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miércoles, 26 de enero de 2022

La UE frena el ardor guerrero de EEUU y la OTAN en Ucrania

 

La OTAN parece haber superado la muerte cerebral que le diagnosticó el presidente francés, Emmanuel Macron, para pasar al delirium tremens y alentar la tensión en Ucrania sin el acuerdo de muchos de sus miembros europeos.

Tras un fin de semana de euforia guerrera en la sede de la Alianza Atlántica, con declaración del "estado de alerta" incluido, Estados Unidos lanzaba la orden de evacuación de su Embajada en Kiev y de sus connacionales en Ucrania. De la "pequeña incursión" rusa en territorio ucraniano anunciada por Joe Biden –para ridículo de sus diplomáticos– a la dramatización dirigida al televidente medio norteamericano, sensible a las imágenes de familias cargando a bebés en las escalerillas del avión, alejándose del supuesto escenario de guerra.

El fiel aliado británico aportaba las informaciones de su "inteligencia" para destapar los planes rusos de colocar en Kiev a un hombre de paja a las órdenes del Kremlin. Boris Johnson, el 'premier', atizaba el brasero anunciando una "nueva Chechenia" si Rusia invadía Ucrania. No le sirvió para desviar la atención de sus compatriotas de la crisis que atraviesa su mandato, tras las orgías etílicas celebradas en la sede del gobierno durante los peores momentos de la pandemia, el escándalo 'Partygate'.

Borrell critica a Blinken; Alemania frena a Stoltenberg

La diplomacia europea, representada por Josep Borrell, tuvo que calmar los ánimos belicistas. Nada de alarmar con evacuaciones de embajadas y sí seguir apostando por las negociaciones en marcha, oscurecidas por los tambores de guerra. "Sabemos muy bien cuál es el grado de amenaza y la forma en que debemos reaccionar. Hay que evitar jugar con los nervios y las reacciones alarmistas que tienen, además, consecuencias financieras". Las palabras de Borrell iban dirigidas directamente al secretario de Estado norteamericano, Anthony Blinken, participante en la reunión de ministros de Exteriores de la Unión Europea celebrada por videoconferencia.

Las informaciones del aliado norteamericano para justificar la alerta roja no desmontaron la moderación europea, subrayada ya antes de la "videocumbre" por algunos de sus miembros más poderosos.

Así, el nuevo gobierno alemán, dirigido por el socialdemócrata Olaf Scholtz, aconsejaba ser prudentes con las eventuales nuevas sanciones a Rusia. Su ministra de Exteriores, la "verde" Anna Baerbock, hasta el momento considerada como la más "atlantista" del gabinete, se manifestaba en contra de impedir a Rusia el uso del sistema de intercambio bancario internacional (Swift), como algunos voceros europeos habían sugerido. Por supuesto, nada de neutralizar el acuerdo Nord Stream 2, que aprovisionará de gas ruso a Alemania y a buena parte de Europa. Berlín tampoco siguió a otros de sus aliados en el envío de armas a Ucrania.

Militar y disidente: "necesitamos a Rusia"

Las reservas alemanas se producían poco después de que el jefe de su Armada, Kay-Achim Schoenbach, se viera obligado a dimitir tras haber manifestado que "hablar de invasión rusa no tenía sentido", que "Crimea nunca volvería a Ucrania", que "había que respetar a Vladimir Putin" y que "necesitamos a Rusia contra la política china". Declaraciones políticamente incorrectas, pero que son compartidas por muchos europeos, tanto políticos como ciudadanos de a pie.

En Francia, otro de los países más influyentes entre los 27 miembros de la Unión Europea (UE), el ardor guerrero de EEUU y la OTAN tampoco encuentra un eco muy favorable. Los franceses están inmersos en una campaña electoral donde la política exterior tiene poca cabida, aparte la implicación militar francesa en África. Además, las tres formaciones de la derecha y toda la izquierda, salvo socialistas y ecologistas, son partidarios confesos de la reanudar relaciones plenas con Moscú.

Jens Stoltemberg sabe que París y Berlín no son favorables a la ampliación de OTAN hacia el Este de Europa; en sus declaraciones del lunes 24 de enero, el jefe de la organización militar enumeró como mejores alumnos europeos a Dinamarca, Países Bajos y España.

¿La UE por la OTAN?

Mientras las negociaciones siguen avanzando entre el ruido provocado por actores interesados, la Unión Europea se vuelca en apoyo financiero al gobierno de Kiev y anuncia una ayuda de 1.200 millones de euros, a los que se sumarán otros 6.000 millones en inversiones, según anunció la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

Desde 2104, Ucrania ha recibido de la UE 17.000 millones de euros. Un maná que sería solo un aperitivo de lo que supondría su ingreso en la Unión Europea, la alternativa que Kiev debería buscar, según algunos asesores comunitarios, antes que seguir insistiendo en su quimérica entrada en la OTAN.

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