El presidente de la Federación Rusa, Vladimir Putin, ha expresado su disposición a enviar ayuda militar a Bielorrusia si fuera necesario.
Según ha informado este domingo el Kremlin, el mandatario ruso, en una conversación telefónica mantenida con su par bielorruso, Alexander Lukashenko, ha aseverado que, conforme a un acuerdo militar colectivo suscrito entre los dos países, Moscú está listo para enviar tropas a Bielorrusia, si fuera necesario, ante el aumento de una presión externa.
El anuncio se produce el mismo día en el que Lukashenko ha advertido de la presencia de fuerzas militares de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), encabezada por EE.UU., cerca de las fronteras occidentales de Bielorrusia.
“Miren a su alrededor: tanques, aviones a punto de despegar a 15 minutos de nuestras fronteras. ¡Y no es en vano! Las tropas de la OTAN calientan sus tanques a nuestras puertas. Hay una acumulación militar cerca de las fronteras occidentales”, ha alertado en un mitin celebrado en el centro de Minsk, capital bielorrusa.
Su aviso se produce un día después de que ordenara trasladar una brigada de las fuerzas aerotransportadas desde la ciudad de Vitebsk hasta Grodno, debido a la creciente actividad de la Alianza Atlántica en Polonia y Letonia, es decir, en las fronteras occidentales de Bielorrusia.
De igual modo, ha informado de una conversación telefónica que mantuvo con Putin: “Acordamos que Rusia ayudaría a garantizar la seguridad en Bielorrusia si fuera necesario”, ha anunciado.
Ambos países mantienen acuerdos políticos y militares en el marco de un bloque de defensa llamado la Organización del Tratado de Seguridad Colectiva (OTSC) y el Estado de la Unión.
Bielorrusia es, desde el pasado 9 de agosto, escenario de multitudinarias protestas contra el resultado de las elecciones presidenciales, en las cuales, Lukashenko, que lleva en el poder desde 1994, obtuvo el 80,1 % de los votos. Rusia fue uno de los países que lo felicitó al poco de conocerse su triunfo en los comicios.
Al igual que Minsk, Moscú denuncia el despliegue de contingentes de la OTAN cerca de sus fronteras y asevera que dichas actividades suponen una inadmisible amenaza directa a su seguridad nacional, por lo que avisa que no ignorará las acciones que pongan en peligro sus intereses.
En los últimos años y en concreto tras la crisis de Ucrania, EE.UU. y sus aliados en la Alianza Atlántica pretextan la “amenaza rusa” para enviar vehículos de combate a los países bálticos fronterizos con Rusia.
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