Israel impedirá que los sistemas antiaéreos rusos S-300 entren en
servicio operacional en Siria, informaron fuentes diplomáticas que
citan al jefe del Consejo israelí de Seguridad Nacional, Yaakov Amidror.
“De sus palabras hemos entendido que el Gobierno de Israel no cree
posible prevenir la transferencia de los misiles (S-300), así que
actuará contra ellos después del traspaso pero antes de que se pongan en
servicio operacional”, explicó un diplomático que presenció el discurso
de Amidror ante los embajadores de 27 países miembros de la UE. Amidror
dijo que Israel no quiere intervenir en Siria ni influir en la
situación dentro de este país, pero reaccionará cuando sea necesario
para proteger su seguridad y, por tanto, prevendrá en el futuro la
transferencia de armas avanzadas a las milicias chiíes de Hezbollah, en
Líbano. Anteriormente, Israel realizó
varios ataques aéreos contra el territorio de Siria para impedir el
transporte de misiles iraníes a Hezbollah, según fuentes de Inteligencia
occidentales. Portavoces del Gobierno israelí rehusaron hoy comentar el
asunto de los S-300. El primer ministro Benjamín Netanyahu, en sus
recientes entrevistas con los ministros de Exteriores de varios países
de la UE, calificó los S-300 de “grave amenaza a la seguridad” y
advirtió de que Israel “no puede quedarse de brazos cruzados”. Si estos
misiles entrasen en servicio operacional, todo el espacio aéreo de
Israel se convertiría en una zona de exclusión, según Netanyahu.
Los S-300 disponen de un moderno radar capaz de identificar y seguir
objetivos a gran distancia, así como de misiles antiaéreos con alcance
de 200 kilómetros. Se requieren entre tres y seis meses, según Haaretz,
para poner los sistemas S-300 en servicio. Técnicos y operadores sirios
deberán someterse a un curso de entrenamiento, tal vez en Rusia, aunque
algunas etapas del proceso deberán desarrollarse sobre el terreno. El
presidente de Siria, Bashar Asad, declaró en una entrevista con la
televisión libanesa Al-Manar que Damasco ya recibió el primer cargamento
de sistemas antiaéreos rusos S-300 y espera en breve la llegada de un
segundo lote. Rusia ha subrayado en más de una ocasión que solo
suministra a Siria armas defensivas de acuerdo a un antiguo contrato,
sin violar ninguna ley internacional. Las entregas de S-300 a Siria,
según Moscú, podrían ser un factor disuasivo frente a una eventual
intervención militar extranjera en el país árabe.
Israel impedirá que los sistemas antiaéreos rusos S-300 entren en
servicio operacional en Siria, informaron fuentes diplomáticas que
citan al jefe del Consejo israelí de Seguridad Nacional, Yaakov Amidror.
“De sus palabras hemos entendido que el Gobierno de Israel no cree posible prevenir la transferencia de los misiles (S-300), así que actuará contra ellos después del traspaso pero antes de que se pongan en servicio operacional”, explicó un diplomático que presenció el discurso de Amidror ante los embajadores de 27 países miembros de la UE. Amidror dijo que Israel no quiere intervenir en Siria ni influir en la situación dentro de este país, pero reaccionará cuando sea necesario para proteger su seguridad y, por tanto, prevendrá en el futuro la transferencia de armas avanzadas a las milicias chiíes de Hezbollah, en Líbano. Anteriormente, Israel realizó varios ataques aéreos contra el territorio de Siria para impedir el transporte de misiles iraníes a Hezbollah, según fuentes de Inteligencia occidentales. Portavoces del Gobierno israelí rehusaron hoy comentar el asunto de los S-300. El primer ministro Benjamín Netanyahu, en sus recientes entrevistas con los ministros de Exteriores de varios países de la UE, calificó los S-300 de “grave amenaza a la seguridad” y advirtió de que Israel “no puede quedarse de brazos cruzados”. Si estos misiles entrasen en servicio operacional, todo el espacio aéreo de Israel se convertiría en una zona de exclusión, según Netanyahu.
Los S-300 disponen de un moderno radar capaz de identificar y seguir objetivos a gran distancia, así como de misiles antiaéreos con alcance de 200 kilómetros. Se requieren entre tres y seis meses, según Haaretz, para poner los sistemas S-300 en servicio. Técnicos y operadores sirios deberán someterse a un curso de entrenamiento, tal vez en Rusia, aunque algunas etapas del proceso deberán desarrollarse sobre el terreno. El presidente de Siria, Bashar Asad, declaró en una entrevista con la televisión libanesa Al-Manar que Damasco ya recibió el primer cargamento de sistemas antiaéreos rusos S-300 y espera en breve la llegada de un segundo lote. Rusia ha subrayado en más de una ocasión que solo suministra a Siria armas defensivas de acuerdo a un antiguo contrato, sin violar ninguna ley internacional. Las entregas de S-300 a Siria, según Moscú, podrían ser un factor disuasivo frente a una eventual intervención militar extranjera en el país árabe.
“De sus palabras hemos entendido que el Gobierno de Israel no cree posible prevenir la transferencia de los misiles (S-300), así que actuará contra ellos después del traspaso pero antes de que se pongan en servicio operacional”, explicó un diplomático que presenció el discurso de Amidror ante los embajadores de 27 países miembros de la UE. Amidror dijo que Israel no quiere intervenir en Siria ni influir en la situación dentro de este país, pero reaccionará cuando sea necesario para proteger su seguridad y, por tanto, prevendrá en el futuro la transferencia de armas avanzadas a las milicias chiíes de Hezbollah, en Líbano. Anteriormente, Israel realizó varios ataques aéreos contra el territorio de Siria para impedir el transporte de misiles iraníes a Hezbollah, según fuentes de Inteligencia occidentales. Portavoces del Gobierno israelí rehusaron hoy comentar el asunto de los S-300. El primer ministro Benjamín Netanyahu, en sus recientes entrevistas con los ministros de Exteriores de varios países de la UE, calificó los S-300 de “grave amenaza a la seguridad” y advirtió de que Israel “no puede quedarse de brazos cruzados”. Si estos misiles entrasen en servicio operacional, todo el espacio aéreo de Israel se convertiría en una zona de exclusión, según Netanyahu.
Los S-300 disponen de un moderno radar capaz de identificar y seguir objetivos a gran distancia, así como de misiles antiaéreos con alcance de 200 kilómetros. Se requieren entre tres y seis meses, según Haaretz, para poner los sistemas S-300 en servicio. Técnicos y operadores sirios deberán someterse a un curso de entrenamiento, tal vez en Rusia, aunque algunas etapas del proceso deberán desarrollarse sobre el terreno. El presidente de Siria, Bashar Asad, declaró en una entrevista con la televisión libanesa Al-Manar que Damasco ya recibió el primer cargamento de sistemas antiaéreos rusos S-300 y espera en breve la llegada de un segundo lote. Rusia ha subrayado en más de una ocasión que solo suministra a Siria armas defensivas de acuerdo a un antiguo contrato, sin violar ninguna ley internacional. Las entregas de S-300 a Siria, según Moscú, podrían ser un factor disuasivo frente a una eventual intervención militar extranjera en el país árabe.
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