Con la abstención del primer ministro, Naftali Bennett, el gabinete del régimen israelí aprobó el domingo establecer una comisión de investigación sobre la polémica compra de submarinos al grupo alemán Thyssenkrupp.
“Los procesos para adquisiciones de defensa en este gobierno están exentos de consideraciones foráneas”, declaró Bennett al inicio de una reunión de su gabinete.
Este caso de corrupción conocido como ‘el Caso 3000’ gira en torno a dos acuerdos firmados en 2016 para la compra de varios submarinos y otras embarcaciones a Thyssenkrupp por valor de cerca de 2000 millones de euros.
No obstante, el escándalo saltó cuando se reveló que el representante legal del consorcio alemán en los territorios ocupados palestinos era el abogado personal del expremier del régimen de Tel Aviv, y que la compra se había realizado con la oposición del ministerio de defensa del régimen.
Netanyahu fue investigado en su momento por la policía por un presunto conflicto de intereses, aunque finalmente la fiscalía no incluyó este expediente entre los casos de corrupción por los que el expremier está siendo juzgado actualmente.
Por otro lado, la polémica política en torno a este caso había retrasado las negociaciones sobre la reciente adquisición de más submarinos, que finalmente se cerró la semana pasada, cuando Israel firmó un acuerdo para comprar tres sumergibles de los modelos avanzados “Dakar” de Alemania.
Netanyahu está acusado de una serie de casos de corrupción: recibió obsequios de amigos multimillonarios e intercambió favores con magnates de los medios de comunicación para una cobertura más favorable de su persona y su familia, además de fraude, sobornos, violación de la confianza, entre otros.
Sus intentos por mantenerse en el poder, pese a las acusaciones de corrupción en su contra, generaron una grave crisis política, de modo que el régimen israelí realizó cuatro elecciones en los últimos dos años, según Al-Arabi Al-Jadeed.
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