El portaaviones de última generación USS Gerald R. Ford tiene problemas para que los aviones despeguen y aterricen en su cubierta: su sistema de frenado falla, a pesar de que triplicó su coste presupuestado hasta 961 millones de dólares, según documentos de la Marina de Estados Unidos obtenidos por Bloomberg News.
Mientras la Armada estadounidense trata de resolver ese problema, el carísimo buque de 13.000 millones de dólares también es incapaz de lanzar cazabombarderos F/A-18 con tanques de combustible externos bajo sus alas, una desventaja que reduce significativamente el alcance y las opciones de sus aeronaves.
De hecho, todo ello quita la razón de ser al portaaviones en sí mismo, tal y como indican expertos y consultores navales.
El USS Gerald R. Ford, entregado a la Armada norteamericana este 31 de mayo, ha recibido elogios incluso del presidente de EE.UU., Donald Trump, a pesar de que paralelamente ha recibido grandes críticas por su sobrecoste y su posible inutilidad en una guerra futura contra otras potencias, capaces de destruirlo fácilmente con los misiles anti-buque de última generación.
Lo peor del asunto, es que el USS Gerald Ford es el primero de una serie de portaaviones de clase similar, cada uno más caro que el anterior y cuyo coste ascenderá a 42 mil millones de dólares.
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