Buscar en este blog

miércoles, 27 de noviembre de 2013

Judíos y gitanos tiemblan en Eslovaquia


El neonazi Marian Kotleba


El líder neonazi Marian Kotleba gobernará en Banska Bystrica. Conocido racista, promete el 'exterminio de los parásitos gitanos'.


ROSALÍA SÁNCHEZ
Especial para EL MUNDO Berlín


Los policías eslovacos conocen su cara y muchos de ellos se han llevado patadas, mordiscos e incluso algún escupitajo de Marian Kotleba durante las reiteradas detenciones o desalojos de manifestaciones ilegales de la extrema derecha del país, en las que suele participar abanderando el ala radical.


Quizá mejoren sus modales ahora que 75.000 votos le han concedido la victoria electoral en la región central de Banska Bystrica, la mayor del país por extensión y habitada por unas 650.000 personas.


De un día para otro ha pasado de subversivo sospechoso habitual a presidente regional del Partido del Pueblo-Nuestra Eslovaquia, con el 55,5% de los votos.


Kotleba se ha ido haciendo un perfil duro durante los últimos años a base de declaraciones racistas contra la minoría gitana. Habla abiertamente de la OTAN como una "organización terrorista" y defiende que Eslovaquia abandone el euro cuanto antes.


"La confianza que han depositado en mí los ciudadanos es para mí un gran desafío, haré todo lo que esté en mi mano para cumplir con esta tarea", ha dicho, en tono de hombre de estado que a los oídos de los judíos y de los gitanos suena igualmente a amenaza.


A sus 36 años, suma un largo historial de causas por incitación al racismo y amenazas a la democracia, aunque no consta ninguna sentencia en su contra ya que los jueces adjudicados a esos casos consideraron siempre "infundadas" las acusaciones.


'Promete el exterminio de los parásitos gitanos'


En uno de sus panfletos promete el "exterminio de los parásitos gitanos". Los medios de comunicación checos y eslovacos valoran de forma unánime el triunfo electoral de Kotleba como un grave fracaso de los partidos mayoritarios.


'La política eslovaca se hunde en el lodo pardo', titula 'Hospodarske noviny', que augura que "este resultado en la región central de Eslovaquia es solo el comienzo".


Esa es también la impresión del socialdemócrata Vladimir Manka, que considera que "Kotleba podría obtener un resultado electoral parecido el cualquier otra región eslovaca", a pesar de que el primer ministro socialdemócrata Robert Fico, cuyo partido ha ganado en seis de las ocho regiones eslovacas, se asienta todavía como la primera fuerza del país.


La radio eslovaca informa que se están desmantelando campamentos gitanos en la región, por miedo, y el presidente del Congreso Judío Europeo, Moshe Kantor, ha declarado que "es una victoria neonazi ante la que hay que reaccionar".


"Los neonazis están ganando en el terreno político europeo y están usando el sistema democrático contra los principios democráticos. Si la Democracia no opone resistencia, si no hay un plan de acción coordinado, que incluya la prohibición de este tipo de partidos, será golpeada por este fenómeno más tarde o más temprano", advierte Kantor.


Kotleba, sin embargo, sabe cómo burlar las ilegalizaciones. Anteriormente fue presidente del ilegalizado Mancomunidad Eslovaca-Partido Nacional (SP-NS), que organizó manifestaciones y marchas paramilitares contra la minoría gitana y expresó claras simpatías por el gobierno eslovaco aliado con la Alemania nazi durante la II Guerra Mundial.


Este partido fue ilegalizado por el Tribunal Supremo en 2006 debido a que proponía en sus estatutos la eliminación de la democracia, lo que contraviene la Constitución, así como establecer un "Estado de estamentos basado en los principios nacionales, cristianos y sociales".


Tras su disolución, Kotleva fundó un nuevo partido, en el que ha cuidado más las formas en los estatutos y en que ha abandonado parcialmente la estética paramilitar que caracterizaba a la anterior formación para evitar un nuevo cierre.


Esta simple estrategia le ha servido para avanzar políticamente mientras las dos grandes fuerzas políticas del país no se ponen de acuerdo para plantarle cara.


La formación conservadora, Unión Democrática Eslovaca (SDKU), considera la victoria de Kotleba "un enorme revés para la democracia". El primer ministro socialdemócrata Fico ha acusado a las formaciones de centroderecha de alentar la victoria extremista al no respaldar al candidato de izquierda que se enfrentaba a Kotleba en esa región en la segunda vuelta.


Según la agencia Efe, "los analistas eslovacos consideran que la desmovilización del voto socialdemócrata, el desprestigio de los conservadores por varios casos de corrupción y las respuestas populistas de Kotleba sobre la crisis económica han sido las claves del triunfo extremista" en una de las regiones más pobres de Eslovaquia, en la que la participación fue de solo el 24,61%.


elmundo.es

No hay comentarios:

Publicar un comentario