(defensa.com) Como informamos recientemente, Reino Unido ejercería su derecho a bloquear la venta de los aviones de combate Gripen NG que Argentina habría planteado comprar a Brasil dado que aproximadamente el 30 por ciento del avión fabricado por Saab está hecho con componentes suministrados por empresas británicas. El 21 de octubre los ministros de Defensa de Argentina y de Brasil anunciaron durante la presentación del avión de transporte KC-390, el inicio de conversaciones entre ambos países para la compra venta de 24 aviones de combate Gripen NG, fabricados en Brasil para Argentina, tras la firma de una “alianza estratégica para la industria aeronáutica” de ambos países.
La operación, valorada en torno a 2.900 millones de dólares, sería una iniciativa directa del Ministerio de Defensa de Brasil y no de Saab, el fabricante original del Gripen, que confirmó que no había realizado ninguna acción comercial directa para la venta de aviones nuevos o de segunda mano a Argentina precisamente por la posibilidad del bloqueo británico. De hecho el fabricante brasileño Embraer, socio principal de Saab en Brasil para la fabricación de los aviones, teme que las medidas que pueda tomar Reino Unido para que Argentina no disponga del avión puedan perjudicar sus futuras actividades comerciales.
Esta medida supondría un varapalo para Argentina, que vería cerrada otra vía para adquirir un avión de combate con el que equipar a su Fuerza Aérea, reemplazando a los veteranos Mirage. Se sumaría así a los intentos infructuosos de adquirir aviones anteriormente como los Mirage F-1 de segunda mano del Ejército del Aire español, Mirage 2000 de segunda mano franceses o de Kfir Block 60 reconstruidos por Israel Aerospace Industries, aunque de cuando en cuando vuelven a apuntarse alguna de estas propuestas. Los motivos por los que ninguna de estas ofertas se concretó fueron varios y estarían centrados en la disponibilidad financiera de Argentina y en temas de derechos y licencias comerciales. Los Mirage F-1 españoles necesitaban disponer de una certificación que Francia encareció con la intención de hacer más atractivos sus Mirage 2000. La propuesta de los Kfir no habría contado con el suficiente apoyo gubernamental por lo que tampoco ha avanzado.
Así, si en este escenario se diera el caso finalmente de que no pudieran adquirirse los Gripen, Argentina no descartaría la adquisición de aviones de combate fabricados en Rusia o China, dado que estos no estarían sujetos a ningún tipo de bloqueo o impedimento comercial, a pesar de que la Fuerza Aérea estaría interesada en aviones de fabricación occidental. Entre las opciones disponibles que podrían haberse barajado estarían el FC-1/JF-17 fabricado entre empresas de China y Pakistán. Con motivo de la feria Paris Air Show del año pasado Argentina habría recibido una oferta oficial para fabricar estos aviones bajo licencia en territorio nacional, concretamente a cargo de FAdeA.
La colaboración con China ya se ha materializado con la fabricación del CZ-11 Pampero, que es la versión argentina del Changhe Z-11 (a su vez un diseño basado en el Ecureil de Eurocopter, ahora Airbus Helicopters). Además en la actualidad China es el segundo socio comercial de Argentina. Por otra parte está la opción rusa, que podría concretarse en algún miembro de la familia Flanker de Sukhoi, que ya se encuentran en servicio en Latinoamérica, concretamente los Sukhoi Su-30 MK2 venezolanos que en el caso de Argentina podrían adquirirse incluso usando materias primas o productos alimentarios como forma de pago, opción a la que habría dado el visto bueno Rusia y que ya habría empleado anteriormente en otras transacciones de este tipo. (J.N.G.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario