El objetivo de la nave es alcanzar una velocidad de 5.000 kilómetros por hora, cuatro veces más que la velocidad del sonido y con bajas emisiones de gases contaminantes gracias a la utilización de combustibles biológicos (junto al uso de hidrógeno y oxígeno). Podrá transportar entre 60 y cien pasajeros.
La clave de este concepto radica en que volará por encima de la atmósfera, a unos 32 kilómetros sobre el nivel del mar, frente a los 11 kilómetros de los vuelos comerciales actuales (o los 18 del anterior supersónico). Esto le permitirá “no contaminar la capa atmosférica.
El original diseño del ZEHST cuenta con motores para el despegue que funcionan a base de biocarburantes elaborados con algas. Una vez en la altura, el avión utilizará motores similares a los de un cohete, que funcionarán con hidrógeno y oxígeno, por lo que son totalmente limpios y no emiten más que vapor de agua. A la hora de aterrizar, el piloto cortará los motores y dará inicio al descenso planeando, antes de poner en marcha los motores clásicos de la aeronave. Según sus creadores la solución ecológica está en el límite del espacio. No es un avión, no es un cohete, es un avión-cohete comercial.
Mas detalladamente, el despegue del avión se realiza gracias a dos turborreactores. Cuando ZEHST alcanza 5 kilómetros de altitud, el protagonismo lo adquieren otros tres motores propulsados por una mezcla de hidrógeno y oxígeno, ayudados por un tercer reactor concebido a partir de la tecnología utilizada en los cohetes Ariane. El avión logra entonces una velocidad 2,5 veces superior a la del sonido.
Pero cuando el aparato alcance los 23 kilómetros de altura, entrarán en funcionamiento dos reactores que permitirán alcanzar los 5.000 kilómetros por hora, la velocidad de crucero del aparato. El aterrizaje también se hará de forma clásica impulsado por los turborreactores.
Pero cuando el aparato alcance los 23 kilómetros de altura, entrarán en funcionamiento dos reactores que permitirán alcanzar los 5.000 kilómetros por hora, la velocidad de crucero del aparato. El aterrizaje también se hará de forma clásica impulsado por los turborreactores.
Hay grandes posibilidades para la concreción de este proyecto, ya que las tecnologías necesarias para llevarlo a cabo ya habrían sido desarrolladas. Incluso los motores ya existen, comercializados por Astrium, filial espacial de EADS, que los diseña para viajes espaciales. Si todo marcha bien, dentro de cuarenta años podríamos viajar de París a Tokio en tan solo dos horas y media. ¿Quién lo hubiera imaginado?.
Fuente: http://diarioecologia.com/zehst-el-super-avion-hipersonico-y-ecologico-del-futuro/
Fuente: http://diarioecologia.com/zehst-el-super-avion-hipersonico-y-ecologico-del-futuro/
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