La artillería del grupo de las fuerzas rusas Oeste sigue llevando a cabo misiones en Ucrania y emplea con éxito el Malka —concebido para destruir instalaciones enemigas situadas en la profundidad táctica de la defensa, más allá de la línea del frente— para bombardear a las baterías de artillería ucranianas, destruir estructuras defensivas, suprimir puestos de mando, destrozar la potencia de fuego enemiga, armas y equipo militar.
El Malka es una versión mejorada del obús autopropulsado 2S7 Pion, desarrollado en la década de 1980, y es considerado como el cañón más potente del mundo en su tipo y un arma mucho más temible que un simple obús, ya que su proyectil de 100 kg puede lanzarse a una distancia de decenas de kilómetros. Un solo disparo es suficiente para destruir por completo una fortaleza enemiga o un puesto de mando.
El cañón puede disparar proyectiles rompedores y proyectiles asistidos por cohete, pero su principal ventaja es la capacidad de utilizar proyectiles para penetrar muros de hormigón, así como proyectiles químicos y munición especial con carga nuclear.
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