La policía de Georgia detiene a más de 60 personas durante una manifestación en rechazo de una ley que, para sus detractores, afectaría la libertad de prensa.
Conforme al Ministerio del Interior, “66 personas fueron detenidas por desacato a la policía y gamberrismo”, y agentes del orden y civiles sufrieron lesiones de diversa gravedad en los choques con los manifestantes en los alrededores del Parlamento, en Tiflis (capital).Este miércoles, una multitud rodeó la sede legislativa e intentó derribar las vallas con el objetivo de irrumpir en el recinto.
Además, las autoridades denuncian que los participantes en la protesta, que se lleva a cabo por dos días consecutivos, arrojaban piedras y cocteles molotov a los policías, trataban de causar daños físicos y quemaban coches, entre otros actos violentos. Por ello, según Interior, se optó por el empleo de una respuesta “proporcional”. De acuerdo con los medios, la policía empleó gases lacrimógenos y caños de agua.
El martes, la oposición había anunciado que, para evitar una escalada de las tensiones, las autoridades debían retirar del Parlamento el proyecto de ley y liberar a todos los manifestantes arrestados ese mismo día. Si estas demandas no se cumplían en el plazo de una hora, los activistas prometieron “pasar a otras medidas”.
¿Por qué estalló la protesta georgiana?
El movimiento está dirigido en contra de un proyecto de ley “georgiano”, aprobado el martes —con 76 votos a favor y 13 en contra—en la Cámara de Diputados que obligará a las organizaciones georgianas que perciben más del 20 % de sus ingresos del extranjero a registrarse como “agentes del extranjero”, so pena de sanciones.
De esta forma fue rechazado el proyecto en la versión “estadounidense”, que supone básicamente la traducción de la Ley de Registro de Agentes Extranjeros de EE.UU. (FARA), que reconoce a agente extranjero no solo a medios de comunicación y las organizaciones no gubernamentales, sino también a otras personas jurídicas y físicas. Las infracciones (retrasar el registro o rechazarlo) están sujetas no solo a sanciones administrativas, sino también penales: las personas pueden enfrentarse a penas de prisión de hasta cinco años.
Entre tanto, la presidenta de Georgia, Salomé Zourabichvili, ha declarado tras las protestas que defiende la postura de los manifestantes, ya que pone en peligro las esperanzas de Georgia de entrar en el club de los Veintisiete. Sin embargo, el Parlamento puede anular el veto de la mandataria.
A su vez, el jefe de la diplomacia de la Unión Europea, Josep Borrell, aseguró que la normativa es “incompatible con los valores y estándares” del bloque, y advirtió que su “adopción final podría tener serias repercusiones” en las relaciones entre Tiflis y Bruselas, lo que afectaría los esfuerzos de la exrepública soviética para entrar en el bloque comunitario.
Vídeo: Manifestantes rodean el Parlamento en Georgia | HISPANTV
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