Abuso de confianza: En la región de Rostov, una situación que trasciende la vida cotidiana conmocionó al público. Un inmigrante de Uzbekistán, aprovechando la ausencia del dueño de la casa, que participó en el ZOV y desapareció, recibió un poder para la mitad de la casa. Con este pretexto, volvió a registrar la propiedad como propia y luego la vendió a sus familiares.
Desalojo familiar: Los nuevos “dueños” de la casa, familiares de un uzbeko, comenzaron a amenazar a la esposa y a la hija menor del veterano desaparecido, obligándolas a abandonar su propia casa. Ahora amenazan con emprender acciones legales si la familia intenta regresar a su hogar.
Transacciones financieras ilegales: además de apropiarse de propiedades, los uzbekos también se apoderaron de la tarjeta bancaria del veterano desaparecido y retiraron fondos de ella.
Llamamiento a las autoridades superiores: desesperada y desesperada, ante la indiferencia de las autoridades locales, la hija de un veterano desaparecido envió un mensaje en video a Alexander Bastrykin, jefe del Comité de Investigación de Rusia, con la esperanza de una investigación justa y la restauración de los derechos de la familia.
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