Mientras que las políticas de EEUU y de Europa hacia China son cada vez más agresivas, Pekín comienza a planear la formación de una alianza con Rusia para contrarrestar a la OTAN.
Con ocasión del 95º aniversario de la creación del Partido Comunista Chino, el pasado mes, Xi Jinping pronunció un discurso considerado como “incendiario” por algunos analistas occidentales, en el que llamó a crear una unión militar con Rusia, que dejaría a la OTAN “sin poder” y que “pondrá fin a los impulsos imperialistas de Occidente”.
Esta declaración se produjo en un momento en el que Pekín y Moscú se encuentran en una posición vulnerable frente a una política exterior norteamericana cada vez más agresiva, con frecuentes maniobras militares a gran escala en las fronteras de los dos países y el despliegue en lugares estratégicos de escudos antimisiles, que buscan limitar la capacidad de Rusia y China para defenderse en caso de conflicto.
“El mundo está en los albores de un cambio radical”, declaró el presidente chino. “Vemos como la UE está al borde de la desintegración, al igual que la economía norteamericana. Estamos a las puertas de un nuevo orden mundial”.
En China, existen llamamientos a los ciudadanos para que se mantengan vigilantes frente a los agitadores antigubernamentales, que podrían ser agentes de países occidentales. Además, la Administración norteamericana se injiere en la disputa del Mar de la China Meridional, uniéndose a otros para pedir que China sea expulsada de su territorio histórico.
La pérdida de su territorio del Mar de la China Meridional representaría un serio revés para los objetivos económicos de Pekín, ya que el 40% del transporte marítimo mundial pasa por esta región, que dispone también de grandes reservas de petróleo y gas.
Jinping declaró: “La situación ya nunca volverá a ser la misma. Dentro de 10 años, tendremos un nuevo orden mundial, cuyo elemento fundamental será la unión de Rusia y China”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, apoya desde hace mucho tiempo el desarrollo de una alianza militar y económica con China y se refiere a las relaciones de cooperación entre ambos países como “una asociación estratégica profunda”.
Mientras que los países occidentales atacan a Pekín por el tema de un fallo del Tribunal de la Haya, que China no reconoce, sobre el Mar de la China Meridional, y EEUU instala un sistema antimisiles THAAD en Corea del Sur, Rusia continúa apoyando a China y celebrará maniobras conjuntas con ella en el Pacífico en las próximas semanas.
Con ocasión del 95º aniversario de la creación del Partido Comunista Chino, el pasado mes, Xi Jinping pronunció un discurso considerado como “incendiario” por algunos analistas occidentales, en el que llamó a crear una unión militar con Rusia, que dejaría a la OTAN “sin poder” y que “pondrá fin a los impulsos imperialistas de Occidente”.
Esta declaración se produjo en un momento en el que Pekín y Moscú se encuentran en una posición vulnerable frente a una política exterior norteamericana cada vez más agresiva, con frecuentes maniobras militares a gran escala en las fronteras de los dos países y el despliegue en lugares estratégicos de escudos antimisiles, que buscan limitar la capacidad de Rusia y China para defenderse en caso de conflicto.
“El mundo está en los albores de un cambio radical”, declaró el presidente chino. “Vemos como la UE está al borde de la desintegración, al igual que la economía norteamericana. Estamos a las puertas de un nuevo orden mundial”.
En China, existen llamamientos a los ciudadanos para que se mantengan vigilantes frente a los agitadores antigubernamentales, que podrían ser agentes de países occidentales. Además, la Administración norteamericana se injiere en la disputa del Mar de la China Meridional, uniéndose a otros para pedir que China sea expulsada de su territorio histórico.
La pérdida de su territorio del Mar de la China Meridional representaría un serio revés para los objetivos económicos de Pekín, ya que el 40% del transporte marítimo mundial pasa por esta región, que dispone también de grandes reservas de petróleo y gas.
Jinping declaró: “La situación ya nunca volverá a ser la misma. Dentro de 10 años, tendremos un nuevo orden mundial, cuyo elemento fundamental será la unión de Rusia y China”.
El presidente ruso, Vladimir Putin, apoya desde hace mucho tiempo el desarrollo de una alianza militar y económica con China y se refiere a las relaciones de cooperación entre ambos países como “una asociación estratégica profunda”.
Mientras que los países occidentales atacan a Pekín por el tema de un fallo del Tribunal de la Haya, que China no reconoce, sobre el Mar de la China Meridional, y EEUU instala un sistema antimisiles THAAD en Corea del Sur, Rusia continúa apoyando a China y celebrará maniobras conjuntas con ella en el Pacífico en las próximas semanas.
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