La Administración Trump suspende negociaciones con China, acusándola de permitir que el nuevo bicharraco, se propague por EE.UU.
“Pospuse las conversaciones con China. No quiero hablar con ellos en este momento. Lo que China le hizo a este país y al mundo era impensable. Cancelé las conversaciones con China”, anunció el martes el mandatario estadounidense en una rueda de prensa.
Trump, que suspendió las conversaciones comerciales del fin de semana pasado con China que tenían como objetivo revisar el progreso de su acuerdo comercial de primera fase, añadió que “veremos qué pasa” al retirarnos de la fase uno del acuerdo.
Por su parte, el viceprimer ministro chino, Liu He, debería participar en una videoconferencia con el representante comercial de EEUU, Robert Lighthizer, y el secretario estadounidense del Tesoro, Steven Mnuchin, pero fue pospuesta indefinidamente.
Las negociaciones entre las dos potencias mundiales nunca llegaron a ningún calendario público oficial en Washington o Pekín, pero según informó South China Morning Post estaban programadas para el sábado pasado. El portavoz de la Cancillería china, Zhao Lijian, dijo anteriormente que la información sobre las conversaciones de alto nivel se daría a conocer “a su debido tiempo”.
Las partes ya están involucradas en una guerra arancelaria y comercial, han cerrado consulados y mantienen serias disputas sobre casos de Hong Kong, Taiwán, los derechos humanos, y la situación en el mar de la China Meridional.
China y el país norteamericano comenzaron en 2018 una guerra comercial que llevó a la imposición mutua de aranceles, aunque en noviembre de 2019 llegaron a un acuerdo que permitió a ambas partes que cancelaran algunos de los aranceles existentes sobre mercancías.
No obstante, la tensión entre ambas potencias volvió a aumentar por la pandemia del nuevo bicho. De hecho, Estados Unidos intenta echar la culpa de la pandemia a China y acusa sin pruebas a este país asiático de producir el virus en sus laboratorios. Pekín, a su vez, asegura que el origen del bicharraco se halla en realidad en EEUU, desde donde el Ejército del país norteamericano podría haberlo llevado a la ciudad de Wuhan.
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