Los buques de guerra Makran y Dena llegaron el domingo por la mañana, informó la autoridad portuaria de Río de Janeiro en un comunicado.
Esto se produce mientras la agencia de noticias británica Reuters informara a principios de este mes que Brasil había cedido a la presión de Estados Unidos y rechazaba la solicitud de Irán para que los barcos atracaran en Río a fines de enero, antes del viaje del presidente brasileño, Luiz Inácio Lula da Silva, a Washington para reunirse con su homólogo, Joe Biden.
Sin embargo, con el viaje de Lula terminado, los barcos recibieron la aprobación de la Marina brasileña para recalar en Río entre el 26 de febrero y el 4 de marzo, según un aviso del 23 de febrero en el diario oficial.
La embajada de Estados Unidos en Brasilia no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios.
La presencia de los buques de guerra iraníes en las costas del gigante sudamericano continúa irritando a Estados Unidos mientras busca construir lazos más estrechos con la Administración de Lula, que asumió el cargo el 1 de enero.
En una conferencia de prensa el 15 de febrero, la embajadora de EEUU, Elizabeth Bagley, instó a Brasil a no permitir que los barcos iraníes atracaran.
La diplomacia con Irán fue uno de los aspectos más destacados de los intentos de Lula para reforzar la posición internacional de Brasilia durante sus mandatos presidenciales anteriores e incluso viajó a Teherán para reunirse con el entonces presidente Mahmud Ahmadineyad en 2010.
La 86.ª flotilla de la Fuerza Naval del Ejército iraní, compuesta por los buques de guerra Dena y Makran, inició su misión a finales de septiembre de 2022 para una circunnavegación histórica del mundo, destinada a demostrar el creciente poder militar y el alcance marítimo de la República Islámica.
El Iris Makran, un buque logístico militar es el navío más grande la flota iraní, mientras que el Iris Dena es un destructor de fabricación nacional que entró en servicio en 2021.
Después de establecer tres comandos marítimos en los océanos Índico, Pacífico y Atlántico, la Armada iraní busca expandir su actividad y presencia en las aguas internacionales a fin de velar por la seguridad de las rutas navales.
Irán ha asegurado que ese desarrollo obedece a una doctrina defensiva y no representa amenaza alguna para otros países.
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