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jueves, 6 de julio de 2017

¿Acabará el Hamas refugiado en Teherán?



El ministro de Exteriores de Arabia Saudita, Adel al-Joubeir, planteó en París –el 6 de junio de 2017– las condiciones para un restablecimiento de relaciones diplomáticas con Qatar. Entre esas condiciones figura la expulsión del Hamas, cuya dirección política se trasladó bruscamente de Damasco a Doha, justo antes de proclamarse «Rama Palestina de la Hermandad Musulmana», título que abandonó posteriormente.

El presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, apoyó de inmediato la exigencia de Arabia Saudita.

Finalmente, Qatar ha solicitado a ciertos líderes del Hamas –pero no a todos– que salgan de su territorio.

El discurso pronunciado en Riad por el presidente estadounidense Donald Trump, el 21 de mayo, se interpretó en todo el mundo árabe como una luz verde para acabar con los terroristas y, por ende, con su casa matriz: la Hermandad Musulmana. La prensa árabe invirtió bruscamente su visión sobre el Hamas –presentado antes como un movimiento legítimo de la resistencia palestina– y ahora lo presenta como una organización terrorista que manipula y explota el sufrimiento del pueblo palestino. Sólo los medios de prensa financiados por Irán no están participando en esta campaña tendiente a modificar la imagen pública del Hamas en el mundo árabe.

El líder del Hamas Khaled Mechaal (en la foto) y una delegación de su Buró Político viajaron a Teherán y parece que Irán ha decidido conceder asilo político a este movimiento palestino.

La historia del Hamas es singularmente compleja. Fue creado en 1987, por iniciativa del Reino Unido y por 3 miembros de la Hermandad Musulmana. No cuestionaba el colonialismo occidental, pero afirmaba que, a la luz del Corán, una tierra musulmana no podía ser gobernada por no musulmanes.

A pesar de que, en ese sentido, el Hamas representaba la resistencia religiosa frente a Israel, Tel Aviv contribuyó por años a desarrollarlo para debilitar la influencia de al-Fatah, la organización laica de Yasser Arafat, que contaba a su vez con el apoyo de Estados Unidos y Francia. Poco a poco, Irán comenzó a ejercer una influencia cada vez mayor sobre la rama armada del Hamas, proporcionándole grandes volúmenes de armamento.

En 2012, en el contexto de lo que parecía el triunfo del proyecto británico de las «primaveras árabes», el Hamas se proclamó «Rama Palestina de la Hermandad Musulmana». A pesar de los vínculos existentes entre el Hamas y el MI6 británico y del ideal antiimperialista del imam Khomeiny, Teherán decidió considerar aquel gesto como un acto interno de Palestina.

Ahora estamos asistiendo a un cambio de paradigma en el Medio Oriente. La cuestión de la lucha contra el imperialismoestá cediendo lugar a la de la lucha contra el clericalismo. Los partidarios del «islam político» se hallan principalmente representados, entre los sunnitas, por el Hamas y, entre los chiitas, por el gobierno del jeque iraní Hassan Rohani.

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