Inversores juegan a las cartas en una empresa de valores en Pekín. / W. Z. (AFP) |
Los mercados de renta variable en China abrieron este viernes aún con muchas dudas, pero encararon a media mañana una moderada tendencia al alza. Los dos principales parqués del país, Shanghái y Shenzhen, acumulaban una hora después de la apertura ganancias del 1,8% y del 1,3%, respectivamente. Una tendencia que se consolidó a lo largo de la sesión: Shanghái cerró con un alza del 1,97%, mientras Shenzhen, más concentrado en valores tecnológicos, avanzó un 1,05%. Se trata de la última jornada bursátil de una semana convulsa en los mercados chinos, protagonizada por el cierre anticipado de la sesión tanto el lunes como el jueves tras registrar pérdidas superiores al 7%. Los bandazos en China se han contagiado al resto de mercados mundiales.
Tanto Shanghái como Shenzhen abrieron con fuertes ganancias, en ocasiones superiores al 3%, pero en pocos minutos volvían al terreno negativo. A los inversores les costó decidirse en medio de la incertidumbre que ha rodeado a los mercados de renta variable esta semana, tras numerosos cambios regulatorios y datos poco alentadores sobre la segunda economía mundial que trajeron nuevos episodios de pánico.
La Comisión Reguladora del Mercado de Valores de China (CRMV) intentó el jueves, tras una sesión que duró apenas media hora,calmar a sus impredecibles pequeños inversores. Por un lado, presentó una nueva normativa que regula la venta de títulos de los grandes accionistas, consejeros y directivos de empresas cotizadas.Por otro, decidió eliminar el mecanismo de freno que obligaba a suspender la jornada durante 15 minutos si un índice que agrupa los principales valores de ambos parqués alcanzaba ganancias o pérdidas superiores al 5% y que la cerraba de forma automática si se rebasaba el 7%.
El sistema fue implantado esta misma semana y su razón de ser era evitar la volatilidad tan característica de los parqués chinos. Pero sus resultados, como este jueves admitió el regulador chino, fueron opuestos a lo deseado. "Después de analizar sus ventajas e inconvenientes, en la actualidad sus efectos negativos son mayores que los positivos", aseguró el portavoz de la CRMV en un comunicado. La noticia fue bien recibida entre inversores y analistas, que consideran que el sistema aumentaba su presión de vender para evitar incurrir en mayores pérdidas.
Antes de la apertura, el Banco Popular de China (PBOC) detuvo la continua caída de valor de la moneda china, el yuan, frente al dólar estadounidense tras ocho jornadas de bajadas consecutivas. El regulador monetario situó la tasa en los 6,5636 yuanes por dólar, algo más fuerte que los 6,5646 del jueves.
El yuan no es convertible de forma libre en los mercados de divisas, sino que su valor depende de la tasa de referencia que establece el Banco Central chino y está sujeta a un margen de flotación de un máximo del 2% por día. En agosto, un cambio en el cálculo de esta tasa (según Pekín para adaptarla a criterios menos arbitrarios y teniendo en cuenta las cotizaciones de días anteriores) provocó una devaluación de un 4% de la divisa.
En los últimos meses, sobre todo después de que la divisa china fuera aceptada como moneda de reserva del Fondo Monetario Internacional, el yuan ha vuelto a perder valor. Varios analistas especulan con que China podría estar llevando a cabo una devaluación encubierta, mientras que las autoridades defienden que la moneda sufre de una importante presión a la baja y que la progresiva liberalización de su tipo de cambio provoca estas fluctuaciones.
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