VATICANO
El trasfondo de la nueva intriga vaticana parece tener que ver con la elección del próximo papa, o más bien con a quién algunos no quieren ver en la Cátedra de San Pedro después de Joseph Ratzinger.
El papa Benedicto XVI durante una misa en El Vaticano (AP)
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EL UNIVERSAL
domingo 19 de febrero de 2012 10:42 AM
Roma.- En el nuevo
consistorio para la creación de cardenales, el papa Benedicto XVI ha
apostado claramente por purpurados de países europeos. Además, dos meses
antes de su 85 cumpleaños, son ya mayoría los cardenales electores
nombrados durante el actual pontificado.
La asamblea general del colegio cardenalicio de este fin de semana se vio oscurecida por rumores sobre intrigas tras los muros del Vaticano que provocaron incluso titulares sobre un presunto "complot" para asesinar a Joseph Ratzinger.
De los ahora 125 cardenales que por tener menos de 80 años podrían participar en un eventual cónclave para elegir a un nuevo jefe de la Iglesia católica, 63 fueron creados por el pontífice alemán, mientras que los 62 restantes provienen todavía de tiempos de su predecesor Juan Pablo II.
El país más representado sigue siendo Italia, con 30 cardenales. Pero, ¿significa esto que el próximo papa será un italiano después del polaco Karol Wojtyla y el alemán Ratzinger? No tiene por qué.
Sin embargo, llama la atención que de los 22 neocardenales que recibieron su capelo y su anillo el sábado, casi la mitad, diez, trabajan en la curia romana y que, en total, 16 son europeos. Siete de ellos son italianos y dos son de la Alemania natal del papa, que ya tiene nueve cardenales y se acerca con ello a los diez de países con mayor número de católicos como España o Brasil. El peso del Viejo Mundo crece en el Senado de la Iglesia.
El trasfondo de la nueva intriga vaticana parece tener que ver con la elección del próximo papa, o más bien con a quién algunos no quieren ver en la Cátedra de San Pedro después de Joseph Ratzinger. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, criticó que documentos de la curia, por ejemplo sobre el supuesto complot, hayan trascendido "de manera desleal" a la prensa.
Como un eco a los titulares de los últimos días sonaban las palabras finales de Benedicto, de 84 años, durante el consistorio: "Pedid también por mí, para que pueda ofrecer siempre al pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura y regir con humilde firmeza el timón de la santa Iglesia".
Según el Corriere della Sera, muchos cardenales expresaron durante el consistorio una gran preocupación porque un "estilo de gobierno" débil en la curia romana pudiera repercutir negativamente sobre toda la Iglesia universal.
El desviamiento del eje geopolítico en el nuevo colegio cardenalicio no es el único acento que sentó Benedicto este fin de semana. También celebró una ceremonia simplificada para la creación de cardenales, en la que entregó a los nuevos purpurados su anillo carcenalicio -un objeto de gran carga simbólica- durante el mismo consistorio del sábado y no en la misa del día después.
"El anillo siempre ha sido considerano un signo especial de unión, pues también los cónyuges se unen con un anillo", afirma el experto en Historia de la Iglesia Ulrich Nersinger. Llevar el anillo cardenalicio significa "sentirse muy unido al papa y la Iglesia", indica Nersinger, quien consideró que también se podría concluir que Benedicto está pidiendo respaldo en tiempos de intrigas.
Benedicto XVI ha dejado claro en varias ocasiones lo importante que resulta para él la unidad de la Iglesia, especialmente en tiempos de crisis como por ejemplo por el escándalo de abusos sexuales o la progresiva secularización: Por un lado refuerza la curia, pese a que críticos de entre sus filas ya la consideran sobredimensionada, y por otro insiste en la "nueva evangelización" del Viejo Mundo. África y Asia, donde el número de católicos crece más rápido que en otras regiones, están subrepresentadas en el colegio cardenalicio.
Ante la creación de nuevos cardenales, resulta legítimo pensar en el próximo pontífice. De vez en cuando, los "vaticanólogos" italianos también mencionan rumores de que el papa podría renunciar, por ejemplo de cara a su 85 cumpleaños en abril. Sin embargo, este planea sus viajes más allá de esa fecha y en otoño podría visitar Líbano.
La asamblea general del colegio cardenalicio de este fin de semana se vio oscurecida por rumores sobre intrigas tras los muros del Vaticano que provocaron incluso titulares sobre un presunto "complot" para asesinar a Joseph Ratzinger.
De los ahora 125 cardenales que por tener menos de 80 años podrían participar en un eventual cónclave para elegir a un nuevo jefe de la Iglesia católica, 63 fueron creados por el pontífice alemán, mientras que los 62 restantes provienen todavía de tiempos de su predecesor Juan Pablo II.
El país más representado sigue siendo Italia, con 30 cardenales. Pero, ¿significa esto que el próximo papa será un italiano después del polaco Karol Wojtyla y el alemán Ratzinger? No tiene por qué.
Sin embargo, llama la atención que de los 22 neocardenales que recibieron su capelo y su anillo el sábado, casi la mitad, diez, trabajan en la curia romana y que, en total, 16 son europeos. Siete de ellos son italianos y dos son de la Alemania natal del papa, que ya tiene nueve cardenales y se acerca con ello a los diez de países con mayor número de católicos como España o Brasil. El peso del Viejo Mundo crece en el Senado de la Iglesia.
El trasfondo de la nueva intriga vaticana parece tener que ver con la elección del próximo papa, o más bien con a quién algunos no quieren ver en la Cátedra de San Pedro después de Joseph Ratzinger. El portavoz de la Santa Sede, Federico Lombardi, criticó que documentos de la curia, por ejemplo sobre el supuesto complot, hayan trascendido "de manera desleal" a la prensa.
Como un eco a los titulares de los últimos días sonaban las palabras finales de Benedicto, de 84 años, durante el consistorio: "Pedid también por mí, para que pueda ofrecer siempre al pueblo de Dios el testimonio de la doctrina segura y regir con humilde firmeza el timón de la santa Iglesia".
Según el Corriere della Sera, muchos cardenales expresaron durante el consistorio una gran preocupación porque un "estilo de gobierno" débil en la curia romana pudiera repercutir negativamente sobre toda la Iglesia universal.
El desviamiento del eje geopolítico en el nuevo colegio cardenalicio no es el único acento que sentó Benedicto este fin de semana. También celebró una ceremonia simplificada para la creación de cardenales, en la que entregó a los nuevos purpurados su anillo carcenalicio -un objeto de gran carga simbólica- durante el mismo consistorio del sábado y no en la misa del día después.
"El anillo siempre ha sido considerano un signo especial de unión, pues también los cónyuges se unen con un anillo", afirma el experto en Historia de la Iglesia Ulrich Nersinger. Llevar el anillo cardenalicio significa "sentirse muy unido al papa y la Iglesia", indica Nersinger, quien consideró que también se podría concluir que Benedicto está pidiendo respaldo en tiempos de intrigas.
Benedicto XVI ha dejado claro en varias ocasiones lo importante que resulta para él la unidad de la Iglesia, especialmente en tiempos de crisis como por ejemplo por el escándalo de abusos sexuales o la progresiva secularización: Por un lado refuerza la curia, pese a que críticos de entre sus filas ya la consideran sobredimensionada, y por otro insiste en la "nueva evangelización" del Viejo Mundo. África y Asia, donde el número de católicos crece más rápido que en otras regiones, están subrepresentadas en el colegio cardenalicio.
Ante la creación de nuevos cardenales, resulta legítimo pensar en el próximo pontífice. De vez en cuando, los "vaticanólogos" italianos también mencionan rumores de que el papa podría renunciar, por ejemplo de cara a su 85 cumpleaños en abril. Sin embargo, este planea sus viajes más allá de esa fecha y en otoño podría visitar Líbano.
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COMPLOT CONTRA LA IGLESIA
ResponderEliminarEn los preparativos del Concilio Vaticano ll, rabinos y masones conspiraron para derrotar a la Iglesia, infiltrando directrices conciliares, ideadas para terminar de judaizar el cristianismo. Las implicaciones judaizantes post Conciliares alcanzaron su clímax en los pontificado de Juan Pablo II y Benedicto XVI, causando la oposición de los sedevacantistas que desconocen los cambios modernistas tratando de evitar la abrogación sutil de los dogmas de la divinidad de Cristo, la divina Trinidad, la Nueva Alianza, los Evangelios y Cánones antisemitas fruto de los concilios organizados para defender a la Iglesia de los eternos ataques de la Sinagoga, a fin de exonerar a el pueblo judío del crimen de Cristo y convertir a la Iglesia Católica en una escuela bíblica portavoz de la moral natural dictada por Dios a Noe (noeajida) para gobernar a las bestias humanas (goyins: los pueblos no judíos). La táctica sutil empleada por Juan Pablo II para terminar de judaizar el cristianismo, opinando ante los medios que “los judíos son nuestros hermanos mayores en la fe” (siendo enemigos acérrimos del cristianismo desde la Iglesia primitiva hasta nuestros días), a merita la revisión jurídica del diferendo pontificio __{opuesto a la sentencia dictada por Cristo [Mateo XXIII, 1 al 35] en su diatriba contra el puritanismo hipócrita de los sacerdotes y escribas de la Sinagoga señalando como reos de pena eterna a los seguidores de la doctrina judía (ethos: religión racista) y la conducta (pathos criminal y genocida serial) de Israel. A la luz de los genocidios seriales bíblicos e históricos cometidos por el pueblo judío, a fin de determinar la vigencia del ad quem recurrido}__ que decidirá la victoria o derrota del judaísmo sobre el cristianismo y, la trascendencia o la involución de la humanidad. Tanto la apelación como la posterior beatificación de Juan Pablo II, son directrices dictadas por la Sinagoga para culminar la labor judaizante intra iglesia ejercitando el autoritarismo pontificio para imponerlas. Y ante la oposición de los padres de FSSPX a los cambios modernistas de la Iglesia post conciliar, los barones de la banca mundial judía ordenaron al jefe de los conjurados, exija a los lefebvristas la aceptación de la encíclica “Nostra Aetate”, que marca la posición de la iglesia ante los judíos. Haciendo evidente la subordinación apostata de la Iglesia postconciliar a las directrices de los príncipes de la sinagoga y el gobierno mundial judío, y la traición a Cristo y la Iglesia de Juan Pablo II y Benedicto XVI, jefes de los conjurados; por ello, apelamos la beatificación de Juan Pablo II, y exigimos la abdicación inmediata de Benedicto XVI. http://radiocristiandad.wordpress.com/2012/05/12/traiciones-sin-fin-se-exigira-a-los-lefebvristas-que-acepten-la-nostra-aetate-que-marca-la-posicion-de-la-iglesia-postconciliar-ante-los-judios/
http://es.scribd.com/doc/25010108/El-Complot-Mundial-Contra-El-Estado-La-Iglesia-Y-La-Sociedad-Cristiana
http://www.ivoox.com/complot-contra-iglesia_md_272781_1.mp3?source=REFERER_DOWNLOAD