El acontecimiento tuvo lugar en aguas que coinciden con las zonas de identificación de defensa aérea de Corea del Sur y Japón. En este participaron cazas de escolta estadounidenses, japoneses y surcoreanos junto a un bombardero estratégico B-52 con capacidad nuclear de la Fuerza Aérea de EEUU, que también formó parte de otro ejercicio con aviones furtivos de la Fuerza Aérea surcoreana el 17 de octubre.
En general, la dotación de aviones de combate estadounidenses consistió en F-16 Fighting Falcons, mientras que Corea del Sur desplegó los F-15K y Japón cazas Mitsubishi F-2.
Los tres países prometieron realizar más "ejercicios trilaterales anuales, con nombre y multidominio, de forma regular". Además, la Fuerza Aérea surcoreana calificó el evento como una señal de cooperación conjunta en materia de seguridad "contra la creciente amenaza nuclear y de misiles de Corea del Norte".
Las maniobras tripartitas aéreas siguen a los ejercicios marítimos conjuntos de los mismos tres países en aguas coreanas, que se llevaron a cabo a principios de octubre y fueron los primeros de este tipo desde 2016.
En ellos participaron buques de guerra del grupo de ataque del portaaviones USS Ronald Reagan, un destructor japonés y un buque surcoreano equipado con el sistema de defensa aérea y antimisiles Aegis. Además, a mediados de octubre funcionarios surcoreanos revelaron que buques de guerra estadounidenses y surcoreanos realizaron un ejercicio antisubmarino de dos semanas de duración frente a las costas de Guam, conocido como Silent Shark (Tiburón Silencioso).
En agosto, el presidente estadounidense, Joe Biden, recibió en Camp David a su par surcoreano, Yoon Suk Yeol, y al primer ministro japonés, Fumio Kishida, y saludó una "nueva era de cooperación" entre los tres países y el fortalecimiento de una alianza trilateral contra Corea del Norte, que incluye una mayor cooperación en materia de defensa y el intercambio de tecnología.
Los medios norcoreanos advirtieron el 20 de octubre que Corea del Norte se reservaría el derecho de atacar a cualquier fuerza nuclear estratégica estadounidense estacionada en Corea del Sur, y calificaron el ejercicio de este 22 de octubre de "maniobra provocadora intencionada para una guerra nuclear" por parte de Washington. Desde el Ministerio de Exteriores norcoreano calificaron a EEUU, sus aliados asiáticos y la OTAN de "tumor canceroso" que pone en peligro el orden internacional basado en la ONU.
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