Citando a analistas militares, un artículo publicado el domingo por Wall Street Journal (WSJ) subrayó que los ejercicios militares conjuntos de Moscú y Pekín y el intercambio de tecnología de aviación, armas submarinas e hipersónicas entre ellos se consideran herramientas para limitar el poder de EE.UU. en el extranjero.
De acuerdo con el informe, pese a que China y Rusia aún no tienen una alianza de defensa formal y es poco probable que renuncien a cualquier autonomía a través de los compromisos militares y políticos que una alianza requeriría, los crecientes lazos de los dos países se consideran “suficientes” para tener un impacto en las relaciones con Washington.
Vasily Kashin, un experto militar y especialista en los Asuntos de China en la Escuela Superior de Economía de Moscú, señala que EE.UU. “no puede esperar prevalecer” sin concentrar todos sus recursos en el Pacífico, una medida que ha sido energéticamente rechazada por Rusia, China e Irán. “Rusia, junto con Irán, son los países que están haciendo que tal concentración sea casi imposible”, indicó.
Conforme a datos oficiales, durante los primeros nueve meses de 2021, el comercio bilateral entre China y Rusia superó los 100 mil millones de dólares, casi igualando el comercio para todo 2020. Asimismo, Putin remarcó a finales de noviembre que la cifra había alcanzado los 123 mil millones de dólares hasta entonces.
En este marco, el mandatario ruso anunció el pasado 23 de diciembre que la cooperación entre Moscú y Pekín es una “asociación exhaustiva” de carácter estratégico que beneficia tanto al pueblo chino como al ruso, además de ser un serio factor estabilizador a nivel mundial.
Washington considera a Moscú y Pekín como sus principales amenazas, por lo tanto, la alianza militar que siguen fortaleciendo estos países ha generado más inquietud en el país norteamericano.
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