Los medios de comunicación estadounidenses informan que Estados Unidos está desarrollando sistemas Frankenstein que pronto podrían entregarse a Kiev para eliminar las deficiencias del sistema de defensa antiaérea de Ucrania. La iniciativa, bautizada como programa FrankenSAM, combinará misiles tierra-aire occidentales con lanzadores y radares de la era soviética.
De acuerdo con la vicesecretaria adjunta de Defensa para la política sobre Rusia, Ucrania y Eurasia, Laura K. Cooper, FrankenSAM tiene como objetivo "llenar las lagunas críticas de la defensa antiaérea de Ucrania", que es "el reto más serio al que se enfrenta Ucrania en la actualidad".
Los medios occidentales describen dos variantes de las armas híbridas del Pentágono. La primera es una mezcla de lanzadores de los sistemas soviéticos Buk y misiles estadounidenses Sea Sparrow. La segunda variante podrá utilizar radares soviéticos en combinación con misiles Sidewinder estadounidenses. Afirman que han sido probados durante los últimos meses en bases militares de EEUU y podrían ser entregados a Ucrania en 2023.
"Esto es una señal", declaró a Sputnik el coronel retirado ruso y experto de la Asociación de Politólogos Militares, Andréi Koshkin.
"¿Qué indica eso? EEUU ya no puede suministrar [armas a Ucrania]. Toda la munición ya ha sido redirigida de Ucrania a Israel. Pues bien, para tranquilizar de alguna manera a los ucranianos (...) afirman: 'Vamos a intentar hacer un Frankenstein'", indicó.
En lo que se refiere a la eficacia de los sistemas híbridos de defensa antiaérea del Pentágono, el experto se muestra muy escéptico. A este respeto, apuntó que Occidente ya suministró sus sistemas "de primera clase", incluso los Patriot de fabricación estadounidense, "que, con perdón, están al nivel de nuestros S-300, que pronto retiraremos del servicio".
"¡Nada de eso fue suficiente [para llenar los vacíos en la defensa antiaérea de Ucrania]! Y si [estos sistemas] son de fabricación artesanal, ¿qué harán? ¿Cuántos de estos [sistemas FrankenSAM] fabricarán? Bueno, dos, bueno, tres, incluso admito que cinco. ¿Resolverán el problema? No, no resolverán ningún problema de cambio de la tasa de éxito en la línea de batalla", comentó Koshkin.
De acuerdo con su punto de vista, el mayor problema reside en que los FrankenSAM no podrían funcionar a la capacidad máxima de los sistemas originales estadounidenses y soviéticos. El analista explicó que los equipos militares deben cumplir las denominadas características tácticas y técnicas conforme a su diseño. Sin embargo, los híbridos no serán capaces de hacerlo. "¿Por qué? Porque se trata de un sistema subestadounidense y subsoviético", comentó.
Esto no fue el único problema de los FrankenSAM en que prestó atención el experto. La sincronización de distintas partes de los sistemas también representa un desafío importante, ya que no puede descartarse la posibilidad de fallos de funcionamiento.
"Un especialista está capacitado para utilizar equipos soviéticos o estadounidenses. No está claro a quién contratar, porque no hay personal especializado para manejar el equipo [híbrido] soviético-estadounidense, lo que significa que hay que formarlo", subrayó.
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