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martes, 11 de enero de 2022

“Ataque al Congreso, la crisis democrática más amplia en el mundo”

 

El teórico del “fin de la historia” reconoce el declive de la democracia estadounidense al abordar en un artículo el ataque del 6 de enero al Congreso de EE.UU.

En un artículo de opinión publicado en el diario estadounidense The New York Times sobre el ataque al Congreso de EEUU, Francis Fukuyama, un filósofo estadounidense que, tras el colapso de la Unión de las Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), predijo en una teoría llamada “fin de la historia” que el sistema de “democracia liberal” dominaría todos los países y sociedades, reconoce las debilidades de esta teoría y el declive de la democracia estadounidense.

Conforme a la nota, el ataque del 6 de enero contra el Congreso, instigado por un grupo de alborotadores instigados por Donald Trump, sentó las bases para una “herejía ominosa” en la política estadounidense.

“Desde la guerra civil [de EE. UU. entre 1861 y 1865], el país nunca ha fallado en una transferencia pacífica del poder, y ningún candidato anterior ha desafiado deliberadamente los resultados de las elecciones, para lo cual existe una amplia evidencia en apoyo de su libertad e imparcialidad”, escribe Fukuyama.

El autor y filósofo estadounidense afirma que el reflejo de este incidente aún es evidente en la política estadounidense, pero sus efectos no se limitan a cuestiones internas.

“[El ataque del 6 de enero] también tiene implicaciones de gran alcance para la comunidad internacional y es una señal de una marcada disminución del poder e influencia global de Estados Unidos”, reza el artículo.

Los eventos del 6 de enero, prosigue, deben verse en el contexto de la crisis más amplia de la democracia liberal en el mundo. “Según el informe de Freedom House de 2021 sobre la libertad mundial, la democracia ha estado en declive durante 15 años, y los dos países con las democracias estadounidenses más grandes, Estados Unidos y La India, han enfrentado los mayores obstáculos”, matiza.

Myanmar, Túnez y Sudán han sido objeto de golpes desde la publicación del informe de Freedom House, que anteriormente había dado pasos prometedores hacia la democracia.

Un año transcurrido de los referidos actos violentos, una comisión del Congreso estadounidense sigue investigando el suceso y el papel de Trump en el ataque.

A Trump se le acusa de no hacer nada para detener la violencia, la cual se considera un incumplimiento del deber del presidente.

La vicepresidenta de la comisión a cargo de la pesquisa, Liz Cheney, ha informado esta semana de que el panel tiene un “testimonio de primera mano” de que durante el ataque al Capitolio la hija de Trump y entonces asesora principal del mandatario, Ivanka Trump, le pidió a él que interviniera.

De hecho, el entonces mandatario norteamericano publicó un vídeo en el que decía a los violentos manifestantes: “Debéis iros a casa, debemos tener paz. Os queremos, sois muy especiales”. Pero también insistió en las acusaciones de fraude electoral.

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