Drones rusos para las guerras de nueva generación destrozan armas occidentales en Ucrania
El conflicto en ucrania se ha convertido no solo en la primera guerra indirecta entre la OTAN y la Federación rusa, sino que también en la primera guerra moderna de la historia reciente, pues en este conflicto las dos máximas potencias militares del mundo, Rusia y EEUU, están probando nuevas armas, pero también las están usando. Y sucede que en la guerra moderna los drones han venido a desempeñar un rol fundamental dentro de las hostilidades.
El primer uso intensivo de drones y que marcó una diferencia en una guerra moderna fue en el conflicto árabe-israelí, principalmente en los enfrentamientos entre el ejército sirio y el ejército israelí; entonces las fuerzas armadas de Israel utilizaron drones como señuelos para que los militares sirios activaran sus sistemas antiaéreos pensando que se trataba de la incursión de aviones de combate de Israel, solo que a lo que le estaban disparando eran simples drones; después de que los militares sirios de defensa aérea revelaran sus posiciones, los aviones de combate de Israel procedieron a su destrucción, acabando con un gran número de ellos; también en esa guerra se vio por primera vez el uso de drones como sistemas aéreos de vigilancia para observar las posiciones del enemigo, así como para corregir los disparos de la artillería, situación que es exactamente la que se está observando a día de hoy en el conflicto ruso-ucraniano.
Pues bien, en el presente conflicto el uso de drones se ha vuelto mucho más extendido, y no solo el número de drones en uso ha aumentado significativamente, sino que ahora las funciones que desempeñan son aún más diversas, funciones que van desde la vigilancia aérea y el reconocimiento del terreno, hasta la destrucción de equipo militar enemigo en tierra y mar.
Así es, en este actual conflicto los drones son utilizados tanto para vigilar los movimientos y las instalaciones del enemigo, como para dirigir misiles, bombas y artillería contra las posiciones del rival. Pero quizá el uso más extendido del dron actualmente es como dron kamikaze, es decir, como un dron que es de un solo uso y se utiliza exclusivamente para destruir el objetivo destruyéndose así mismo. Esta destrucción del equipo militar del enemigo se consigue estrellando el mencionado dron contra su objetivo; dron que va equipado con un potente explosivo. Dependiendo del tamaño del dron kamikaze, es su rango de autonomía, su velocidad de vuelo y la carga explosiva que posea; se entiende que, entre más grande sea, volará durante más tiempo, alcanzará mayores distancias y poseerá una carga explosiva más potente.
Pues bien, recientemente rusia ha comenzado a utilizar un nuevo tipo de U-A-V (vehículo aéreo no tripulado) kamikaze, drones que están diezmando las armas occidentales entregadas al ejército ucraniano y a los mercenarios extranjeros que luchan del lado de Kiev.
Este tipo de dron, más bien, estos tipos de drones, son exactamente los drones kamikaze modelo Kub y modelo Lancet.
Ambos drones son fabricados por la empresa armamentística rusa Kalashnikov a través de su filial Zala Aero.
El Kub es un pequeño dron que alcanza los 3 kilogramos de peso con todo y carga, lo que significa que su autonomía y su poder explosivo no es muy grande, de algo así como 30 minutos a una velocidad punta de 130 kilómetros por hora. Durante este tiempo son dirigidos por tropas de infantería hasta que encuentran un objetivo y se lanzan hacia él en picado.
Por su parte el dron Lancet es de unas mayores dimensiones y dotado de sensores mucho más sofisticados que los que equipa el dron Kub, lo que le permite localizar con mayor eficacia a su objetivo, además de que puede equipar una carga explosiva de hasta 3 kilogramos, ya sea de material altamente explosivo, o de un explosivo con metralla de fragmentación.
Asimismo, el dron Lancet puede volar durante horas rastreando el terreno para poder ubicar a sus posibles víctimas, lo que se conoce comúnmente como munición merodeadora, precisamente por que actúa como un arma merodeadora en busca de potenciales víctimas. además, el dron puede volar en modo autónomo o en modo semiautónomo asistido por inteligencia artificial, de tal modo que una vez ubique un objetivo de importancia estratégica, puede proceder a su destrucción por sí mismo.
Según la publicación de defensa Army Recognition, hay dos modelos de Lancet: Lancet-1 y Lancet-3. El segundo es el más grande y, teóricamente, cuenta con varios sensores y sistemas de blanco mucho más avanzados que el Kub y otros drones rusos. El Lancet-3 ha pasado recientemente sus tests operativos y, según Zala Aero, puede volar a un máximo de 110 kilómetros por hora durante 40 minutos con una carga de tres kilogramos, que pueden ser explosivos de alta potencia o cabezas de fragmentación.
De esta forma tenemos que ambos drones, pero sobre todo los del modelo Lancet, han acabado con la existencia de una infinidad de equipo militar de origen occidental suministrado a Kiev. Entre los equipos destruidos tenemos a los todopoderosos, según la prensa occidental, Tanques de combate alemanes Leopard 1 y 2, a los tanques de fabricación británica Challenger 2, a los tanques de fabricación francesa Leclerc, a los vehículos de combate blindados de fabricación estadounidense modelo Bradley, entre mucho otro tipo de armamento.
De este modo tenemos que se han destruido desde obuses M777 de fabricación estadounidense y sistemas de defensa antiaérea Avenger, hasta sistemas de misiles antiaéreos soviéticos Osa y lanzacohetes múltiples RM-70 de fabricación checa.
El mes pasado, cinco sistemas de defensa antiaérea ucranianos fueron destruidos en el transcurso de 24 horas en la región de Jersón, entre ellos cuatro baterías antiaéreas S-300 de fabricación soviética y un cañón antiaéreo autopropulsado Gepard de fabricación alemana. Al parecer, se utilizaron Lancet para destruirlos a todos.
Desde entonces, esos drones han adquirido una temible reputación de un arma que cambia las reglas del juego, robando a la artillería que la OTAN ha proporcionado a Kiev una de sus principales ventajas — la capacidad de disparar, replegarse y trasladarse rápidamente a otra zona para evitar el fuego de represalia ruso.
¿Qué es el dron kamikaze Lancet y por qué es tan letal?
La munición merodeadora Lancet últimamente ha saltado a los titulares de los medios de comunicación como pieza clave del armamento militar en el actual conflicto armado entre Rusia y Ucrania. ¿Quién lo fabrica? ¿Cuáles son sus características? ¿Por qué temen las fuerzas ucranianas a este dron suicida? Sputnik te cuenta.
A lo largo de los últimos meses apareció una multitud de videos e informes de militares rusos que muestran el uso de vehículos aéreos no tripulados de reconocimiento y ataque Lancet contra una serie de equipos militares ucranianos y occidentales. Desde obuses M777 de fabricación estadounidense y sistemas de defensa antiaérea Avenger hasta sistemas de misiles antiaéreos soviéticos Osa y lanzacohetes múltiples RM-70 de fabricación checa.
El mes pasado, cinco sistemas de defensa antiaérea ucranianos fueron destruidos en el transcurso de 24 horas en la región de Jersón, entre ellos cuatro baterías antiaéreas S-300 de fabricación soviética y un cañón antiaéreo autopropulsado Gepard de fabricación alemana. Al parecer, se utilizaron Lancet para destruirlos a todos.
Desde entonces, esos drones han adquirido una temible reputación de un arma que cambia las reglas del juego, robando a la artillería que la OTAN ha proporcionado a Kiev una de sus principales ventajas — la capacidad de disparar, replegarse y trasladarse rápidamente a otra zona para evitar el fuego de represalia ruso.
Los observadores de defensa afirman que las redes rusas de mando, control, comunicaciones e inteligencia han aprendido a atacar automáticamente a la artillería enemiga utilizando los drones Lancet más cercanos inmediatamente después del lanzamiento, lo que puede reducir drásticamente el tiempo que tienen los artilleros ucranianos para retirarse de sus posiciones de tiro.
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