por Richard F. Ames
Jerusalén
es la ciudad más importante del mundo. Las Sagradas Escrituras muestran
que en la región circundante, el Medio Oriente, va a estallar una
guerra mundial. ¿Conoce usted lo que la Biblia enseña acerca de los
acontecimientos mundiales que van a culminar con los sucesos del tiempo
del fin en esa region?
Dadas las incertidumbres y perturbaciones que imperan en el Medio
Oriente, ¿es posible conocer el desenlace final de los conflictos en
aquella región? Sí podemos. La Biblia describe los acontecimientos del
tiempo del fin previos al regreso de Jesucristo. Va a llegar un milenio
de paz y prosperidad bajo el mando directo del Mesías en la tierra. Como
Rey de reyes, Jesucristo gobernará en la tierra con justicia y
rectitud, y todas las naciones del globo aprenderán un camino nuevo: el
camino de vida, camino de la paz.
En los anales de la historia, y hasta el día de hoy, vemos que el hombre ha acudido a la guerra como árbitro final en sus desacuerdos. Las siguientes palabras del apóstol Pablo encierran un significado profundo para nuestros días: "Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos" (Romanos 3:17-18).
La historia del Medio Oriente está repleta de guerras y contiendas desde la antigüedad hasta el presente. En la guerra entre Irán e Irak de 1980 a 1988 murieron más de un millón de personas. Miles sobre miles murieron en la guerra del golfo Pérsico y en la Operación Tormenta del Desierto en 1990-91. En aquel conflicto, las tropas iraquíes prendieron fuego a más de 600 pozos petroleros en Kuwait, con una humareda negra que evocaba imágenes de Armagedón. Esta extensa contaminación fue considerada por algunos como "el peor desastre ambiental jamás provocado por el hombre".
¿Nos esperan más guerras en el Medio Oriente? Lamentablemente, la respuesta es que sí. La Biblia revela que el Medio Oriente verá aun más guerras regionales, las cuales culminarán con lo que se ha llamado el Armagedón. Jerusalén será punto focal de este conflicto. Los árabes y los israelíes se han trabado en guerra tras guerra desde que se fundó el estado moderno de Israel (ver recuadro). Se ha proclamado la paz muchas veces pero no se ha hecho realidad. Hoy son escasas las perspectivas de alcanzar una paz duradera entre las naciones del Medio Oriente.
Las esperanzas eran grandes en 1993 cuando Israel y la Organización de la Liberación Palestina firmaron un convenio en Washington. Dos años más tarde, firmaron un acuerdo interino que abría la puerta a una mayor autonomía palestina en la Ribera Occidental y en la Franja de Gaza. En octubre de 1998, el Memorando del Río Wye expuso los pasos para aplicar los acuerdos interinos de 1995, fijando como fecha para la resolución final del conflicto palestino-israelí mayo de 1999. Pero no se logró una resolución. La cumbre de Camp David convocada para julio de 2000 por el entonces presidente de Estados Unidos Bill Clinton, no logró generar un acuerdo de paz definitivo. Este fracaso recalcó la amarga realidad de que tanto los israelíes como los palestinos ven a Jerusalén como su propiedad exclusiva y el uno no admite que el otro ejerza control absoluto sobre esta histórica ciudad.
Jerusalén es sagrada para las tres religiones monoteístas principales: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Los musulmanes y los judíos han chocado desde hace 1300 años, cuando un mercader árabe llamado Mahoma, fundó la religión islámica a unos 1300 kilómetros al sur de Jerusalén. [Para más información sobre el papel del Islam en la historia y la profecía, lo invitamos a leer el artículo titulado "El Islam en la historia y la profecía" en la página xx de este número.]
El Monte del Templo es un punto focal para musulmanes lo mismo que para judíos. Donde antes estuvo el Templo de Salomón, hoy se levanta el Domo de la Roca. Los judíos tienen prohibido adorar en el monte, por lo cual acuden, para orar, al muro occidental, o Muro de las Lamentaciones al pie del monte. Pero guardan siempre el anhelo de contar con una presencia religiosa en el monte mismo.
En septiembre de 2000, siendo aún jefe de la oposición, Ariel Sharón visitó el Monte del Templo, visita que incitó a los palestinos a protestar con una nueva intifada de violencia dirigida contra los israelíes. Desde esa visita y hasta la actualidad, murieron varios centenares de personas en una serie de choques palestino-israelíes, la mayoría palestinos, pero también israelíes judíos y árabes con nacionalidad israelí. En mayo de 2001, Israel desplegó cazabombarderos contra los palestinos por primera vez desde 1967. Los países árabes respondieron exigiendo la suspensión de relaciones con Israel hasta que cesara la violencia. Las escaramuzas, atentados y venganzas se han sucedido con intensidad desde entonces.
¿Qué ocurrirá en Jerusalén de acuerdo con la profecía bíblica? Las Escrituras son claras. "He aquí, el día de El Eterno viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad" (Zacarías 14:1-2).
"Todas las naciones" se envolverán en este conflicto durante el período de tiempo conocido como el Día del Señor y que corresponde al año inmediatamente anterior al regreso de Jesucristo. ¿Qué sucesos proféticos importantes precederán a esta batalla? "Porque habrá entonces gran tribulación cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados" (Mateo 24:21-22).
En el mundo entero, la humanidad presenciará fenómenos dramáticos y aterradores en los cielos. Apocalipsis 6:12-14 habla de estas "señales en los cielos" como el "sexto sello". En Mateo 24:29, Jesucristo dijo: "inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas"
Es importante que estemos advertidos de estos acontecimientos importantísimos. La Gran Tribulación será un período de angustia para el mundo. Será un período sin precedentes en la historia universal, tanto que "no hay otro semejante a él".
¿A qué, pues, debemos estar atentos en el Medio Oriente? Estando Jesús en el monte de los Olivos, dio un esbozo de las profecías para el tiempo del fin. Los relatos paralelos aparecen en Lucas, 21, Mateo 24 y Marcos 13. Aquí indicaremos la serie de acontecimientos que Jesucristo citó en Mateo. Sus discípulos le preguntaron cuál sería la señal de su venida y del fin del mundo, o sea de la era presente. El habló de engaño religioso, de hambres, pestilencias y terremotos. Tales fenómenos corresponden, en secuencia, a los cuatro jinetes del Apocalipsis, que intensificarán su ominosa cabalgata hacia finales de esta era. Jesús declara que "todo esto será principio de dolores" (Mateo 24:8).
Después, vendrán la persecución religiosa y el martirio. "Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos" (Mateo 24:9-11).
Pese a todo lo anterior, la verdad seguirá predicándose. "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:14). A medida que Cristo abra las puertas para que el evangelio se difunda con más amplitud y poder, sabremos que el fin se acerca. No se duerma usted ante las condiciones del mundo y las tendencias proféticas ¡las cuales se van a intensificar delante de nuestros ojos!
En la misma ocasión, Jesucristo hizo esta advertencia: "Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes" (Mateo 24:15-16). ¿Qué es la abominación desoladora?
En el año 167 antes de Cristo, el gobernante griego Antíoco Epífanes emitió un decreto que prohibía la continuación de los sacrificios judíos en el templo de Jerusalén. "Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora" (Daniel 11:31)
Como si fuera poco suspender los sacrificios cotidianos, Antíoco también erigió una estatua de Júpiter Olimpo en el templo y ordenó que todos la adoraran. Esta abominación, que se describe en Daniel 8, es una figura o símbolo de algo que se verá al final de los tiempos: la suspensión de los sacrificios antes regreso de Cristo. "A partir del momento en que se suspenda el sacrificio diario y se imponga el horrible sacrilegio, transcurrirán mil doscientos noventa días" (Daniel 12:11, NVI). Jesús nos advierte, como cristianos, que estemos atentos a una abominación asoladora en el tiempo del fin. Así como Antíoco profanó el templo en 167 antes de J.C. y suspendió los sacrificios, también una autoridad profana suspenderá los sacrificios en el futuro. El apóstol Pablo advierte contra un falso profeta que ha de establecerse en el lugar santo. "Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios" (2 Tesalonicenses 2:3-4).
Un falso profeta va a obrar grandes milagros y engañará a millones. Fomentará el culto de sí mismo y proclamará su propia divinidad. Apocalipsis 13:13-14 muestra que este falso profeta obrará milagros, hasta el punto de hacer caer fuego del cielo, ¡y engañara a millones de personas en todo el mundo! No se deje usted engañar por tales señales y prodigios. Las Sagradas Escrituras nos exhortan así: "Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Tesalonicenses 5:21)
La potencia político-religiosa que va a dominar a Jerusalén en el tiempo del fin hará cesar los sacrificios. Recordemos que los judíos no han sacrificado animales desde el año 70 después de Cristo. cuando los romanos destruyeron el templo en Jerusalén. Para que los sacrificios puedan suspenderse en el tiempo del fin, ¡primero tienen que comenzar! Cuando se vuelvan a presentar sacrificios de animales en Jerusalén, ¡usted sabrá que las profecías dadas por Jesús se acercan a su punto culminante!
Cuando se establezca aquella abominación desoladora profetizada por Jesús, comenzarán a cumplirse tres profecías clave a lo largo de un período de tres años: la Gran Tribulación, las señales en los cielos y por último el Día del Señor, que durará un año y será la culminación de estos fenómenos. Los tres últimos versículos en el libro de Daniel muestran que han de pasar 1290 días desde el momento en que se levante la abominación desoladora hasta el regreso de Cristo.
El rey del norte (que proviene de un lugar al norte de Jerusalén) se identifica también como la "bestia" en la Biblia (Apocalipsis 13:1-10; 17:12-13). Este rey va a invadir la Tierra Santa, según la profecía de Daniel. "Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón. Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto" (Daniel 11:40-42)
En el siglo 20, un rey del norte invadió al norte de Africa durante la segunda guerra mundial. El rey del norte profetizado para el tiempo del fin va a obrar reaccionando a una provocación por parte del rey del sur. Ya hemos visto guerras por el petróleo en el Medio Oriente. ¿Habrá otro embargo al petróleo árabe como el de 1974? ¿Qué sucederá si el precio del petróleo sigue creciendo? Europa depende mucho más del petróleo del Medio Oriente que los Estados Unidos, pues importa la mitad de su petróleo de los países árabes, en comparación con los Estados Unidos, que importan de esa región aproximadamente el 20 por ciento. Cualquiera que sea el punto de incitación, el rey del norte va a invadir al Medio Oriente.
La versión de la profecía en el monte de los Olivos narrada por Lucas sigue la misma secuencia general que la de Mateo, si bien Lucas agrega un punto importante. Luego de intensificarse la persecución religiosa, dice Jesús: "Si se mantienen firmes, se salvarán. Ahora bien, cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, sepan que su desolación ha llegado" (Lucas 21:19-20, NVI).
Vienen mil años de de paz en la Tierra, durante los cuales todos aprenderán el camino de la paz a todas las naciones de la tierra. Finalmente los árabes y los israelíes se reconciliarán
Dadas estas tendencias, estemos atentos a las crecientes solicitudes de intervención y control internacionales, no solamente en Gaza y en la Ribera Occidental sino en la propia ciudad de Jerusalén. Hasta el fallecido dirigente palestino Yasser Arafat propuso en su momento que una fuerza pacificadora de las Naciones Unidas ocupe Gaza y la Ribera Occidental.
Observaremos también una creciente unidad entre las naciones árabes en su postura contra Israel. Un salmo profético cita los pueblos que componen las naciones árabes y musulmanas del Medio Oriente. Esto contará con el respaldo de grupos europeos en su fuerte oposición a Israel. "Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza" (Salmo 83:4-5).
Estemos atentos a la creciente unificación de Europa en lo económico, político y militar. Como vimos en la profecía de Daniel, el rey del norte llegará a ocupar la Tierra Santa. Desde hace varios años, la Unión Europea ha consolidado sus ejércitos, la Fuerza de Reacción Rápida, de la cual se espera que proyecte el poderío europeo hacia zonas de crisis. "¿Para qué pasar por la OTAN?" preguntó un ex-jefe del estado mayor francés, afirmando que la fuerza puede funcionar aun sin el acuerdo de la OTAN y que "era menester alterar el equilibro del poder". ¿Llegará esta fuerza a cumplir un papel importante en el conflicto del Medio Oriente? Estemos atentos al desarrollo de las fuerzas militares europeas.
En Israel, observemos los preparativos de los judíos que se proponen reanudar los sacrificios de animales en Jerusalén. Muchos prevén también la construcción de un templo físico mas la historia y el libro de Esdras confirman que para la presentación de sacrificios basta un altar en el lugar santo.
Estemos atentos a la consolidación del poder religioso en Europa, la cual lleva ya largo tiempo planificándose. En su visita a Austria en 1983, el papa Juan Pablo II hizo una llamada a la unidad europea, declarando que "los europeos deben superar las confrontaciones internacionales amenazantes entre estados y alianzas y crear una nueva Europa unida desde el Atlántico hasta los Urales" (La principalidad y el poder de Europa, Adrián Hilton, pág. 36). Desde entonces se han dado grandes pasos para afianzar la unidad de Europa. El actual papa, de origen alemán, continúa con los mismos lineamientos que su predecesor.
La potencia político-religiosa que va a surgir en Europa finalmente ejercerá su influencia y control sobre la Tierra Santa. Hemos visto que el rey del norte va a dominar a Jerusalén y al Medio Oriente. El libro de Apocalipsis también prevé un choque entre fuerzas asiáticas y la potencia europea, que corresponde al rey del norte (ver Daniel 11:44; Apocalipsis 9:13-19). Aunque parezca increíble, cuando Cristo regrese, aquellos ejércitos se unirán "para guerrear" contra El (Apocalipsis 19:19). Dios Todopoderoso también dice: "Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén" (Zacarías 14:2). "Después saldrá el Eterno y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente…" (Zacarías 14:3-4). ¡Jesucristo va a intervenir! Va a poner fin a la tercera guerra mundial y va a darle al mundo paz duradera.
Entre el monte de los Olivos y el Monte del Templo se extiende el valle de Josafat, o valle del Cedrón, que va ampliándose hacia el sur. Allí, Dios juzgará a las naciones. "Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas" (Joel 3:1-2).
El Día del Señor vendrá con juicio sobre las naciones. ¡Cristo va a derrotar a cuantos ejércitos se opongan a El! Y dará origen a un milenio de paz en la tierra, durante el cual enseñará el camino de la paz a todas las naciones de la tierra. Entonces veremos, por fin, la reconciliación entre los árabes e israelíes. "En aquel tiempo habrá una calzada de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios al Eterno. En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria para bendición en medio de la tierra; porque el Eterno de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad" (Isaías 19:23-25).
Todos anhelamos la paz mundial y la reconciliación que solamente el Mesías, Jesucristo, puede traer a la tierra. Mientras tanto, El nos dice que velemos y oremos en todo momento. ¡Hagámoslo!
http://www.mundomanana.org/articulos/el-medio-oriente-en-profecia-a010
En los anales de la historia, y hasta el día de hoy, vemos que el hombre ha acudido a la guerra como árbitro final en sus desacuerdos. Las siguientes palabras del apóstol Pablo encierran un significado profundo para nuestros días: "Y no conocieron camino de paz. No hay temor de Dios delante de sus ojos" (Romanos 3:17-18).
La historia del Medio Oriente está repleta de guerras y contiendas desde la antigüedad hasta el presente. En la guerra entre Irán e Irak de 1980 a 1988 murieron más de un millón de personas. Miles sobre miles murieron en la guerra del golfo Pérsico y en la Operación Tormenta del Desierto en 1990-91. En aquel conflicto, las tropas iraquíes prendieron fuego a más de 600 pozos petroleros en Kuwait, con una humareda negra que evocaba imágenes de Armagedón. Esta extensa contaminación fue considerada por algunos como "el peor desastre ambiental jamás provocado por el hombre".
¿Nos esperan más guerras en el Medio Oriente? Lamentablemente, la respuesta es que sí. La Biblia revela que el Medio Oriente verá aun más guerras regionales, las cuales culminarán con lo que se ha llamado el Armagedón. Jerusalén será punto focal de este conflicto. Los árabes y los israelíes se han trabado en guerra tras guerra desde que se fundó el estado moderno de Israel (ver recuadro). Se ha proclamado la paz muchas veces pero no se ha hecho realidad. Hoy son escasas las perspectivas de alcanzar una paz duradera entre las naciones del Medio Oriente.
Las esperanzas eran grandes en 1993 cuando Israel y la Organización de la Liberación Palestina firmaron un convenio en Washington. Dos años más tarde, firmaron un acuerdo interino que abría la puerta a una mayor autonomía palestina en la Ribera Occidental y en la Franja de Gaza. En octubre de 1998, el Memorando del Río Wye expuso los pasos para aplicar los acuerdos interinos de 1995, fijando como fecha para la resolución final del conflicto palestino-israelí mayo de 1999. Pero no se logró una resolución. La cumbre de Camp David convocada para julio de 2000 por el entonces presidente de Estados Unidos Bill Clinton, no logró generar un acuerdo de paz definitivo. Este fracaso recalcó la amarga realidad de que tanto los israelíes como los palestinos ven a Jerusalén como su propiedad exclusiva y el uno no admite que el otro ejerza control absoluto sobre esta histórica ciudad.
Jerusalén es sagrada para las tres religiones monoteístas principales: el judaísmo, el cristianismo y el islamismo. Los musulmanes y los judíos han chocado desde hace 1300 años, cuando un mercader árabe llamado Mahoma, fundó la religión islámica a unos 1300 kilómetros al sur de Jerusalén. [Para más información sobre el papel del Islam en la historia y la profecía, lo invitamos a leer el artículo titulado "El Islam en la historia y la profecía" en la página xx de este número.]
El Monte del Templo es un punto focal para musulmanes lo mismo que para judíos. Donde antes estuvo el Templo de Salomón, hoy se levanta el Domo de la Roca. Los judíos tienen prohibido adorar en el monte, por lo cual acuden, para orar, al muro occidental, o Muro de las Lamentaciones al pie del monte. Pero guardan siempre el anhelo de contar con una presencia religiosa en el monte mismo.
En septiembre de 2000, siendo aún jefe de la oposición, Ariel Sharón visitó el Monte del Templo, visita que incitó a los palestinos a protestar con una nueva intifada de violencia dirigida contra los israelíes. Desde esa visita y hasta la actualidad, murieron varios centenares de personas en una serie de choques palestino-israelíes, la mayoría palestinos, pero también israelíes judíos y árabes con nacionalidad israelí. En mayo de 2001, Israel desplegó cazabombarderos contra los palestinos por primera vez desde 1967. Los países árabes respondieron exigiendo la suspensión de relaciones con Israel hasta que cesara la violencia. Las escaramuzas, atentados y venganzas se han sucedido con intensidad desde entonces.
¿Qué ocurrirá en Jerusalén de acuerdo con la profecía bíblica? Las Escrituras son claras. "He aquí, el día de El Eterno viene, y en medio de ti serán repartidos tus despojos. Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén; y la ciudad será tomada, y serán saqueadas las casas, y violadas las mujeres; y la mitad de la ciudad irá en cautiverio, mas el resto del pueblo no será cortado de la ciudad" (Zacarías 14:1-2).
"Todas las naciones" se envolverán en este conflicto durante el período de tiempo conocido como el Día del Señor y que corresponde al año inmediatamente anterior al regreso de Jesucristo. ¿Qué sucesos proféticos importantes precederán a esta batalla? "Porque habrá entonces gran tribulación cual no la ha habido desde el principio del mundo hasta ahora, ni la habrá. Y si aquellos días no fuesen acortados, nadie sería salvo; mas por causa de los escogidos, aquellos días serán acortados" (Mateo 24:21-22).
En el mundo entero, la humanidad presenciará fenómenos dramáticos y aterradores en los cielos. Apocalipsis 6:12-14 habla de estas "señales en los cielos" como el "sexto sello". En Mateo 24:29, Jesucristo dijo: "inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas"
Es importante que estemos advertidos de estos acontecimientos importantísimos. La Gran Tribulación será un período de angustia para el mundo. Será un período sin precedentes en la historia universal, tanto que "no hay otro semejante a él".
Velar y orar
¿Qué debemos hacer? Jesús responde: "Velad, pues, en todo tiempo orando que seáis tenidos por dignos de escapar de todas estas cosas que vendrán, y de estar en pie delante del Hijo del Hombre" (Lucas 21:36).¿A qué, pues, debemos estar atentos en el Medio Oriente? Estando Jesús en el monte de los Olivos, dio un esbozo de las profecías para el tiempo del fin. Los relatos paralelos aparecen en Lucas, 21, Mateo 24 y Marcos 13. Aquí indicaremos la serie de acontecimientos que Jesucristo citó en Mateo. Sus discípulos le preguntaron cuál sería la señal de su venida y del fin del mundo, o sea de la era presente. El habló de engaño religioso, de hambres, pestilencias y terremotos. Tales fenómenos corresponden, en secuencia, a los cuatro jinetes del Apocalipsis, que intensificarán su ominosa cabalgata hacia finales de esta era. Jesús declara que "todo esto será principio de dolores" (Mateo 24:8).
Después, vendrán la persecución religiosa y el martirio. "Entonces os entregarán a tribulación, y os matarán, y seréis aborrecidos de todas las gentes por causa de mi nombre. Muchos tropezarán entonces, y se entregarán unos a otros, y unos a otros se aborrecerán. Y muchos falsos profetas se levantarán, y engañarán a muchos" (Mateo 24:9-11).
Pese a todo lo anterior, la verdad seguirá predicándose. "Y será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin" (Mateo 24:14). A medida que Cristo abra las puertas para que el evangelio se difunda con más amplitud y poder, sabremos que el fin se acerca. No se duerma usted ante las condiciones del mundo y las tendencias proféticas ¡las cuales se van a intensificar delante de nuestros ojos!
En la misma ocasión, Jesucristo hizo esta advertencia: "Por tanto, cuando veáis en el lugar santo la abominación desoladora de que habló el profeta Daniel (el que lee, entienda), entonces los que estén en Judea, huyan a los montes" (Mateo 24:15-16). ¿Qué es la abominación desoladora?
En el año 167 antes de Cristo, el gobernante griego Antíoco Epífanes emitió un decreto que prohibía la continuación de los sacrificios judíos en el templo de Jerusalén. "Y se levantarán de su parte tropas que profanarán el santuario y la fortaleza, y quitarán el continuo sacrificio, y pondrán la abominación desoladora" (Daniel 11:31)
Como si fuera poco suspender los sacrificios cotidianos, Antíoco también erigió una estatua de Júpiter Olimpo en el templo y ordenó que todos la adoraran. Esta abominación, que se describe en Daniel 8, es una figura o símbolo de algo que se verá al final de los tiempos: la suspensión de los sacrificios antes regreso de Cristo. "A partir del momento en que se suspenda el sacrificio diario y se imponga el horrible sacrilegio, transcurrirán mil doscientos noventa días" (Daniel 12:11, NVI). Jesús nos advierte, como cristianos, que estemos atentos a una abominación asoladora en el tiempo del fin. Así como Antíoco profanó el templo en 167 antes de J.C. y suspendió los sacrificios, también una autoridad profana suspenderá los sacrificios en el futuro. El apóstol Pablo advierte contra un falso profeta que ha de establecerse en el lugar santo. "Nadie os engañe en ninguna manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición, el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndose pasar por Dios" (2 Tesalonicenses 2:3-4).
Un falso profeta va a obrar grandes milagros y engañará a millones. Fomentará el culto de sí mismo y proclamará su propia divinidad. Apocalipsis 13:13-14 muestra que este falso profeta obrará milagros, hasta el punto de hacer caer fuego del cielo, ¡y engañara a millones de personas en todo el mundo! No se deje usted engañar por tales señales y prodigios. Las Sagradas Escrituras nos exhortan así: "Examinadlo todo; retened lo bueno" (1 Tesalonicenses 5:21)
La potencia político-religiosa que va a dominar a Jerusalén en el tiempo del fin hará cesar los sacrificios. Recordemos que los judíos no han sacrificado animales desde el año 70 después de Cristo. cuando los romanos destruyeron el templo en Jerusalén. Para que los sacrificios puedan suspenderse en el tiempo del fin, ¡primero tienen que comenzar! Cuando se vuelvan a presentar sacrificios de animales en Jerusalén, ¡usted sabrá que las profecías dadas por Jesús se acercan a su punto culminante!
Cuando se establezca aquella abominación desoladora profetizada por Jesús, comenzarán a cumplirse tres profecías clave a lo largo de un período de tres años: la Gran Tribulación, las señales en los cielos y por último el Día del Señor, que durará un año y será la culminación de estos fenómenos. Los tres últimos versículos en el libro de Daniel muestran que han de pasar 1290 días desde el momento en que se levante la abominación desoladora hasta el regreso de Cristo.
El rey del norte (que proviene de un lugar al norte de Jerusalén) se identifica también como la "bestia" en la Biblia (Apocalipsis 13:1-10; 17:12-13). Este rey va a invadir la Tierra Santa, según la profecía de Daniel. "Pero al cabo del tiempo el rey del sur contenderá con él; y el rey del norte se levantará contra él como una tempestad, con carros y gente de a caballo, y muchas naves; y entrará por las tierras, e inundará, y pasará. Entrará a la tierra gloriosa, y muchas provincias caerán; mas éstas escaparán de su mano: Edom y Moab, y la mayoría de los hijos de Amón. Extenderá su mano contra las tierras, y no escapará el país de Egipto" (Daniel 11:40-42)
En el siglo 20, un rey del norte invadió al norte de Africa durante la segunda guerra mundial. El rey del norte profetizado para el tiempo del fin va a obrar reaccionando a una provocación por parte del rey del sur. Ya hemos visto guerras por el petróleo en el Medio Oriente. ¿Habrá otro embargo al petróleo árabe como el de 1974? ¿Qué sucederá si el precio del petróleo sigue creciendo? Europa depende mucho más del petróleo del Medio Oriente que los Estados Unidos, pues importa la mitad de su petróleo de los países árabes, en comparación con los Estados Unidos, que importan de esa región aproximadamente el 20 por ciento. Cualquiera que sea el punto de incitación, el rey del norte va a invadir al Medio Oriente.
La versión de la profecía en el monte de los Olivos narrada por Lucas sigue la misma secuencia general que la de Mateo, si bien Lucas agrega un punto importante. Luego de intensificarse la persecución religiosa, dice Jesús: "Si se mantienen firmes, se salvarán. Ahora bien, cuando vean a Jerusalén rodeada de ejércitos, sepan que su desolación ha llegado" (Lucas 21:19-20, NVI).
Una escalada de violencia
¿A qué debe estar atento el cristiano cuando observe las perturbaciones en el Medio Oriente? Busque conflictos constantes entre israelíes y palestinos en la Tierra Santa. Un artículo periodístico describió así el daño causado por la escalada de violencia: "La demarcación psicológica entre judíos israelíes y árabes palestinos se ha convertido en un campo minado… [Muchos creyeron] que el único obstáculo a la reconciliación era la ocupación, que si Israel desmantelaba los asentamientos judíos, se retiraba de los territorios y accedía a la existencia de un estado palestino, se acabaría el conflicto. Quizá esto aún sea posible, pero las luchas a partir d 1976 hacen dudosa tal suposición".Vienen mil años de de paz en la Tierra, durante los cuales todos aprenderán el camino de la paz a todas las naciones de la tierra. Finalmente los árabes y los israelíes se reconciliarán
Dadas estas tendencias, estemos atentos a las crecientes solicitudes de intervención y control internacionales, no solamente en Gaza y en la Ribera Occidental sino en la propia ciudad de Jerusalén. Hasta el fallecido dirigente palestino Yasser Arafat propuso en su momento que una fuerza pacificadora de las Naciones Unidas ocupe Gaza y la Ribera Occidental.
Observaremos también una creciente unidad entre las naciones árabes en su postura contra Israel. Un salmo profético cita los pueblos que componen las naciones árabes y musulmanas del Medio Oriente. Esto contará con el respaldo de grupos europeos en su fuerte oposición a Israel. "Han dicho: Venid, y destruyámoslos para que no sean nación, y no haya más memoria del nombre de Israel. Porque se confabulan de corazón a una, contra ti han hecho alianza" (Salmo 83:4-5).
Estemos atentos a la creciente unificación de Europa en lo económico, político y militar. Como vimos en la profecía de Daniel, el rey del norte llegará a ocupar la Tierra Santa. Desde hace varios años, la Unión Europea ha consolidado sus ejércitos, la Fuerza de Reacción Rápida, de la cual se espera que proyecte el poderío europeo hacia zonas de crisis. "¿Para qué pasar por la OTAN?" preguntó un ex-jefe del estado mayor francés, afirmando que la fuerza puede funcionar aun sin el acuerdo de la OTAN y que "era menester alterar el equilibro del poder". ¿Llegará esta fuerza a cumplir un papel importante en el conflicto del Medio Oriente? Estemos atentos al desarrollo de las fuerzas militares europeas.
En Israel, observemos los preparativos de los judíos que se proponen reanudar los sacrificios de animales en Jerusalén. Muchos prevén también la construcción de un templo físico mas la historia y el libro de Esdras confirman que para la presentación de sacrificios basta un altar en el lugar santo.
Estemos atentos a la consolidación del poder religioso en Europa, la cual lleva ya largo tiempo planificándose. En su visita a Austria en 1983, el papa Juan Pablo II hizo una llamada a la unidad europea, declarando que "los europeos deben superar las confrontaciones internacionales amenazantes entre estados y alianzas y crear una nueva Europa unida desde el Atlántico hasta los Urales" (La principalidad y el poder de Europa, Adrián Hilton, pág. 36). Desde entonces se han dado grandes pasos para afianzar la unidad de Europa. El actual papa, de origen alemán, continúa con los mismos lineamientos que su predecesor.
La potencia político-religiosa que va a surgir en Europa finalmente ejercerá su influencia y control sobre la Tierra Santa. Hemos visto que el rey del norte va a dominar a Jerusalén y al Medio Oriente. El libro de Apocalipsis también prevé un choque entre fuerzas asiáticas y la potencia europea, que corresponde al rey del norte (ver Daniel 11:44; Apocalipsis 9:13-19). Aunque parezca increíble, cuando Cristo regrese, aquellos ejércitos se unirán "para guerrear" contra El (Apocalipsis 19:19). Dios Todopoderoso también dice: "Porque yo reuniré a todas las naciones para combatir contra Jerusalén" (Zacarías 14:2). "Después saldrá el Eterno y peleará con aquellas naciones, como peleó en el día de la batalla. Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente…" (Zacarías 14:3-4). ¡Jesucristo va a intervenir! Va a poner fin a la tercera guerra mundial y va a darle al mundo paz duradera.
Entre el monte de los Olivos y el Monte del Templo se extiende el valle de Josafat, o valle del Cedrón, que va ampliándose hacia el sur. Allí, Dios juzgará a las naciones. "Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas" (Joel 3:1-2).
El Día del Señor vendrá con juicio sobre las naciones. ¡Cristo va a derrotar a cuantos ejércitos se opongan a El! Y dará origen a un milenio de paz en la tierra, durante el cual enseñará el camino de la paz a todas las naciones de la tierra. Entonces veremos, por fin, la reconciliación entre los árabes e israelíes. "En aquel tiempo habrá una calzada de Egipto a Asiria, y asirios entrarán en Egipto, y egipcios en Asiria; y los egipcios servirán con los asirios al Eterno. En aquel tiempo Israel será tercero con Egipto y con Asiria para bendición en medio de la tierra; porque el Eterno de los ejércitos los bendecirá diciendo: Bendito el pueblo mío Egipto, y el asirio obra de mis manos, e Israel mi heredad" (Isaías 19:23-25).
Todos anhelamos la paz mundial y la reconciliación que solamente el Mesías, Jesucristo, puede traer a la tierra. Mientras tanto, El nos dice que velemos y oremos en todo momento. ¡Hagámoslo!
Guerras árabe-israelíes
14 de mayo de 1948
El
Consejo Nacional Judío declara el establecimiento de Israel. Estalla la
guerra entre el nuevo estado y las naciones árabes circunvecinas.
Cuando cesan las hostilidades en 1949, Jordania controla la Ribera
Occidental y la Franja de Gaza. Israel se establece como nación pero
carece de acceso a los lugares santos en la ciudad antigua. David
Ben-Gurion se convierte en el primer ministro de Israel.
Julio de 1956
Cuando
Egipto nacionaliza la zona del canal de Suez, Israel invade a ese país y
arrebata el control sobre la Franja de Gaza y la península del Sinaí.
Más tarde, Israel se retira cuando las Naciones Unidas destacan una
fuerza de seguridad a estas zonas.
Junio de 1967
En
lo que se ha llamado la guerra de los seis días, Israel choca contra
las fuerzas unidas de Egipto, Siria y Jordania y se apodera de la
península del Sinaí, los Altos del Golán, la Ribera Occidental y la
parte oriental de Jerusalén. Israel ha logrado el acceso al muro
occidental en el Monte del Templo.
6 de octubre de 1973
En
la guerra de Yom Kippur, llamada así porque se desató en el Día de
Expiación, Israel repeló invasiones por parte de Egipto y Siria. Más
tarde Israel, Egipto y Jordania se pusieron de acuerdo sobre un alto al
fuego decretado por las Naciones Unidas.
6 de junio de 1982
Las
fuerzas israelíes invaden al Líbano y para el 14 de junio rodean a
Beirut. En febrero de 1985 las fuerzas israelíes se retiran
unilateralmente del Líbano, si bien conserva una "zona de seguridad" en
el sur del Líbano hasta que se retiran las unidades militares en mayo de
2000.http://www.mundomanana.org/articulos/el-medio-oriente-en-profecia-a010
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