El portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Igor Konashenkov, en su reporte de este jueves sobre los últimos avances de las fuerzas rusas en la operación especial en Ucrania, ha destacado el uso de misiles de alta precisión y largo alcance para destruir un gran arsenal incluyendo misiles, armamento y equipo militar suministrado a Kiev por países europeos y Estados Unidos.
Al desarrollar su postura, el vocero ruso ha detallado que las Fuerzas Armadas rusas atacaron “campos de aviación, centros de control y despliegue de las Fuerzas Armadas de Ucrania, talleres de ensamblaje y sitios de almacenamiento de aviones no tripulados (drones) navales, así como de misiles, armas y equipos militares recibidos de Occidente”.
En este sentido, ha asegurado que durante estos ataques nocturnos se logró el objetivo de los ataques y todos los sitios designados fueron destruidos.
Durante los últimos días, Rusia ha lanzado ataques contra sitios militares ucranianos en represalia por el ataque de 17 de julio de Kiev al puente de Kerch, que une Crimea con la parte continental rusa.
A su vez, el presidente ruso, Vladímir Putin, ha declarado esta misma jornada que Ucrania no ha tenido éxito en ninguna de las zonas de su contraofensiva y solo ha sufrido importantes pérdidas en los campos de batalla.
Refiriéndose a la agudización significativa del conflicto entre las fuerzas rusas y ucranianas en los últimos días, en particular en la provincia de Zaporiyia, sureste de Ucrania, Putin ha anunciado que Kiev se vio obligado a retroceder con grandes pérdidas. “Pérdidas muy grandes de personal, más de 200 efectivos”, ha dicho, añadiendo que son más de 10 veces superiores a las de Rusia.
Ucrania comenzó su tan esperada contraofensiva a principios de junio, pero hasta ahora solo ha logrado pequeños avances contra las bien atrincheradas fuerzas rusas que controlan más de una sexta parte de su territorio.
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