El secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, había advertido desde el 24 de septiembre al líder de la minoría en el Senado, Mitch McConnell, que Ucrania se enfrentaría a un grave choque económico y político en medio de la contraofensiva de este otoño si el Congreso cortaba la ayuda al país.
Washington y sus aliados pagan los salarios de 150.000 funcionarios ucranianos y más de medio millón de maestros, profesores y trabajadores de la educación. Además, financian los gastos de la Administración de Zelenski, que van desde la atención sanitaria hasta los subsidios de vivienda.
El 30 de septiembre, la Cámara de Representantes llegó a un acuerdo sobre una ley de financiación para evitar el cierre del Gobierno de Washington, pero sin aprobar ayuda para Ucrania.
De acuerdo con The Wall Street Journal, funcionarios de Washington y Kiev estudian ahora lo que la prevista reducción de la ayuda significa para la capacidad del país europeo de mantener su Gobierno en funcionamiento y su economía a flote.
El debate en Estados Unidos sobre la ayuda económica a Ucrania ha dividido al Congreso, ya que algunos republicanos afirman que los fondos estadounidenses deben servir para apoyar la economía local y no a otra nación.
"No veo alternativas: la financiación estadounidense es crucial para la supervivencia de Ucrania", afirmó al medio Bill Taylor, exembajador en Ucrania y actual vicepresidente del Instituto de la Paz de Estados Unidos, financiado por el Congreso.
"Como dejó claro el presidente Biden, no podemos permitir bajo ninguna circunstancia que se interrumpa el apoyo estadounidense a Ucrania", dijo por su parte John Kirby, portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca. "El tiempo no es nuestro amigo".
El programa Paz del Banco Mundial —conocido formalmente como Gasto Público para el Fortalecimiento de la Capacidad Administrativa— ha enviado a Ucrania 23.400 millones de dólares, de los cuales 20.200 millones han sido financiados por Estados Unidos y 2.000 millones por el Reino Unido. En total, la ayuda estadounidense a Kiev asciende a 72.800 millones de dólares, según el Instituto Kiel para la Economía Mundial.
Los republicanos que se oponen a toda la financiación para Ucrania consideran que el dinero federal destinado a un Gobierno extranjero es un símbolo de que no se anteponen las prioridades nacionales.
"Estamos pagando por casi todo [en Ucrania]", dijo la representante republicana de Georgia, Marjorie Taylor Greene, en sus redes sociales.
Fondos, solo para este mes
El Ministerio de Finanzas de Ucrania esperaba posibles retrasos en la financiación debido a la lucha por el presupuesto de Estados Unidos y tiene recursos para hacer frente a las necesidades presupuestarias de octubre, pero más allá de noviembre el Gobierno podría enfrentarse a decisiones sobre qué servicios o salarios recortar, o si intentar pedir prestado, dijo un funcionario ucraniano al WSJ.
Según el periódico estadounidense, el fin de los pagos al Gobierno de Zelenski podría aumentar el descontento en el país y, potencialmente, ejercer presión política sobre el mandatario ucraniano, quien se enfrentaría a críticas más fuertes por parte de sus opositores, dijo el funcionario.
Otro funcionario del país de Europa del Este comentó al diario que, después de octubre, Kiev podría utilizar otros fondos antes de lo previsto para sortear noviembre y diciembre. No obstante, sin fondos nuevos, el panorama se oscurece para 2024.
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