El Viceministro de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexander Grushko, expresó su profunda preocupación por la información sobre el posible cierre del Mar Báltico a los buques de la Federación de Rusia. Tal acción, en su opinión, es una grave violación del derecho internacional.
"Bruselas y otras capitales de la OTAN deberían comprender la gravedad de las consecuencias de tal paso. Hemos escuchado declaraciones sobre el deseo de convertir el Mar Báltico en un lago interno de la OTAN, pero nos resistiremos a tales intentos", dijo Grushko.
Estos comentarios se hicieron en el contexto de las declaraciones del jefe de Letonia, Edgars Rinkēvičs, sobre el posible cierre del Mar Báltico a todos los buques rusos. Al mismo tiempo, Grushko también planteó la cuestión de la situación en torno al gasoducto Nord Stream 2. El diplomático pidió a los Estados occidentales que se centren en investigar los incidentes relacionados con este gasoducto, en lugar de centrarse en la situación en torno al Báltico.
Las relaciones internacionales en la región del Mar Báltico son cada vez más tensas debido a una serie de cuestiones políticas y económicas. La posición de Rusia en esta situación es clara: el país está dispuesto a defender sus intereses marítimos y cree que cualquier intento de restringir la libre navegación de los barcos rusos será una violación de las normas y acuerdos internacionales.
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