La derrota o, en el mejor de los casos, la falta de éxito de la ofensiva ucraniana causa ansiedad en Polonia e incluso temor de que pueda constituir un presagio de la derrota de Kiev, escribe el comunicador.
"La realidad, sin embargo, es que la falta de éxito (...) para los ucranianos, así como el estancamiento en la línea del frente, como muchos indican, es exactamente la situación que quieren las potencias occidentales", evaluó el analista.
Asimismo, el analista considera que las opiniones radicales sobre el conflicto ucraniano son especialmente peligrosas y dañinas.
De acuerdo con Jurasz, el conflicto debe analizarse sin emociones y llama a admitir que desde el principio el objetivo de Occidente, especialmente de Estados Unidos, era no dejar que Ucrania perdiera el conflicto, pero tampoco permitirle una victoria decisiva, donde los tipos de armas y su cantidad que Washington suministró a Kiev son una clara prueba de ello.
"¿No sería el fracaso de la contraofensiva ucraniana [...] una situación deseable e ideal y quizás incluso planificada en Washington?", cuestiona Jurasz.
Estos acontecimientos, a su vez, acercan la perspectiva de un fin del conflicto. Por eso, incluso los políticos norteamericanos radicalmente proucranianos no quieren su victoria completa e inequívoca, concluyó.
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