la deuda, el avance irresistible de los BRICS, la desglobalización y la desdolarización.
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