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martes, 9 de diciembre de 2014

La industria de defensa rusa cambia su orientación a causa de las sanciones

Debido a las de la UE, la cooperación técnico-militar con estos países se ha ralentizado. El aplazamiento de la entrega de los buques Mistral por parte de Francia ha sido el episodio que más resonancia ha tenido.

¿Qué precio ha pagado el complejo industrial militar? Fuente: TASS / Vladimir Astapkovich


A finales de julio, cuando la UE acababa de introducir el embargo a la importación y la exportación de armamento y productos de uso civil y militar a Rusia, RBTH estudió todos los sectores y proyectos que podían verse afectados por esta decisión.

Desde entonces, al embargo de julio se ha sumado la prohibición de la financiación de la deuda a los mayores consorcios de la industria militar de Rusia (Uralvagonzavod, Oboronprom y United Aircraft Corporation), así como sanciones contra nueve importantes empresas de la industria rusa de defensa, mientras que el contrato para el suministro de buques Mistral no ha sufrido ninguna alteración.

A finales del año llega el momento de sacar ciertas conclusiones: ¿qué le han costado y le seguirán costando al complejo industrial militar ruso las sanciones de Occidente?

En septiembre, el Ministerio de Defensa de Rusia declaró que “las sanciones no eran motivo de preocupación”, señalando que podían afectar únicamente a terceros países que compraban técnica rusa con componentes extranjeros.

El presidente ruso, Vladímir Putin, declaró que “el sector industrial debía estar preparado para producir por sí mismo la maquinaria, los componentes y los materiales más importantes, y que debía contar con la capacidad de producción y las soluciones tecnológicas y de ingeniería adecuadas para ello”.

Las compras de nuevo armamento a Occidente, según Rosoboronexport, ascendían únicamente a un 1%, y su anulación no provocará ningún daño a la capacidad militar de Rusia.

Las sanciones, como cualquier ley, no tienen carácter retroactivo ni pueden afectar a contratos que ya estén firmados, aunque en el caso de la entrega de los buques Mistral por parte de Francia ha sucedido precisamente esto. ¿Debemos esperar este tipo de acciones respecto a los contratos existentes con terceros países? Por ahora no se ha informado de ninguna irregularidad en su cumplimiento.

Podría suceder algo parecido con las cámaras térmicas francesas Thales Catherine-FC y Sagem Matiz, que se utilizan en la producción de equipos de precisión para los vehículos acorazados rusos.

Rusia depende al 100% de la importación de turbinas de gas para fragatas, corbetas y otros barcos militares. En estos momentos está comenzando la producción de turbinas de gas de diseño ruso en la fábrica Saturn y de reguladores de presión en la fábrica Zvezdá.

Podrían surgir problemas con los productos electrónicos, cuya producción en Rusia no ha hecho más que empezar, aunque sería posible cambiar de proveedores, sobre todo porque Rusia nunca ha importado de los países occidentales electrónica de clase militar o para la industria espacial. El problema de los terceros países podría resolverse mediante acuerdos con compañías europeas para que estas suministren los componentes necesarios para completar los productos de tecnología rusa.

Serguéi Tsyb, viceministro de Industria y Comercio, ha anunciado los resultados de un análisis sobre los sectores más prometedores desde el punto de vista de la sustitución de la importación. En el sector de la construcción de maquinaria, la importación asciende a más de un 90%, en la maquinaria pesada, oscila entre un 60 y un 80%, y en la industria radioelectrónica entre un 80 y un 90%.

El cambio de orientación en la cooperación militar con Occidente dio comienzo antes del conflicto en Ucrania. Desde 2012, el Ministerio de Defensa no ha firmado ningún nuevo contrato significativo para el suministro de producción europea de uso militar.

En agosto de 2013 se prohibió el uso de maquinaria extranjera en el caso de que existieran análogos rusos, y se impuso la tarea de reanimar el sector de la construcción de maquinaria, destruido desde la época soviética, y elevar la cantidad de maquinaria rusa hasta un tercio de las necesidades de la industria.

El programa de sustitución de la importación presentado por el Ministerio de Industria y Comercio el 25 de julio de 2014 prevé la sustitución con análogos nacionales primero de productos ucranianos y más tarde de productos de otros proveedores de los países que han introducido sanciones contra Rusia. Se planea aumentar la cooperación con los países de la Unión Aduanera (Bielorrusia y Kazajistán).

El ministro ruso de Industria y Comercio, Denís Mánturov, opina que el programa de sustitución de la importación permitirá a las empresas rusas crear un volumen adicional de producción de más de 30.000 millones de rublos anuales a partir de 2015.

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